El foso de un Monumento Nacional en Cádiz que solo aprovechan los perros

Es difícil encontrar una ciudad, como pasa en Cádiz, que reserve un amplio espacio incluido en un Monumento Nacional, hoy BICI, para el uso exclusivo de los perros. La capital gaditana, tan necesitada de espacios libres y de zonas verdes, transformó hace años una parte de uno de los fosos de la muralla en un parque canino.

Aunque estos animales, y sus dueños, tienen limitado el uso de una porción de este suelo, lo habitual es ver corretear a los perros por todo el recinto, sin control alguno y, por supuesto, sin la obligada correa de seguridad. Todo ello ha provocado que el uso de este foso como lugar de esparcimiento ciudadano sea inviable. Esta el espacio acotado como parque canino y junto al mismo una amplia zona verde (relativamente cuidada), donde corretean estos perros, lo que impide un paseo normal por el mismo.

En determinadas épocas, este espacio ha sido utilizado por numerosos sin techo, que han vivido en tiendas de campaña en situación precaria.

Junto a ello este foso (el otro también tiene un uso sorprendente: pistas deportivas) necesita una urgente actuación. Más allá del arreglo de los lienzos de la muralla o evitar la caída de la cada vez más precaria balaustrada (todo pendiente del plan municipal), sí sería factible una operación de choque: limpieza en profundidad, arreglo de todos los jardines (con poda incluida del arbolad), arreglo del firme, instalación de bancos y alumbrado y reforma de las escaleras de acceso que ofrecen un estado lamentable, al igual que la rampa más cercana a Bahía Blanca.

Todo ello permitiría, pendiente del arreglo global de la muralla, un uso ciudadano adecuado a este conjunto histórico que, bien aprovechado sí podría tener un interés turístico hoy inexistente.