A la vez que el Muelle de Cádiz se enfrenta a su futuro, con temas tan puntuales como la nueva terminal de contenedores, o a su presente, con un conflicto de la estiba del que la estabilidad portuaria pende de un hilo a expensas de que Bruselas abra su puño ejecutor y se evite in extremis el decretazo del Partido Popular. Y mientras que medio muelle tiembla, una gallina, aún sin nombre, se pasea entre contenedores desde hace año y medio.

Convive con gaviotas, con los roro, con los lolo y con grandes camiones, con ruedas de unas dimensiones que con tan sólo uno de sus anchos pasaría la gallina portuaria a mejor mundo.

Pero allí lleva desde hace año y medio, según nos cuenta Manolo, de la empresa Ecosur, que demuestra su humanidad prefiriendo que nos se diga el espacio en el que habitualmente pasea todos los días la ya popular gallina portuaria.

El origen sigue siendo un enigma. Hay quien cuenta que llegó en un camión desde Canarias, pero parece que se asienta la teoría de que llegó, de pollilto, en el motor de un tractor y que abandonó su encierro y su poco garantizado destino.

Desde entonces ha vivido en Cádiz incluso la última de las grandes regatas de veleros por lo que es fácil pensar que son muchos gaditanos los que durante tal multitudinaria concentración la vieron pasear por el Muelle. Allí sigue y según Manolo de la empresa Ecosur es toda una gaviota disfrazada de gallina.

En cuanto a su raza, Manolo afirma que podría tratarse de una gallina americana. Ella misma se busca su alimento picoteando allá por donde puede aunque dicen que, a veces, cuenta con la ayuda de personas que le dejan caer por su hábitat portuario algún que otro alimento más propio de gallina o de gaviota, pero que le sirve de sobra para sobrevivir entre unos contenedores que suelen servirle a veces de porche bajo el cual dormir.