Los empleados de la delegación valenciana de Bayport cuentan los momentos de pánico vividos por la DANA

El responsable de este empresa con sede principal en Cádiz narra paso a paso los momentos vividos hasta que pudieron abandonar la nave

"¿Miedo? Sí pasamos miedo. Cuando vimos que cambiaba el agua de color, de transparente a marrón y que el caudal era como el de un río vimos que ya eso no era normal"

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Instalaciones de la empresa gaditana Bayport en Valencia
Instalaciones de la empresa gaditana Bayport en Valencia

Cádiz/Un grupo numeroso de trabajadores de la delegación de Valencia de la empresa Bayport, propiedad del gaditano Rafael Fernández, de gran implantación en el puerto de Cádiz, tuvo que pasar la noche del martes al miércoles en el interior de la nave que esta firma posee en la localidad de Ribarroja, muy cerca del cauce del río Turia, lo que ha provocado gran inquietud en los compañeros de estos trabajadores que desarrollan su trabajo habitual en el puerto gaditano.

Allí quedaron aislados después de que las autoridades les recomendaran que no abandonaran la nave, y después de comprobar que lo que ocurría no sólo de puertas para afuera de sus instalaciones sino ya en la planta baja de la nave, donde veían que el agua ya se acumulaba, lo que les llevó a tomar la sabia determinación de alojarse en una de las plantas de arriba y de optar por pasar la noche allí.

La noticia llegaba este jueves desde la sede principal de Bayport, donde su propietario, Rafael Fernández, sigue en contacto directo con sus empleados de la zona del Levante español, con los que ha mantenido hilo directo durante los peores momentos de este capítulo, que para muchos será ya inolvidable, en la medida que las comunicaciones lo permitieron porque llegaron a estar sin luz, sin agua y sin poder hablar con nadie a través de los móviles.

El propio Rafael Fernández indicaba este jueves que seguía en contacto con su delegado en Valencia, Alberto Cordón, para conocer el estado de salud de toda su plantilla y para interesarse por la magnitud de los daños que ha dejado tras de sí el paso de la DANA por Valencia.

Asimismo, el propio Alberto Cordón narró todo lo ocurrido y describió cómo fueron esas más de 24 horas encerrados en la nave de Bayport de Ribarroja, una vez que parece haber pasado el peligro, a pesar de que aún desconoce cuándo les permitirán el acceso a la nave donde, por suerte, no ha habido daños personales de ningún tipo aunque sí cuantiosos daños materiales, ya que todos los productos que se acumulan en su nave han quedado prácticamente para la basura.

El agua llegó hasta la zona de carga de Bayport en Valencia

Cuenta Cordón que, sobre las cuatro de la tarde del martes pasado, vieron que la lluvia se hacía ya más intensa y y, sobre las cinco, fue cuando "le dije a mi gente que el que quisiera irse que se fuera pero que la mejor idea era quedarse en el interior de la nave", a la vista de lo que ya estaba ocurriendo de puertas para fuera, ya que Alberto Cordón consideraba que era mejor y más seguro estar allí cobijados que no quedarse horas y horas en un atasco que no se sabía realmente cómo podía terminar ni cuánto podría durar.

El río se desbordó y llegó lo peor

Y fue en ese preciso instante cuando se desbordó el barranco del río y pudieron comprobar con pánico y asombro que el agua ya no pasaba por delante de sus narices limpia y transparente como suele pasar el agua de la lluvia sino que era ya mucho más marrón y era ya evidente que contenía lodo del río.

Al poco tiempo, prácticamente sin darse cuenta, vieron como el agua seguía subiendo de nivel hasta quedarse a escasos cinco centímetros del muelle de carga, justo en la base. Fue ahí cuando "tomamos la determinación de que era el momento de actuar, por lo que empezamos a poner sacos de arena en las puertas de acceso a la oficina y de la rampa del muelle de carga". Y de ahí, para el piso de arriba, hasta donde accedieron después de tener que achicar mucha del agua que ya estaba acechando la escalera de acceso a la oficina. "Veíamos que se iban formando ya olas incluso en el interior de la nave por lo que no nos quedaba ya más remedio que buscar un lugar a salvo".

Desde las oficinas veían como las fugas se multiplicaban y como caía el agua en cascada por las paredes de las instalaciones. "Menos mal que la nave cuenta con una estructura muy sólida y eso nos hacía sentirnos más seguros".

Por suerte, Bayport es una empresa dedicada a la provisión de todo tipo de artículos y materiales, tanto de alimentación como de cualquier otra clase, a los buques que llegan al puerto de Cádiz, y, en este caso, al puerto de Valencia. Esto quiere decir que contaban con comida suficiente, ropa de trabajo de sobra para no tener que estar mojados durante toda la noche, así como linternas e incluso colchones.

Y sobre las siete y media de la tarde, varias horas después de que este grupo de trabajadores de Bayport estuvieran ya aislados, fue cuando sonó el pitido de alarma que suena en los móviles, "cuando ya llevábamos horas encerrados", destaca Alberto Cordón.

Este grupo de unos diez compañeros, con su delegado al frente, tuvo que permanecer hasta la una y media del mediodía de este miércoles.

Durante la noche pudieron observar que en otras naves colindantes del polígono había mucha más gente encerrada de otras empresas, por lo que optaron por hacerles llegar como pudieron comida y bebida e incluso ropa para que pudieran pasar la noche de la mejor manera posible hasta que pasara lo peor.

Los móviles, según cuenta Alberto, se quedaban a veces sin conexión por lo que aprovechaban los pocos momentos en los que sí tenían comunicación con el exterior para hacer llegar a sus familiares que estaban todos a salvo aunque esta noche iban a hacer "hora extras" y tenían que pasarlas en el interior de la nave de Bayport para así poder garantizar sus vidas.

Fue ya cuando empezó a haber una cierta claridad, cuando pudieron asomarse al exterior, cuando realmente se dieron cuenta de la magnitud de lo ocurrido: "Coches, contenedores, troncos, palmo y medio de barro", aunque no pudieron realmente abandonar la nave hasta la una y media del mediodía de este miércoles. "El paisaje nos hacía recordar a esas películas de apocalipsis. Parecía que estábamos dentro de un escenario de cine. Nunca se nos olvidarán esas imágenes dantescas".

Momentos de mucho miedo

"¿Miedo? Sí pasamos miedo. Cuando vimos que cambiaba el agua de color, de transparente a marrón y que el caudal era como el de un río vimos que ya eso no era normal y ahora nos alegramos de ver que la decisión que tomamos de quedarnos bajo el techo de Bayport fue la mejor opción y que fue esta manera de actuar la que posiblemente pudo salvarnos la vida".

El delegado de esta empresa gaditana en Valencia quería dar las gracias a Rafael Fernández y, en general, a todos los compañeros del resto de delegaciones de Bayport por haber estado en todo momento "muy cerca de nosotros", aunque ahora, una vez comprobado que todo el personal está a salvo, toca evaluar las pérdidas materiales, ya que todos los artículos que había almacenados han podido quedar, según Cordón, para tirar. "Hay que pensar que desde el martes no tenemos electricidad ni agua y, de hecho, no han vuelto aún, así que todos los productos perecederos de cámaras de fresco y congelador están ya al límite, aunque tuvimos la precaución de no abrir las puertas para así evitar que se produjera una subida de temperatura. De todas formas contamos con que si hoy ya no se reactiva el fluido eléctrico se habrá roto la cadena de frío, por lo que habría que darlo todo por perdido".

"Pero bueno, en momentos así se da uno cuenta de que lo material no tiene mayor importancia y que lo importante es la vida de las personas. Todo lo demás se recupera tarde o temprano". A pesar de ello y de que aún el valor de lo perdido es incalculable, saben de sobra en Bayport-Valencia que, de momento, no podrán volver a la normalidad hasta al menos dentro de varias semanas. "Eso, de momento, porque entendemos que las autoridades le darán prioridad a las viviendas antes que a las empresas, así que no sabemos cuando se despejará la zona en nuestro polígono". Eso sí, insiste Alberto Cordón que todo ha sido más fácil gracias al apoyo de "nuestra sede principal y de nuestras delegaciones que nos han ofrecido todo lo que necesitemos para intentar volver a la normalidad cuanto antes".

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