Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Cádiz

"El arte, desde que lo conozco, siempre ha estado en crisis"

  • Entrevista. Rafael Benot es una institución en el mundo del arte gaditano, como único galerista que ha logrado sobrevivir tras décadas de trayectoria en la complicada encrucijada actual

Desde que en Cádiz hay galerías de arte, es decir, desde que Rafael Benot abrió Arte Impreso en el año 1993, "el arte siempre ha estado en crisis". Ahora, veinte años más tarde, y tras los 36 años que lleva en contacto con el mundillo cuando abrió su primera tienda de serigrafía en Cobos, es el galerista referente y único en su especie en ciudad. Una institución en la materia, cuya trayectoria ha forjado bajo el lema de la "honradez" y su propia intuición.

-¿Cómo comenzó en esto del mundo del arte?

-Fue algo tardío. En los inicios de Cristalarte, ya conocía a Hernán Cortés y Carmen Bustamante y quizás los ratos que compartía con ellos me hicieron entusiasmar por esta profesión. Fue entonces cuando empecé a descubrir la obra gráfica, el inicio de las primeras ediciones con Hernán Cortés, Fernando Bellver, Pedro Escalona o Antonio Agudo. Todo ello llevó a la apertura de Arte Impreso, la primera galería en la ciudad dedicada a la obra seriada, en el 93. Más tarde el vacío de iniciativas privadas y el hervidero artístico del momento me impulsaron a abrirme a nuevos lenguajes surgiendo Galería Benot, primero en la calle Valverde, de ahí a San Pedro y finalmente en Ramón de Carranza, compartiendo el espacio desde hace cuatro años con Cristalarte.

-Pero sus primeros contactos con el mundillo comenzaron antes. En la calle Cobos...

-En el 76 yo trabajaba en Dragados y Construcciones en los inicios de la Planta Off Shore como administrativo. Allí conocí a Michael Mitson, ingeniero inglés que conocía la fórmula del azogue, y empezamos a trabajar en la serigrafía sobre fondo de espejo, muy de moda en la decoración de esos años. Creamos una empresa Cristal-art, de la que más tarde tomó nombre la actual Cristalarte. Un año más tarde decidí abrirme camino junto a Carlos Rojas, un experto de la enmarcación e inauguré la primera tienda en la calle Cobos para más tarde trasladarme a Valverde, un local propiedad de la familia Fernández Repeto, a la que siempre le estaré muy agradecido.

-De aquí a convertirse en una de las personalidades más respetadas en el sector. El único galerista superviviente. ¿Cómo ha logrado bandear esta crisis?

-En la actualidad son muchas las galerías que han decidido diversificar la actividad dentro del mismo espacio. No lo veo contradictorio, y hasta puede convertirse en un elemento de captación de nuevos públicos. Nosotros lo tuvimos claro cuando fusionamos Cristalarte con Benot. En cuanto a la crisis, el arte desde que yo lo conozco, siempre ha estado en crisis, imagina en estos momentos.

-Hablar de Rafael Benot es hablar del clan Benot, con una familia volcada en la profesión. Su hija menor y mujer, trabajan con usted. Y Lorena Benot al frente del ECCO. ¿Qué siente?

-Orgullo, claro. Evidentemente, nunca lo planteamos así, pero supongo que es lo normal cuando creces con ello. También es un arma de doble filo, ya que toda la familia depende de un mismo sector, que ahora no es el más privilegiado.

-¿Y cómo valora la actuación de su hija al frente del ECCO?

-Pues valoro positivamente el trabajo realizado por ella en el espacio municipal ECCO, sobre todo teniendo en cuenta los momentos de crisis y lo que ello implica no sólo a nivel de recursos económicos, sino humanos. En cuanto a los criterios, lo tiene bastante claro, su formación y la experiencia profesional en el sector privado, la hacen suficientemente capaz para defender un trabajo de esta envergadura. Poner en marcha un nuevo edificio, dotarlo de infraestructura y crear un discurso coherente acorde para la ciudad no es tarea fácil. Tiene una implicación máxima con el proyecto y eso es lo importante.

-¿Le aconseja? ¿Hace crítica constructiva, si es necesario?

-Normalmente no le aconsejo, ella sabe muy bien qué tiene que hacer. En cuanto a crítica, alguna vez hemos comentado algo de alguna exposición, pero nada especial.

-¿Ha intentando inculcarles la pasión por el arte o ya estaba en sus genes?

-Mis hijas Lorena y Lucía han vivido este ambiente desde pequeñas. Supongo que ese flujo de artistas tanto en casa como en el trabajo, les ha hecho familiarizarse con el tema y apreciar el quehacer artístico de una forma diferente. Y eso al final queda de un modo u otro. Algo parecido le está pasando a Alma, mi nieta, que en la última exposición de Marina Anaya en la galería, ambas decidieron intercambiarse una obra. Evidentemente salió ganando mi nieta, pero a lo que me refiero es que ella sabe darle el valor que eso conlleva, por la forma de manipular la obra y cómo se refiere a ella. ¡Cualquiera le toca su Marina Anaya!

-Empezaste en la galería de la mano de una serie de artistas que todavía hoy trabajan codo con codo con Benot. Galán Urréjola, Carmen Bustamante, Escalona... ¿Es ésta una de las claves?

-Sí, claro. Creo que es importante que la galería marque una línea coherente y continuada. Tengo la suerte de poder seguir contando con artistas, que son amigos, cuya trayectoria ha ido de la mano de la propia galería. Siempre he sido muy claro con el criterio de la sala, no hay trampa ni cartón, he defendido lo que me gusta y siempre me he guiado por mi propia intuición. Es la diferencia entre una sala privada y una pública, soy libre de representar lo que verdaderamente me apetece.

-Precisamente Galán Urréjola comentaba hace unos días que la crisis está provocando la depuración en el arte, por lo que no afecta tanto a los que se jugaban sus propios cuartos. ¿Es su caso?

-Es posible. En la época boyante hubo una proliferación de galerías cuya principal fuente de financiación era pública. Siempre pensé que esa opción no dejaba de ser irreal, una gran mentira. Si bien es cierto que la crisis nos afecta a todos, tenemos que ser conscientes de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Soy libre para sufrir la crisis pero también para reinventarme.

-En este sentido siempre ha contado con la colaboración del Ayuntamiento, que ha apoyado y proyectado a sus artistas de cabecera.

-La administración local siempre me ha apoyado, algo que ha sido recíproco. La alcaldesa nunca ha fallado a las inauguraciones de Benot en 18 años y siempre ha recibido con agrado las propuestas que desde la empresa privada se le ha podido mostrar. Como ciudadano creo que realmente es importante implicarnos en la actividad cultural de la ciudad. Tenemos que defender la premisa de cultura para todos y de todos.

-¿Qué opina entonces de la opción de pagar por entrar en los espacios expositivos municipales?

-Pues si está bien planteado, por qué no. Siempre y cuando no paguen los gaditanos. El otro día me pasó en la seta de Sevilla, y me pareció fantástico.

-Volviendo a sus artistas, ¿cuáles han ido los grandes descubrimientos que ha realizado a lo largo de su trayectoria?

-Pues ha habido de todo, artistas noveles por aquel entonces que tuvimos el placer de acoger como era el caso de Guillermo Mora o Gloria Martín, que hoy están desarrollando una buena carrera. Otros que ya forman parte de la marca Benot como Cecilio Chaves, Urréjola, Escalona, Trenado, Pilar Alonso... o la representación en el territorio andaluz de artistas como Marina Anaya o Eva Armisén.

-¿Qué características debe tener un artista Benot ?

-En la galería siempre ha tenido cabida cualquier lenguaje de creación, aunque ha tenido mayor presencia el discurso figurativo. Pero si existe un baremo que haya servido para depurar la línea de la sala, ése ha sido la calidad y el rigor artístico.

-¿Qué cuadros tiene Fali Benot colgados en casa?

-Están representados casi todos los artistas de la galería. Aunque es cierto que para mí ocupa un lugar especial el retrato que Hernán Cortés me hizo en el 82, quizás porque marca el inicio de todo, es una pieza magnífica. También le tengo mucho cariño al libro de autor de la galería, donde cada artista ha dejado su impronta.

-Nunca apostó por la asistencia a ferias, salvo a Artesantander.

-El tema de las ferias es algo complicado, conlleva unos gastos importantes, aunque lo sopesamos en muchas ocasiones e incluso fuimos invitados a algunas de ellas. Al final sólo decidimos ir a Artesantander, y pese a que nos fue bien, el día a día y la coyuntura nos hizo platearlo de modo secundario. De todas formas nunca me sedujo entrar en el circuito.

-¿Y qué opina de la deriva que han tomado estos encuentros?

-Que no haya entrado no quiere decir que me oponga a ellos. La asistencia a ferias te abre mercado e indiscutiblemente visualización para los artistas. El caso de Arco ha tomado un camino con gran presencia internacional y ha dejado un poco de lado el territorio nacional, pero no podemos obviar que sigue siendo la cita por excelencia. Por otra parte desde hace cuatro años se desarrolla paralelamente JustMad, con una apuesta interesante por el arte emergente y que si no recuerdo mal, el pasado año contó con la presencia del gaditano Pablo Fernández Pujol, representado por la Galería mallorquina Addaya. Arte Santander por su parte sigue siendo para mí una magnífica apuesta.

-¿Suele ir Rafael Benot a ferias a título personal para ver qué se cuece en el mercado?

-Sí, cada vez que puedo.

-¿Se han creado demasiados espacios culturales en Cádiz que a veces carecen de contenidos de calidad?

-Yo creo que cuando hablamos de cultura nunca es suficiente. La cultura es una de las actividades que mayor beneficio genera en una ciudad. La apuesta por el turismo cultural tiene que ser fuerte, un planteamiento a largo plazo, si queremos mostrarnos al exterior como enclave de un turismo de calidad. Tenemos que ver la cultura como motor generador de pensamiento crítico y no como un instrumento de divertimento.

-Pompidou ha fijado su mirada en Málaga, donde también cuentan con el Picasso o el Thyssen. ¿No le hace falta a Cádiz un centro de referencia que atraiga a este turista cultural?

-Podría ser en los Depósitos de Tabaco, donde exhiban los artistas emergentes, se hagan instalaciones... Como está previsto proyectar viviendas para darle más vida a la zona, puede ser una opción.

-Y de los espacios expositivos existentes, ¿cree que están acondicionados viendo sus condiciones de humedad o iluminación?

-Cada espacio está acondicionado según la programación que alberga y consensuado con comisarios, artistas y otros agentes que intervienen. La humedad es un elemento con el que Cádiz por su enclave tiene que jugar, pero creo que cada vez se está siendo más consciente a nivel coyuntural. En el tema la iluminación prefiero no entrar. Bastante tengo con Benot.

-¿No es hora de aprovechar y unir las colecciones de arte contemporáneo de la provincia como las de Diputación y Aduana para dotar a algunos centros? El ECCO, por ejemplo.

-Ya hubo una selección de la colección de la Diputación en ECCO, una buena colección por cierto. Y aunque no me compete, estaría bien unificar esta obra estupenda.

-Aparte del arte, ¿qué otra afición tiene Fali Benot?

-Echar un buen rato con los amigos y la buena música, no soy nada excéntrico.

-¿Alguna asignatura pendiente?

-Este año hemos tenido dos grandes bajas en el arte nacional, José Hernández y Eduardo Sanz, grandes artistas y magníficas personas. Me hubiese gustado organizar de nuevo con ambos otro proyecto expositivo en la galería. Estoy orgulloso de tener una profesión que aunque es mi vocación, me ha permitido hacer grandes amigos.

-¿Y algo nuevo que anunciar?

-Exposiciones, exposiciones y más exposiciones. Y en enero tendremos la presencia de una joven artista, Irene González.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios