Carmen, gaditana de 35 años, de profesión camarera, es uno de los centenares de españoles encarcelados en el extranjero en durísimas prisiones. En concreto, ella  se encuentra la Cárcel de mujeres El Buen Pastor, en Colombia, donde un portón grande azul se impone ante decenas de familiares que esperan en la puerta para entrar con bolsas de víveres para las reclusas.

Carmen decidió hacer un viaje de porte de droga cuando sus padres, ya con edad avanzada, necesitaban 3.000 euros para pagar una deuda. Con la agonía del déficit familiar una "amiga" le habló de unos conocidos dominicanos que la podían ayudar.

Días después se reunió con ellos y aceptó el viaje del destino de la cocaína, solo debía pasar 14 días en Cali (Colombia) para que 9.000 euros fuesen suyos.

Después de dos semanas pagadas en un hotel, el 22 de junio volvió a Bogotá para regresar a Madrid; en la puerta de un hostal subió a un coche, dio su maleta a unos desconocidos y llegó a El Dorado, el aeropuerto de la capital colombiana, donde pasó los controles, pero más tarde un policía vestido de paisano le dijo que le acompañara.

Llevaba en la maleta 9,7 kilos de cocaína y puede pasar en prisión de siete a diez años. La familia se enteró 15 días después. Carmen no tenía antecedentes, pero en plena crisis económica optó por este camino a la desesperada. informa David Casasús para Efe desde Bogotá.

Su caso ha sido dado a conocer por la Fundación +34, llamada así por el prefijo de España, que tiene 400 voluntarios repartidos por todo el mundo para ayudar a un millar de presos españoles en el extranjero. Su director, Javier Casado, apunta a las dificultades para lograr que vuelva a España.