José Blas Fernández dejará de ser senador por el Partido Popular. Así lo ha decidido la dirección regional del PP, que ayer designó a los cuatro representantes que le corresponden en la Cámara Alta en representación de la comunidad andaluza. Entre ellos no estaba el actual segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento gaditano, a cargo de las delegaciones de Hacienda, Patrimonio, Régimen Interior y Personal, que había elido senador por elección popular en las dos últimas convocatorias electorales.

Era una noticia en cierto modo esperada, aunque aún cabía la posibilidad de que Fernández reeditara su estancia entre los escaños del Senado, en los que se ha pasado ocho años. Antonio Sanz así lo comunicó ayer en Sevilla, y recordó que la nueva ley permite que los senadores no sean necesariamente diputados autonómicos. Fernández será compromisario por Cádiz en el próximo congreso nacional del PP que se celebrará en junio.

No obstante, el ya ex senador y futuro primer teniente de alcalde en sustitución de José Loaiza, se mostró ayer en declaraciones a este periódico como un militante "disciplinado". "Yo no sabía nada antes -dijo-, me lo han comunicado hoy, sobre la marcha. Pero vamos, yo no me voy a disgustar. En mi partido han creído conveniente que no siga y ya está. Es como todo en la vida. Supongo que el que nomina a estos cargos habrá pensado que hay otras personas más aptas que yo para desempeñarlos".

José Blas Fernández dijo ser consciente de que "estos cargos no son hereditarios, y yo estoy bajo la disciplina del partido", a pesar de reconocer que a él le había hablado de que "era factible" poder seguir como senador. Así que se declaró "a disposición del partido" para cualquier otra tarea que se le quiera encomendar. Y la verdad es que el Parlamento andaluz aún tiene otras designaciones que hacer, como por ejemplo algunas relativas a la radiotelevisión pública. Fernández considera que la "cuota de mujeres por el tema de la paridad" puede haber influido en esta última decisión, y manifestó que tras su paso de ocho años por la Cámara Alta se va con la sensación del "deber cumplido" y de haber "seguido a pies juntillas los trabajos encomendados". Y reiteró: "Si el partido considera darme otra misión, pues bueno, ahí estaré".

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