Tras 16 años de convivencia, una pareja pone fin a su relación. Un año y medio después de la ruptura, él decide ir a buscarla a su casa. Llama al timbre y ella se niega a abrir. El hombre insiste pero como no obtiene la respuesta deseada, fuerza la puerta a patadas y entra en el domicilio. Una vez dentro, la agrede, la tira en la cama, le refriega una fregona por la cara, le estrella el móvil contra la pared y la amenaza. Así durante 20 minutos en los que la mujer intenta abandonar la vivienda sin éxito porque él se lo impide. Transcurrido ese tiempo, la víctima logra salir aprovechando la llegada del hijo que la pareja tiene en común, quien la acompaña a interponer la denuncia.

Estos son los hechos que quedaron probados este martes en la Audiencia Provincial de Cádiz toda vez que el hombre confesó la autoría de los mismos. El acusado evitó así la celebración del juicio con jurado y, tras alcanzar un acuerdo, fue condenado en firme a la pena de tres años y medio de cárcel por los delitos de allanamiento de morada, lesiones, amenazas, coacciones leves y daños.

Ahora bien, el procesado no entrará en prisión, dado que el tribunal la Sección Tercera ha acordado la suspensión condicional de la ejecución de la pena en virtud del artículo 80.3 del Código Penal. Para ello, el tribunal ha tenido en cuenta la suma de dinero que el agresor ha abonado a la perjudicada por las lesiones y los daños causados -303 euros- y la ausencia de antecedentes. 

Además de la pena privativa de libertad, que en principio no cumplirá, la Sección Tercera ha impuesto al encausado el pago de una multa de 1.620 euros en total, ocho meses y 12 días de trabajos en favor de la comunidad y la obligación de llevar la pulsera telemática, una medida de control que se revisará durante el cumplimiento de la condena para su posible retirada.

"Voy a por ti"

Ha quedado probado, por tanto, que agresor y víctima mantuvieron una relación sentimental durante 16 años hasta marzo de 2018, cuando que se produjo la ruptura. Un año y medio después, el 2 de septiembre de 2019, sobre las 22:30 horas, el acusado decidió entrar en la vivienda de su ex pareja. Llamó al timbre, pero al comprobar ella de quien se trataba, se negó a abrir y le dijo que se marchara. Lejos de hacerlo, el hombre empezó a llamar insistentemente al timbre para, a continuación, dar fuertes patadas a la puerta, de manera que rompió el marco y logró entrar al desprenderse parte de la cerradura. 

Una vez dentro, la mujer trató de echarlo de la casa sin conseguirlo. Entonces él la acorraló en el dormitorio. La víctima intentó defenderse, cogió una hucha y se la tiró. Como la hucha se rompió, el procesado agarró algunas monedas y se las lanzó con violencia. Después el hombre la tiró sobre la cama, le retorció el palo de una fregona alrededor de la pierna, le pasó varias veces el mocho por la cara y le retorció también las manos al tiempo que le quitó el móvil y lo estampó contra la pared para luego pisotearlo. 

A continuación, el encausado se sentó en la cama y le dijo que lo único que quería era hablar con ella. La mujer le contestó que primero se calmase y luego hablarían, a lo que él replicó: "a que le meto fuego al  colchón", y prendió con su mechero la sábana y el cubre colchón, aunque apagó de inmediato el conato de fuego que sólo provocó quemaduras leves y no supuso un riesgo.

Tras ello, el agresor amenazó a su ex pareja. "Te voy a partir la moto, a destrozar la vida, el campo, el coche, te voy a cerrar el negocio y voy a ir a por ti", manifestó.

A pesar de que la mujer quería abandonar la vivienda, no pudo hacerlo, pues él se lo impidió al interponerse en la puerta. Esa situación se prolongó durante 20 minutos. Finalmente, la perjudicada salió del domicilio aprovechando que su hijo llegó a casa.