La Coral de la UCA empieza el curso con zarzuela en el Falla de Cádiz
Concierto brillante de la Coral y la Orquesta de la Universidad de Cádiz, con la presencia de la Asociación de Danzas Folklóricas Ciudad de Cádiz
Zarzuela en la mejor de las compañías
Con un Teatro Falla lleno y la asistencia del rector de la Universidad de Cádiz (UCA) y de los concejales de cultura y educación, el pasado sábado iniciaba el curso la Coral de la UCA con un extenso repertorio de piezas de zarzuela. Como si de una zarzuela completa se tratase, empezaba la noche con una obertura y terminaba con la propina de apoteosis escénica. Remedando una zarzuela compuesta con diferentes piezas de las obras más conocidas del mal llamado género chico, la Coral también nos re-descubrió la zarzuela 'Herencia Gitana' de Andrés Muñoz Rivera (una vez más recuperando repertorios y obras que merecen mayor presencia en la escena).
Una vez más se puso de manifiesto el acierto de contar con una orquesta propia de la UCA que permite disfrutar de mayor calidad interpretativa y afrontar programas con la intensidad que se ofreció en este concierto. Siempre hay que destacar a la concertino Lara Sansón al frente de un compacto grupo de cuerdas que lidera magníficamente. La conjunción de orquesta y coral va dando los pasos adecuados a una velocidad mayor de la que se podría esperar teniendo en cuenta que iniciaron el camino conjunto hace apenas unos meses. El repertorio era de una exigencia notable y es evidente el esfuerzo de mucho tiempo de ensayo y dedicación para lograr un resultado así por parte de una coral que, recordemos, no es profesional. Y deberíamos ser conscientes del esfuerzo titánico en la dirección de Juan Manuel Pérez Madueño con una orquesta recién estrenada (aunque con excelentes instrumentistas), un coro aficionado y unos solistas profesionales en un escenario sin caja acústica y con limitaciones de espacio para la deseada coordinación.
Respecto al repertorio, destacó la selección de piezas por su variedad y dificultad de cambiar de registros y modos constantemente. Fueron más de dos horas recorriendo las zarzuelas más conocidas y piezas de singular riesgo de ejecución precisamente por la expectativa de un público que las puede tatarear a la vez de lo que se desarrollaba en el escenario.
Otra de las sorpresas muy favorables de la noche fue la participación de la Asociación de Danzas Folclóricas Ciudad de Cádiz que supo encajar unas coreografías muy acertadas en unas condiciones complejas por las dimensiones del espacio (el foso de orquesta se habilitó parcialmente para un tablado donde desarrollar la danza). Las bailarinas no solo pusieron una nota de color a la música, además engrandecieron las piezas que interpretaron. Es un acierto que la Coral de la UCA siga esta senda de abrir sus puertas a músicos y bailarines de esta ciudad. Dice el aserto popular que no se ama lo que no se conoce y la UCA está acertando dando a conocer el talento artístico que atesora esta ciudad y que necesita más promoción y apoyo. No cabe duda que fue una puesta de largo sobresaliente para la Asociación de Danzas Ciudad de Cádiz ante un público diferente al habitual para ellas, pero que debe ayudar a ese propósito de recuperar el Festival Folclórico de Cádiz. La zarzuela se distingue por sus numerosos sesgos costumbristas y populares que se complementaron perfectamente con la participación de las bailarinas.
Respecto a los solistas, el público renovó su idilio con María Ogueta y Lucía Millán en esta fructífera colaboración con el coro y orquesta de la UCA. Su calidad y profesionalidad se unen a la capacidad teatral de las dos cantantes. Solvencia, calidad y elegancia (el vestuario también es siempre otro de sus aciertos y es un detalle que cuenta) en su ejecución que siempre elevan el nivel de lo que ocurre en el escenario. Tanto en sus solos como en los dúos, brillaron a su nivel acostumbrado y el público siempre se lo agradece con el entusiasmo y complicidad que produce la asiduidad de su presencia en el Falla con la Coral.
La sorpresa vino con el barítono Manuel Mas. Como si Valencia fuese una fuente inagotable de magníficas voces líricas masculinas, el público supo reconocerlo y le aplaudió con admiración, respeto y gratitud por su interpretación. Y con delirio en su propina una vez finalizado el programa. Un acierto del proyecto de la Coral haber contado con su participación en este programa lírico.
Y, como ya dijimos con anterioridad, nuevamente la Coral apuesta por presentar talentos locales y, en concreto, de su propio grupo para desarrollar momentos de solistas o conjunto de forma separada. Jesús Espiñeira y Guillermo García van tomando la experiencia necesaria para interpretar sus partes con creciente seguridad y convencimiento.
Una brillante noche de inauguración de curso culminada con la 'Marcha de Cádiz' de Chueca. No podía ni debía ser de otra manera.
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