Cádiz

La gestión de las ayudas absorbe casi toda la actividad en Asuntos Sociales

  • El completo informe del Colegio Profesional de Trabajo Social evidencia que el modelo asistencialista que se lleva a cabo con los actuales medios impide la intervención con los usuarios

Imagen de las colas para el centro de la calle Zaragoza del pasado verano.

Imagen de las colas para el centro de la calle Zaragoza del pasado verano. / cedida por radio cádiz

El Colegio Profesional de Trabajo Social ha realizado un interesante trabajo en el que describe como está actualmente la Delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Cádiz y también ofrece una serie de pautas para mejorar un sistema que tiene muchas deficiencias. Es un informe donde se deja patente varias cuestiones que han llevado al desbordamiento del sistema que van desde un aumento exponencial de la demanda que se une a la falta de personal y al modelo de gestión asistencialista entre otros.

falta de personal

El informe refleja que el número de personas y familias atendidas en los Servicios Sociales Comunitarios de Cádiz ha aumentado en más de un 20% entre 2016 y 2015, lo que se une en ese mismo porcentaje si se tira años para atrás. El colegio profesional indica que entre los factores que está originando "la situación de colapso" en la que se encuentra el área está la falta de personal. El completo documento asegura que "con el despido" de 24 profesionales "por las políticas de austeridad que realizaron gobiernos anteriores", no se han reforzado las plantillas "en un momento en el que la ciudadanía sigue siendo azotada por una crisis socioeconómicas que está ocasionando situaciones nunca vistas". La "más evidente y denigrante", a juicio del colegio, son las colas de personas esperando a ser atendidas por los servicios sociales municipales.

sistema de citas

Gran parte de culpa lo ha generado el sistema de gestión de citas. Este empezó a gestionarse en 2014 y establecía una gestión en primer lugar trimestral, luego cada mes y posteriormente cada 15 días. Esto imposibilitaba poder pedir una cita una vez que se agotaban las mismas hasta que no se abría el período siguiente. Esto hacía que la gente tuviera que acudir reiteradamente a servicios sociales "sin la seguridad de llegar a conseguir una cita, que es un derecho". La consecuencia ha sido "las imágenes lamentables" de personas que han llegado incluso a pasar la noche para conseguir una cita con su trabajador social.

El informe sí destaca que en el pasado mes de noviembre se ha incorporado una trabajadora social en la calle Zaragoza que ha posibilitado la eliminación del sistema de citas en este centro.

tiempo de espera

El Colegio Profesional de Trabajadores Sociales habla de que, según el informe diagnóstico del Plan Estratégico de la Delegación de Asuntos Sociales, "la realidad de desbordamiento del área es tan grave que el tiempo de espera para ser atendidos por los servicios sociales municipales es desde un mes a casi cuatro meses", variando la UTS (unidad de trabajo social y la zona, habiendo más tiempo de espera en la zona histórica de la ciudad.

El problema es que cada vez hay un mayor número de ciudadanos que reclaman atención "por urgencia social", no haciendo uso de su cita preestablecida, "lo que repercute negativamente en el profesional" que lo atiende.

intervención domiciliaria

Lo que podría ser un dato positivo, al final no lo es tanto porque evidencia un problema. Si se mira la evolución de las intervenciones domiciliarias en los últimos años se ve que el récord se efectuó entre 2011 y 2013, con más de 1.000 anuales. En 2015 ya el número había bajado a 477 y según la memoria de servicios sociales, el porcentaje se minoró en un 60%: "Esta reducción es consecuencia directa de la saturación que tiene el área municipal de asuntos sociales, con profesionales con sobrecarga de gestión administrativa y burocrática". El motivo es que el profesional está dejando de hacer observación en el entorno de la persona para conocer su realidad "y dejando de identificar casos e indicadores de vulnerabilidad social a domicilio".

modelo de intervención

Uno de los apartados más completos analizados por el Colegio Profesional de Trabajo Social es lo que se refiere al modelo de intervención, que ha ido inclinando hacia el asistencialismo, tal y como se pone manifiesto en el plan estratégico, con una tendencia hacia la gestación de las prestaciones: "Este modelo está impidiendo la planificación y la ejecución de proyectos de intervención social con las personas usuarias". De este modo, los profesionales dedican "sus esfuerzos exclusivamente a gestionar prestaciones". De este modo, el tiempo que dedican a esta labor les resta posibilidades de realizar "verdadera intervención social, trabajo social comunitario y de acompañamiento".

En el informe se deja claro que las prestaciones sociales, "que deben aumentar en presupuestos, son sólo una mínima parte de la labor profesional". El colegio destaca que con este modelo de trabajo se incide "en las consecuencias de la problemática y no en las causas de la misma, por lo que no se consigue una inclusión social real sino que, por el contrario, se cronifica la necesidad y se multiplica la demanda".

A juicio de este colectivo, el modelo de intervención social asistencial "procura una dependencia institucional y no el empoderamiento ni la autodeterminación ciudadana".

medios obsoletos

Para colmo de males, los trabajadores de Asuntos Sociales tienen que realizar su labor con unos medios técnicos e informáticos obsoletos "que ralentizan su labor diaria más que ayudar a la intervención".

La ausencia de medios tecnológicos adecuados más la escasez de plantilla "repercute en la atención ciudadana, los tiempos y el método de intervención".

presión en la plantilla

Los profesionales que desempeñan su labor en Asuntos Sociales, tal y como se explica en el informe, tienen que atender a un número muy elevado de demandantes en una forma insostenible. Esto hace que se encuentren en "una situación de desorientación y desmotivación ante la falta de medidas que alivien el escenario". Así, afirma que la presión diaria que ha de soportar la plantilla de personal "provoca desánimo y deterioro de su salud física y mental con aumento de crisis de ansiedad y bajas laborales". Así, estas últimas se han incrementado en 2016 junto a las vacaciones no remuneradas "por estrés y ansiedad". A ello hay que añadirle, según el Colegio, las situaciones de interinidad de parte del personal "que debe ser asumida y ampliada en la RPT".

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