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Cádiz

La finca de Rosario, 1 albergará siete apartamentos turísticos

  • El estudio Pujol y Cruz Arquitectos está redactando el proyecto de rehabilitación que ha sido encargado por inversores argentinos

Los cambios en las demandas de los turistas están haciendo que poco a poco la oferta para pernoctar en Cádiz vaya progresando. Mientras que el mercado de grandes hoteles lleva años paralizado al no existir interés por parte de las empresas del sector en invertir en la ciudad, los apartamentos turísticos van tomando cada vez mayor relieve para complementar el número de plazas hoteleras.

Un nuevo proyecto que está tomando forma es el de la rehabilitación de la finca de la calle Rosario, 1, que albergará próximamente siete apartamentos turísticos y un bar-cafetería que conectará la propia calle Rosario con San Pedro. Este inmueble iba a ser destinado, en un principio, a la construcción de pisos en régimen de comunidad de bienes, que iba a ser gestionada por Pujol y Cruz Arquitectos. Sin embargo, los propietarios vendieron el pasado verano este edificio de finales del siglo XVIII a una pareja argentina, que es la que va a realizar la inversión, mientras que el propio estudio Pujol y Cruz Arquitectos se encarga del proyecto.

La intención es que, si se salvan pronto los trámites legales, los apartamentos empiecen a funcionar en verano de 2016, aunque la cafetería podría abrir antes. Las pequeñas viviendas turísticas están pensadas para que tengan un concepto de loft y tendrán una superficie de unos 33 metros cuadrados. El coste total de la intervención será de unos 800.000 euros.

El principal atractivo de esta opción para pernoctar, tal y como señala Fabián Cruz, socio de Pujol y Cruz Arquitectos, es que "se le da un valor añadido, ya que vienes al casco antiguo de Cádiz y no te alojas en una habitación fría de hotel o en una casa de unos personas, sino en una vivienda típica de una ciudad con historia que tuvo su esplendor en los siglos XVIII y XIX".

La idea de este tipo de inversores es, según el arquitecto, "mantener el aroma de la finca y conservar sus elementos importantes". Para ello, la rehabilitación de la escalera, la carpintería y los huecos originales, o el mantenimiento de las vigas vistas son aspectos esenciales para que los turistas conozcan un edificio que mantiene el estilo arquitectónico de la ciudad. De hecho, tal y como explica Cruz, este inmueble tiene "detalles isabelinos, barrocos e, incluso, neoclásicos en elementos como la cerrajería, la carpintería, la altura del edificio o la composición de la fachada", por lo que, respetando su pasado, se pretende que sea "una casa antigua con las comodidades del siglo XXI".

En cuanto al cambio de idea en este edificio tras la aparición de los nuevos compradores en verano, Cruz señala que la diferencia está en que "hay que dejarlo equipado y funcionando. Además, varía en que en los mismos metros se han sacado más apartamentos, ya que la normativa te permite realizarlos en menos metros cuadrados".

El de Rosario, 1 no es el único proyecto de apartamentos turísticos que tiene entre manos el estudio Pujol y Cruz Arquitectos. En camino está otra operación del mismo estilo que otros inversores pretenden realizar en el entorno de la plaza de España, que, si sale adelante, podría estar para la primavera de 2017. Hay una tercera idea que todavía está por definir que podría afectar a una finca de la calle Conde O'Reilly.

Ante estos movimientos, Fabián Cruz afirma que "hay mucha gente interesada en el negocio de los apartamentos turísticos". De hecho, apunta que está siendo "una salida para los edificios vacíos". "Es un producto que se sale del hotel tradicional y que está dando rentabilidad al inversor. Es, quizás, un producto transitorio entre tener la finca vacía y poder vender las viviendas", añade.

Otro de los motivos que ayuda a los interesados a optar por estos establecimientos es que "no es un producto cerrado, sino que es flexible y lo puedes redireccionar hacia el alquiler o la venta".

A todo esto, se une el atractivo turístico que tiene la ciudad para que empresarios foráneos decidan desarrollar este tipo de apartamentos en la ciudad. "El ambiente del casco antiguo es lo que atrae. Los inversores -con los que trabajan- son gente de fuera que, atraídos por su atractivo urbanístico y paisajístico, y por su entorno, se han quedado aquí", comenta.

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