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medio ambiente

A la caza de los ruidos molestos

  • En 2018, el Grupo Omega de la Policía Local, que realiza las pruebas contra la contaminación acústica, ya ha realizado 10 mediciones efectivas y está trabajando en otros seis expedientes

Un agente de la Policía Local realiza una prueba de sonometría.

Un agente de la Policía Local realiza una prueba de sonometría. / julio gonzález

El ruido es uno de los principales problemas que altera la convivencia. La ansiedad y el estrés son dos síntomas que aparecen en las personas que lo sufren continuamente y no consiguen encontrar una solución a este mal. Cuando ya no hay salida, la única solución es acudir a denunciar ante la Policía Local. Aunque este tipo de reclamaciones son muy numerosas, pocas de ellas acaban en un expediente sancionador debido a que se atienden los casos reiterativos por parte de la Delegación Municipal de Urbanismo, que es la encargada de los trámites sancionadores, mientras las reclamaciones puntuales se archivan.

"Cádiz no es una ciudad ruidosa", sostiene Juan Antonio Bautista, oficial del Grupo Omega de la Policía Local, que es el equipo encargado de realizar las pruebas de sonometría una vez que Urbanismo tramita los expedientes para resolver un caso de ruidos. Con una plantilla de 12 personas, una de sus funciones es conseguir las pruebas necesarias por si hubiera que sancionar y tomar medidas correctoras, además de atender en la medida de lo posible este tipo de conflictos. A la medición se llega cuando la mediación no surte efecto debido a que, señala Bautista, "falta comunicación" para la solución de las discrepancias, ya que muchas de ellas se pueden resolver "con sentido común".

Los agentes municipales han recogido 89 denuncias durante el presente añoLas pruebas de sonometría las encarga la Delegación Municipal de Urbanismo

Las estadísticas no engañan a la hora de señalar que no existen demasiadas situaciones enconadas en cuanto a los ruidos en la ciudad. En 2017, los agentes de la Policía Local recogieron 161 denuncias por este asunto. De ellas, una vez abiertos los expedientes por parte de Urbanismo, sólo se realizaron 16 mediciones efectivas, mientras que tres casos se solucionaron por la mediación y dos se declararon nulos. Por su parte, en lo que llevamos de 2018, se han presentado 89 denuncias por ruidos. Tras la intervención de Urbanismo, se han hecho 10 mediciones efectivas, dos expedientes se cerraron gracias a la mediación y dos se han declarado nulos. Asimismo, la Policía Local está trabajando en otros seis casos tras emitir Urbanismo los oficios correspondientes.

Esta diferencia entre denuncias y expedientes se sustenta en muchos casos, tal y como explica el oficial del Grupo Omega, en que cuando un agente acude a recoger la denuncia "normalmente se zanja el problema", por lo que, aunque se tramite la denuncia ante Urbanismo, esta queda archivada.

Si las molestias persisten, ya se toma cartas en el asunto desde Urbanismo, que es la competente para emitir el oficio que hace que actúe la Policía Local. Para ello, se somete a lo que marca el Decreto 6/2012, de 17 de enero, que aprueba el Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica.

Normalmente, los casos que más se repiten son los relacionados con los pubs con música, los equipos de aire acondicionado o los motores de las máquinas de los establecimientos. Una vez que se inicia el expediente, los agentes del Grupo Omega se ponen en contacto con el denunciante para conocer el asunto y concertar la medición, a la que acuden de paisano. Las pruebas se hacen con un sonómetro, que debe estar perfectamente "calibrado y homologado", remarca Bautista. Los registros son tomados por el agente que realiza la prueba para, según los parámetros que establece la norma, enviarlos a Urbanismo, que es quien dictamina si corresponde algún tipo de sanción y de medida correctora.

En función de la fuente del ruido, si es de transmisión -al proceder de un negocio colindante a la vivienda-, los registros se toman en el interior de la habitación afectada con puertas y ventanas cerradas, pero si es de inmisión -por ejemplo, un aire acondicionado que está enfrente de la vivienda o en el interior de un patio-, la prueba se hace en el exterior. Asimismo, se toman pruebas en activo -en el momento en el que se produce el ruido- y en pasivo -cuando, por ejemplo, el establecimiento denunciado está cerrado-.

A pesar de su complejidad, Bautista considera que esta función es "muy gratificante para el policía" ya que "para el ciudadano que está desesperado y ve que estás midiendo, eres su salvador".

Una de las labores más desconocidas es la mediación que realizan los policías locales para solucionar estos casos. Uno de los últimos que está en marcha, cuenta el oficial, es el de un establecimiento hostelero que fue denunciado por el ruido de su sala de motores. "El vecino de arriba se quejaba enormemente de que no podía dormir. Vivía de alquiler y se ha tenido que ir", comenta Bautista, aunque la solución la propuso el propio inquilino, que al ser arquitecto le sugirió que "esto se soluciona con unas planchas de aislamiento, unos silentblocks y unos temporizadores". Estas obras ya se han realizado en este negocio, por lo que no se ha tenido que hacer la medición, a menos que los problemas persistan.

Incluso, existen casos en los que se ha realizado un acto de conciliación para normalizar la convivencia. Esto sucedió entre una peña y un vecino, por lo que la resolución pasó por sentar a las partes y acordar unas normas. La entidad se comprometió a cumplir con reglas como no sacar las bebidas a la calle, no alzar la voz los socios en el interior del local o respetar los horarios de apertura y cierre. A cambio, la peña consiguió que pudiera organizar actividades previo aviso a la comunidad. "El objetivo es solucionar el problema, no denunciar", remarca Bautista.

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