Ocio y Turismo

En defensa de la música en directo

  • El pianista y cantante gaditano Franky demanda un mayor apoyo de las administraciones para recuperar la amenización en terrazas y locales

El músico gaditano Franky, en su estudio personal.

El músico gaditano Franky, en su estudio personal.

Con luz o sin ella al final del túnel, que nadie sabe aún la intensidad y la distancia a la que se encuentre el que será bienvenido destello, hay sectores que lo siguen pasando mal más de un año después de aquel necesario confinamiento que paralizó el país y su economía. Las dificultades por las que está pasando el sector hostelero tiene también sus efectos colaterales en esa especie de industria auxiliar, por usar un término muy de la Bahía, cuyo trabajo depende de la apertura de los locales de restauración y, de igual manera, de los necesarios permisos para dar cobertura legal a su actividad. Es el caso de los músicos encargados de amenizar sobremesas y cenas.

El gaditano Jesús Alberto Franco López, conocido como Franky en el mundo artístico, es uno de los profesionales, pianista, que enarbola la bandera de la desesperación, temeroso, como otros colegas del sector, de que la futura desescalada, la enésima desescalada, los deje atrás en el camino: “Los músicos que somos autónomos discontinuos no hemos tenido ninguna ayuda, ya que vivimos fundamentalmente de seis meses del año; es necesario que también den permiso a los restaurante y bares para amenización en terrazas, chiringuitos..., la música en pequeño formato, y que al mismo tiempo los vecinos de Cádiz comprendan que hay muchas familias que viven de esto y no tenemos otros ingresos que los que provienen de las actuaciones que, además, son un reclamo para el turismo, tal como sucede por ejemplo en Canarias”.

Franky demanda, pues, “una mayor implicación de las administraciones públicas”, en este caso de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Cádiz, cuyos apoyos considera capital para los músicos que se dedican a amenizar la estancia de los clientes en la terraza de algún bar o en su interior.

“Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento y la Junta es ayudar al formato pequeño. Se sabe que los grandes no tienen problemas, que les llegarán los contratos, a los pequeños son a los que hay que ayudar. Me encantaría que todo el Paseo Marítimo de Cádiz tuviera a gente tocando el violín, saxofón, teclados, cantando flamenco..., eso le daría un aliciente a Cádiz. Ahora bien, si hay cuatro personas que protestan y denuncian porque quieren escuchar el mar desde su ventana...”. Su propuesta, en concreto, se parecería a la batalla de coplas de Carnaval que se organiza en el Paseo, con las agrupaciones rotando por los distintos tablaos.

Este músico gaditano reclama de la ciudadanía un poco más de empatía, “más humanidad. La gente de Cádiz tiene que comprender que debe ayudar a los músicos que lo están pasando muy mal. Dentro de la hostelería los que peor lo están pasando son los músicos y las discotecas”.

Y pone el ejemplo de ciudades como San Fernando o Chiclana, que organizan programas de animación callejera con músicos que son contratados para la ocasión.

En el horizonte está la creación de una asociación de músicos gaditanos que agrupe a los profesionales del pequeño formato y les haga, por tanto, más fuertes ante las administraciones, ante las peticiones de ayuda y para presentar como asociación sus demandas más acuciantes.

Franky no pretende estar solo y anima a todos los compañeros del sector a unirse para hacerse “más fuertes”. Y lo demanda quien cuenta con una larga trayectoria como músico profesional, que se remonta a sus aún inexpertos 18 años.

Por entonces, Franky, viñero de nacimiento, estaba estudiando en el Conservatorio de Música de Cádiz, en la Torre Tavira, y un hombre que lo vio tocando el piano le ofreció amenizar las cenas en el Hotel Atlanterra de Zahara. Allá que iba cada noche con su carné de conducir recién aprobado, en una carrera musical que le llevó por muchos hoteles de la provincia, de Chiclana y la capital (Hotel Playa), sobre todo, y por pubs y salas que cuidaban la música en directo con la que amenizaban el servicio hostelero que ofrecían a sus clientes.

A la espera de que los tiempos se recuperen, este enamorado de la música de jazz, de los temas de Monty Alexander y Frank Sinatra, entre otros muchos con los que compone su repertorio de versiones cantando mientras toca el piano, está a la espera de que se reactiven locales y hoteles en los que ha actuado en los últimos tiempos, como Pianissimo, Barrosa Park, Barrosa Palace, Valentín Sancti Petri o el hotel Flamenco de Conil.

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