El espejo más cercano en el que puede mirarse el proceso de contratación del servicio de limpieza viaria y recogida de basuras de la ciudad, con el objeto de barruntar el recorrido que queda aún por delante, se remonta al año 2006, cuando el Ayuntamiento (entonces gobernado por el PP de Teófila Martínez) tramitaba el nuevo contrato, el de Sufi Cointer.

Fue en el mes de abril de ese año cuando la Mesa de Contratación decidió que la de UTE formada por Sufi Cointer (es decir, los grupos Cointer y Valoriza, que 14 años después han presentado oferta por separado para seguir limpiando las calles y recogiendo la basura de la ciudad) era la mejor oferta; una decisión que respaldó el pleno en sesión celebrada el 5 de mayo. Curiosamente, en aquella ocasión también votó en contra el PSOE (defendiendo entonces su posición el hoy rector de la UCA, Francisco Piniella), voto al que se unió Izquierda Unida (en el que fuera el primer pleno de Sebastián Terrada como concejal, en sustitución de Gervasio Hernández, defendiendo una municipalización del servicio de limpieza que hoy, con su sucesor Martín Vila en el gobierno, sigue siendo un imposible).

Entonces llegaron los recursos, primero de FCC y luego de Urbaser, que pedían la paralización del procedimiento y su marcha atrás. Una medida cautelar que los tribunales denegaron en junio de ese año 2006.

No sería hasta el día 1 de agosto, tres meses después de aprobar el pleno la contratación, cuando Sufi Cointer comenzara a prestar el servicio. Eso sí, con los mismos vehículos y maquinaria de la anterior concesionaria (la UTE Cádiz, formada por FCC y Urbaser), que se mantendrían hasta mediados de enero del año siguiente (seis meses después de empezar el servicio, nueve después de la aprobación del pleno).

Aquel proceso de contratación no culminaría de forma definitiva hasta el año 2010, nada menos, cuando el Tribunal Contencioso desestimaría los recursos que habían presentado Urbaser y FCC contra la adjudicación a Sufi Cointer.