El comercio del centro afronta las rebajas con imaginación

A nadie se le escapa que la situación por la que atraviesa el comercio no es buena, y menos aún en el centro histórico de El Puerto, donde el continuo cierre de comercios contribuye a desanimar aún más al consumidor que acude a las rebajas. A pesar de ello, hay empresarios que no tiran la toalla y le echan imaginación para animar a sus clientes a comprar en el corazón de la ciudad.

Carmen Rascón, propietaria de la tienda de ropa 'Sweet Matilda', es una de estas emprendedoras que ha optado por no tirar la toalla. Su pequeña tienda (ubicada en la castigada calle Larga) sobrevive contra viento y marea y a base de mucho esfuerzo ha conseguido mantenerse a flote, aunque es muy crítica con el estado que presenta el centro de la ciudad, al que considera que los responsables municipales no están cuidando lo que sería necesario.

En cuanto a las rebajas, Carmen afirma que colgará el cartel el martes, 8 de enero, como ha hecho siempre, ya que los clientes se guían mucho por las fechas tradicionales. No obstante, es partidaria de utilizar descuentos en fechas puntuales como reclamo, algo que ya hizo el pasado mes de septiembre con la iniciativa llamada Black Friday, tres días durante los que los artículos de la tienda se podían adquirir con un 25% de descuento.

En el centro de la ciudad serán muy pocos los comercios que abran sus puertas el lunes, día 7, y es que como explica Carmen, ella lo ha hecho algunos festivos en los que abren las grandes superficies "y no ha entrado nadie, la gente no tiene el chip de comprar en el centro los días de fiesta", afirma.

En el caso de esta tienda de ropa, las rebajas se prolongarán hasta finales de febrero, aunque algunas prendas ya se pueden adquirir con descuentos de hasta un 30%.

Carmen asegura que este pasado mes de diciembre ha sido de los peores que recuerda, no tanto noviembre, entre otras cosas por la campaña lanzada por la tienda mediante un buzoneo directo a sus clientas. "Sabíamos que esta temporada iba a ser dura" -explica- y asegura que los comerciantes cada vez tienen que echarle más imaginación a su labor para poder sobrevivir y no tener que echar el cierre, algo a lo que en este último año han recurrido muchos empresarios del sector. Esta empresaria ha echado de menos este año más ambiente navideño en el centro de la ciudad que hubiera servido de reclamo, "al menos el belén que ponían en la plaza Peral", se queja. /T.A.