Un eficaz e improvisado equipo de rescate
La prevención, los protocolos, la coordinación institucional, los medios humanos y materiales y la rapidez de respuesta son necesarios en cualquier dispositivo de emergencias, de rescate o de auxilio que pretenda ser efectivo. Pero lo que resulta del todo imprescindible es la profesionalidad, la cabeza fría a la hora de valorar la situación, la diligencia, el sentido común y la capacidad de improvisar y colaborar.
Posiblemente si el gruista se hubiese dejado llevar por los nervios y no hubiese conservado la calma y esperado a que la cabina del camión se llenase completamente de agua para salir a la superficie, no lo hubiese conseguido, comentaban ayer algunos de los profesionales sanitarios que le atendieron en el Hospital Puerta del Mar.
Pero incluso si eso no hubiese pasado, la actuación del cabo primero de la Guardia Civil Miguel Ángel Comesaña y de los monitores náuticos José Luis Pérez y Andrés Díaz habrían abierto una puerta a la supervivencia de la víctima. El agente tuvo bien claro desde el principio que en esas circunstancias no serviría de nada una llamada a sus colegas del Servicio Marítimo ni al teléfono de emergencias de Salvamento Marítimo. Improvisó con sensatez, buscó los medios más a su alcance, dio con ellos y con la colaboración y profesionalidad de los dos monitores, que tampoco dudaron ni un segundo en zarpar al rescate del conductor accidentado.
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