Tres generaciones tras el MOSTRADOR
El Liba, en la calle Ancha, acaba de cumplir 75 años abierto al público El café y las tertulias han hecho de este local un clásico de la ciudad y de su gente
Muchas son las malas noticias que llegan de la mano del comercio y la hostelería. Fulanito ha cerrado la tienda. Menganito anunca el traspaso. Pero de vez en cuando, el callejero de la ciudad también regala felices noticias como la que estos días están celebrando en el bar Liba, en la calle Ancha. 75 años ha cumplido este establecimiento desde que abriera las puertas por primera vez el 19 de noviembre de 1938.
Tres cuartos de siglo en los que el local apenas ha sufrido modificaciones, donde el servicio sigue siendo prácticamente el mismo y que se basa en los mismos valores que le implantó su fundador. Y lo que es más importante, 75 años y medio en los que se ha mantenido el apellido detrás de la barra. "Mi abuelo no sé si pensaría que esto iba a llegar hasta este momento", dice Carlos López Galván, el actual propietario del negocio, que revela cuál es la clave del éxito: "mi padre cuando se retiró me dijo: 'no te salgas de esta línea'. Y aquí estamos".
Efectivamente, fue en 1938 cuando un camarero de la Cervecería Inglesa (que entonces estaba en la calle Ancha, en los bajos de lo que hoy es sede del PSOE), José María López Ruiz, vio el local que quedaba vacío en la esquina de San José y lo cogió. De él pasó a sus hijos Eloy, Emilio, Carlos y Ángel López Vergara. Y con los años nacerían nuevos negocios, como El Parisién (Emilio), Montecarlo (Ángel) y El Liba de El Puerto de Santa María (Eloy). Carlos, por su parte, se quedó en la calle Ancha, hasta que se retiró y dejó al frente del negocio a su hijo mayor, que durante un tiempo también estuvo ayudado por sus hermanos Paco o Jesús.
Entre todos ellos y durante tantos años, han hecho de este rincón un lugar privilegiado para, sobre todo, tomar café, su producto estrella. Las tertulias han sido y son frecuentes en El Liba. "Aquí ha parado gente de todos los estamentos", destaca Carlos López, mientras que uno de los habituales desde hace décadas, Paco Barea, recuerda a los Pascual, Ingunza, Barrios, López Rodríguez "y muchos más" acudiendo habitualmente a El Liba. "La mesa de la ventana era un clásico de las tertulias. Ahí se sentaban Federico Joly, José Maestre, Alfonso Sánchez Sepúlveda, Paco Eslava...", recuerda Barea, que también menciona a los entonces jóvenes -que él llama "la tertulia de copeo"- Fernández de la Puente, Paco Martínez Kuki, Juan Durio, Manolo García, él mismo, 'Katete' Durio o Juan Lucero, entre otros. "Siempre había cuatro o cinco de guardia", recuerda Barea, quien bromea añadiendo que "a veces empalmábamos la noche con la mañana".
Por su ubicación, en El Liba se vivía todo: cabalgata de Reyes, Carnaval, Semana Santa... Y en su interior, también se han acogido todos los ambientes, desde el toreo (los López son grandes aficionados) a las cofradías (allí se reune la tertulia A la Vera de la Cruz). Ahora, este rincón de Ancha ha visto la evolución social gaditana y ha sido testigo de cómo Ancha ha ido perdiendo fuelle, posiblemente desde que Galerías Preciado cerrara sus puertas.
De estos 75 años que se han cumplido, Carlos ha vivido buena parte de ellos. No sabe cuándo El Liba dejó de ser un negocio para ser algo que forma parte de su vida, porque allí comía de pequeño cuando salía del colegio de San Felipe Neri "porque mi madre también estaba en el bar ayudando a mi padre en la cocina", porque desde niño "ayudaba siempre a mi padre en Semana Santa y fechas así", o porque en cierta ocasión llegó el momento de adquirir el local que su abuelo alquiló en 1938. "Eso es lo mejor que me ha pasado aquí", reconoce Carlos.
Ahora, 75 años después de abrir las puertas, Carlos presume de la buena salud que sigue teniendo este local. Y asegura que si sus hijos (un niño y una niña) quieren convertirse en la cuarta generación al frente de El Liba, "será para ellos".
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Consorcio de Bomberos de Cádiz