Poco más de una semana ha tardado la Policía Nacional en identificar, localizar y detener a nueve personas por su presunta implicación en la trifulca entre radicales durante la presentación de un libro sobre la figura de José Antonio Primo de Rivera. De momento los ocho arrestados, que, según fuentes de la investigación, pertenecen a las Brigadas Amarillas, se encuentran desde ayer en los calabozos de la Comisaría de San Fernando, a la espera de ser conducidos hoy ante la autoridad judicial. Según ha podido saber este diario, su preocupación por la detención era menos que cero. De hecho parece ser que durante toda la tarde se lo pasaron en grande rememorando sus hazañas, llenando los calabozos de la Policía isleña con sus risas.

Los hechos tuvieron lugar el pasado sábado 24 de septiembre, cuando una decena de personas esperaba a las puertas del hotel Las Cortes, situado en la mencionada y céntrica calle, para asistir a la presentación de un libro sobre el creador de Falange Española, en un acto organizado por la asociación histórico-cultural Hispania Cronos. Antes de que se iniciara el evento un grupo ultra de unas 15 personas, que se habían citado a través de las redes sociales en la plaza Mina y otras zonas cercanas al hotel Las Cortes, llegaron insultando e increpando a los allí presentes, para más tarde provocar un enfrentamiento en la vía pública, golpeando a alguno de los presentes.

En el transcurso de la reyerta, los agresores lanzaron todo tipo de objetos contundentes y arrancaron una señal de tráfico del lugar, causando daños también en el establecimiento hotelero. Mientras las botellas volaban y los asistentes al acto repelían también el ataque y los insultos, los ciudadanos corrían a refugiarse en locales de calles como Columela o Corneta Soto Guerrero.

La pelea finalizó con la llegada de tres vehículos de la Policía Nacional que se encontraban por la zona y que estaban alertados de que podían producirse incidentes entre extremistas de distinta ideología, por lo que los autores de la agresión emprendieron la huida. 

A tenor de estos hechos la Policía abrió una investigación encaminada a esclarecer lo sucedido y a descubrir la identidad de las personas que participaron en el altercado. Igualmente, las pesquisas se han centrado también en determinar la pertenencia de los agresores a un determinado colectivo. 

Los autores podrían ser acusados de un delito de desórdenes públicos, pudiendo hablarse también de un incidente sobre delitos de odio, ya que supuestamente pretendían reventar un acto -que finalmente se celebró- por motivos de ideología o pertenencia a grupo político.