Coronavirus en Cádiz

Otro templo de los caracoles se une al servicio a domicilio

  • El bar Mari y Jose inicia el reparto a través de una app de la empresa Glovo

El gerente del bar, Antonio Camarena, con las tarrinas de caracoles preparadas.

El gerente del bar, Antonio Camarena, con las tarrinas de caracoles preparadas. / Julio González

Faltaba por sumarse a la ola de repartos a domicilio uno de los bares de referencia en la cocina y venta de los caracoles. Y lo ha hecho. El Mari y Jose, ese local en San José, frente al colegio de Salesianos, que fundase Pepe Parrado, iniciaba este viernes su tarea de devolver los manjares a los clientes que han estado huérfanos de ellos desde que llegó la temporada. Directamente desde Marruecos y previo paso por el bar estos gasterópodos ya viajan en tarrinas hacia los hogares. Y el reparto lo ha puesto el bar en manos de la empresa Glovo, con la que ha llegado a un acuerdo. “Tenemos una aplicación en Glovo en la que entran los pedidos, llegan los repartidores y en poco tiempo está el producto entregado”, cuenta el gerente del bar, Antonio Camarena.

La app señalando una alta demanda de caracoles. La app señalando una alta demanda de caracoles.

La app señalando una alta demanda de caracoles. / Julio González

Los primeros días han sido frenéticos tras conocerse la reapertura del servicio, aunque no del establecimiento. “Es verdad que había mucha expectación y unas ganas locas de comer caracoles”, asume Camarena. El Mari y Jose está cocinando al día 150 kilos que vende en tarrinas a seis euros cada una. De cabrillas, también muy demandadas, salen cada jornada 30 kilos, a 8 euros cada envase. “Es menos cantidad de lo que hacíamos habitualmente sin alarma sanitaria, más de 200 kilos al día, pero esperemos que baste para contentar a la clientela”, apunta el gerente.

Los primeros caracoles proceden de Marruecos. “A mitad de mayo ya será caracol del país, que llegará antes porque hemos empezado más tarde de lo habitual. Normalmente empezamos con los caracoles por Semana Santa. Es un caracol autóctono, de aquí. “Viene de Medina, de la Janda, de los Alcornocales, de varios sitios de la provincia”, explica Camarena.

Un empleado del bar asomado a la olla de caracoles. Un empleado del bar asomado a la olla de caracoles.

Un empleado del bar asomado a la olla de caracoles. / Julio González

Además de los caracoles, el Mari y Jose ofrece a domicilio varias tapas de su carta. Para ello ha realizado en las redes sociales una consulta popular. “Hemos preguntado a los clientes qué platos les gustaban más y han participado en la elección. Queríamos que fuesen partícipes y que fuese algo especial para aportar entre todos”, apunta Camarena. La carne en su jugo, la ensaladilla de pulpo, la bombita picante… y de postre el tocino de cielo o la tarta de queso y fresas. El reparto se realiza de 12.00 a 15.00 y de 19.30 a 23.00 horas.

Esta iniciativa permitirá a este bar recuperar parte de lo que ha perdido con el cierre desde que se decretase el estado de alarma. “Ha sido un palo duro con cero ingresos”, relata el gerente. No les ha quedado otra que poner en marcha el reparto a domicilio para una clientela “que llevaba tiempo pidiéndolo, pero teníamos que pensarlo bien”.

En cuanto a la desescalada y la futura apertura de los establecimientos hosteleros, Camarena precisa que “queremos estar al cien por cien y cumplir las normas, pero con un tercio del aforo, por ejemplo, no podemos tener rentabilidad ni mantener a toda la plantilla. Sería complicado sobrevivir de esa manera”.

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