Cuaresma

La espera que siempre vale la pena

  • Servitas abre los cortejos procesionales arropada por un nutrido público desde la salida en la parroquia de San Lorenzo

Dolores del alma. Del corazón atravesado por siete puñales que ilustra los escapularios. Dolores físicos, del desempleo, de la desesperanza. Son razones para acompañar a la Virgen. Para rezarle en absoluto recogimiento en el interior de la parroquia de San Lorenzo antes de que Servitas abriera los cortejos procesionales por segundo año consecutivo en el preludio de la Semana Santa de Cádiz. El párroco y director espiritual de la Fraternidad, Jesús García Cornejo, concelebraba la eucaristía ante un altar situado delante del paso de palio, bellísimo, que bordara Esperanza Elena Caro en 1943. El sacerdote tuvo un recuerdo para los hermanos que ya no están y para Sor Benita, que fuera durante muchos años abadesa de la Orden de la Inmaculada Concepción (Concepcionistas Franciscanas) en el convento de la calle Montañés. Una orden muy ligada a Servitas que amadrinó la coronación canónica de la Dolorosa. Por eso, el paso del cortejo por el convento fue más especial que nunca. La misa terminaba con la Salve Regina, interpretada incluso por los acólitos de menos edad. Antes se había encendido, en la candelería del palio, un cirio por los cristianos perseguidos con las siglas de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

Mientras se formaba el cortejo ingresaban en el templo los cargadores del paso, mandados por José Julio Reyeros. La misma cuadrilla que el Jueves Santo portará el paso de Afligidos se dispuso a sacar el paso a ruedas hasta la calle. Asomando el palio a Sagasta sonó el Himno Nacional interpretado por la Banda de Música del Maestro Dueñas de El Puerto de Santa María. Mientras los cargadores, en plena calle, accedían al interior del paso para ocupar sus puestos, los sones de 'Mater Mea', la marcha de Ricardo Dorado Jaineiro, se encargaron de anunciar que el preámbulo de la Semana Mayor era ya una realidad. Lástima que el viento desluciera la candelería nada más asomar el palio al dintel del templo.

La Fraternidad recordó a Sor Benita, abadesa de las concepcionistas recientemente fallecida

Servitas estaba fuera de San Lorenzo Mártir en solo veinte minutos. La primera marcha ya con el paso en movimiento fue 'Virgen del Valle', de Vicente Gómez-Zarzuela y Pérez. Había ganas de cofradías a tenor del nutrido público que esperaba en las afueras de San Lorenzo. Y hubo mucha atención a la capilla real Conjunto Virelay, que interpretaba piezas sacras cuando el palio se detenía.

Muy arropada estuvo la hermandad por todo el recorrido. La cruz de guía asomaba a la plaza de la Catedral incluso antes de la hora prevista, las 20.40 horas. A esa hora, el paso de palio, con la mitad de la candelería apagada, ya que el viento seguía haciendo de las suyas, estaba parado al final de la calle Compañía justo antes de la calle Santiago. Servitas se disponía a realizar la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.

El cortejo discurría con normalidad tras su paso por la Catedral y se disponía a desarrollar el itinerario de vuelta con una novedad con respecto al recorrido del año pasado: la subida por la cuesta de Novena y el giro hacia la calle San Miguel. Estaba naciendo la Semana Santa de Cádiz 2017. La espera de todo un año había merecido la pena.

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