En busca de protección para una travesía divina

Historia

El Archivo Provincial dedica su documento destacado a la tradición de embarcar una imagen de la Virgen del Rosario en los buques de Indias

El traslado de la Galeona al 'Juan Sebastián de Elcano' se debe a una tradición centenaria.
El traslado de la Galeona al 'Juan Sebastián de Elcano' se debe a una tradición centenaria. / D.C.
Redacción

Cádiz, 24 de agosto 2021 - 06:00

El Archivo Histórico Provincial de Cádiz ha dedicado su último documento destacado a rescatar de sus estanterías dos documentos que certifican la centenaria tradición de embarcar una imagen de la Virgen del Rosario en los buques de Indias para solicitar “su protección” durante la travesía. A semejanza de la Galeona, así conocida por ir en los galeones de Tierra Firme, también la Flota de Nueva España solicitaba al prior convento de Santo Domingo el préstamo de la imagen que, además, era llevada a la zona portuaria de similar manera a la que actualmente lo hace el Juan Sebastián de Elcano cuando embarca la Galeona.

Santiago Saborido, director del Archivo Provincial, ha sido el encargado de seleccionar los documentos de este mes, agrupados bajo el título ‘Nuestra Señora del Rosario de la Nueva España: la otra galeona de la Flota de Indias’. En concreto, como explica el propio Saborido, son “unas escrituras notariales que reflejan la tradición del embarque en Cádiz antes de la partida de las flotas de la Virgen del Rosario. En este documento destacado contextualizamos y reproducimos, además de transcribirlas, dos escrituras notariales de 1699 y 1715 donde se refleja cómo la Virgen del Rosario es recibida por los generales de la Flota de Nueva España para que sea llevada y traída en los navíos ‘Almiranta’ o ‘Capitana’ de la Flota, para que interceda por ellos en el viaje de ida y vuelta a Nueva España.

Así, aunque en uno de los documentos seleccionados por Saborido se dice que se va a embarcar en la ‘Capitana’ de dicha flota, en el otro se indica que se llevará y traerá en la nave ‘Almiranta’, como protectora e intercesora de las respectivas Flotas colocándola en la capilla del navío.

“Se especifica –explica el documento destacado– que la imagen de bulto de la Virgen es la misma, que se le entregó en su día al almirante Francisco Navarro, el mismo marino que en 1683 con Andrea Andreoli acuerda el pago de la construcción del impresionante retablo de mármol de Carrara que podemos disfrutar como altar mayor en la Iglesia de Santo Domingo de Cádiz”.

Además, en el documento de 1699 se específica una tradición que ha llegado hasta nuestros días, como es el traslado de la imagen de la Virgen desde la Iglesia Conventual de Santo Domingo hasta el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, y se dice: “Embarcándola y desembarcándola con el acompañamiento y concurrencias de todo lo militar della, y como lo ejecuta el tercio de Galeones”.

También es de destacar que en ambos documentos el almirante se compromete con el prior del convento a entregarle “todas las limosnas” que pudieran recibir por la adoración de la Virgen del Rosario en su periplo, con destino, según se dice, “a la construcción de la hospedería del convento para alojar a todos los dominicos que llegaban a Cádiz, y donde se alojaban antes de partir hacia la Nueva España o Filipinas: “Que tanto fruto han dado y están dando a Nuestra Santa Iglesia y fe católica por medio del Rosario de María Santísima”, tal como se mencionan en ambos documentos.

Como recuerda Santiago Saborido, “al igual que la flota de galeones de Tierra Firme ya tenía su patronato a la Virgen del Rosario como la galeona tal como se indica en los documentos analizados, de la misma manera la flota de Nueva España la establece como su patrona, como Virgen de la Flota creando capilla propia en la Iglesia de Santo Domingo, en la nave de la epístola, para que allí fuera venerada en el tiempo en el que no estuviera navegando con la flota en sus viajes de ida y vuelta al puerto de destino, de Veracruz”.

Desde el Archivo se destaca que “existen pruebas documentales que eran de imágenes de bulto de la Virgen, y no pinturas, lo que se llevaban en las naves de las distintas Armadas, y son distintos autores los que ya citan a la advocación de la Virgen del Rosario en poblaciones como El Puerto o Sanlúcar, o en la propia Sevilla con arraigo al menos desde el siglo XVI, como puertos de atraque de las flotas de galera la primera población y de salida de las flotas de Indias las otras dos”.

Además, la predicación de los dominicos de la advocación del Rosario a mitad del siglo XVII, entre otros por el padre Ulloa llamado ‘apóstol del Rosario’ del Convento de San Pablo de Sevilla, a lo largo de toda Andalucía –gracias a que la población rezaba el Rosario buscando protección de las epidemias de peste– hizo que una de las prácticas fuera llevar a la imagen de la Virgen bajo esta advocación con preferencias a otras en los buques que cruzaban a Indias, y también la protección del Rosario en la nao de la China o el galeón de Manila.

“Así –explica el documento–entendemos también la advocación del Rosario de Manila como prolongación de la advocación de la de galeones de Tierra Firme y de la Flota de Nueva España, siendo los dominicos los que llevaran esta advocación a sus conventos filipinos, entre otros”.

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