La construcción vuelve a estar en manos del sector privado

El parón casi en seco de los planes de rehabilitación del casco antiguo por parte de la Junta, que sólo tiene en cartera la operación de Osorio, en el barrio de San Juan, y la ralentización de las actuaciones desarrolladas por la empresa municipal Procasa, pendiente a su vez del inicio de las obras en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, ha vuelto a poner en manos de la iniciativa privada el desarrollo de la construcción en Cádiz.

Es cierto que el pulso es aún débil, muy lejos del vigor de hace una década, y que incluso siguen paradas y sin perspectivas de salir adelante operaciones de gran calado como las que se ejecutaban en el polígono de San Juan Bautista y en las antiguas bodegas Abárzuza, pero aún con todo ello hoy la mayor promoción en marcha, y con garantías de continuidad, es la que acaba de reanudar Construcciones San Miguel en la calle Santa María del Mar, entre la avenida de Andalucía y el Paseo Marítimo, una de las zonas con mayor nivel adquisitivo, aún en crisis, de la ciudad.

El proyecto supone la construcción de 43 viviendas de renta libre y 115 plazas de aparcamiento que irán en tres plantas subterráneas. La previsión es que las obras estén terminadas a finales de 2014.

Esta promoción, que ocupa el solar de un antiguo equipamiento religioso, se inició hace tres años. Tras concluir la excavación del solar, el pilotaje del mismo y las prospecciones arqueológicas, una serie de incidencias con la financiación de la obra provocaron su paralización. Finalmente, la firma gaditana cerró hace unas semanas un acuerdo con la firma Obras Especiales de Navarra, que asume ya la construcción y financiación del proyecto, con un coste de 4,1 millones de euros. El Grupo Obesur, que en Andalucía ya tiene varios proyectos, mantiene un importante proceso de expansión por todo el país en los últimos años. En todos ellos, además, promueve la utilización de mano de obra local. En el caso de Cádiz la previsión es conseguir puntas de hasta medio centenar de trabajadores, según destaca Iñaqui Jiménez, delegado de la Zona Sur de la constructora.

Que esta promoción, en una primera fase, se iniciase hace ya tres años permitió entonces vender más del 40% de las viviendas puestas a la venta. Miguel Reiné, portavoz de la promotora, no duda en que hay mercado más que suficiente para sacar adelante todo este proyecto, sobre todo cuando hay garantías de continuidad.

Reiné destaca que hay mercado de venta, pero falta una financiación más efectiva por parte de los bancos, fondos que se dejan notar también a la hora de sacar adelante nuevas obras, como ya sufrió la promotora San Miguel con el proyecto que ahora se reactiva con el apoyo financiero de Obesur.

A la vez, Miguel Reiné reconoce que el propio sector está modificando el propio producto que pone en el mercado: con viviendas más pequeñas, adaptadas en superficie y en precio (desde el inicio de la crisis el coste de las necesidades de las familias, y dejando a un lado las casas de gran tamaño (aunque en el caso de Santa María del Mar aún se ofertan pisos amplios). Pone como ejemplo una promoción de apartamentos "que hemos sacado en el casco antiguo de los que ya hemos vendido rápidamente 12 de las 14 unidades".

Con todo, y a pesar de que algunas de las promotoras gaditanas más clásicas han reducido el ritmo de construcción, es la iniciativa privada la que parece haber tomado el timón en la construcción, aunque siguen en el aire las dos grandes promociones del sector en manos privadas. En Abárzuza se ha optado por no iniciar la tercera fase de la promoción, pero en Abárzuza las obras se encuentran paralizadas desde hace años con parte de los pisos ya vendidos y con perspectivas muy negras para reanudar las obras.