El año del perenne levante
Los locales a pie de playa lamentan las repercusiones negativas del verano de incesante viento El turismo se moviliza hacia el centro histórico de Cádiz
Algún poeta local que otro siempre se refirió a Cádiz como la ciudad de los vientos, como aquella que deja su destino al antojo de las corrientes de aire que nunca dejan de soplar en este rincón. Pero en esa batalla de los vientos, este año pierde claramente el poniente, que apenas ha tenido protagonismo. Los hombres de negocio de la capital apenas se lo explican, les cuesta hacer memoria para hallar un verano con más levante que el de 2016.
Ayer volvió a saltar ese incómodo acompañante con fuertes rachas de viento que llegaron a los 55 kilómetros por hora y que hoy incluso podrían alcanzar los 60 kilómetros por hora. Según los datos consultados en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el levante no abandonará Cádiz hasta el sábado. Estos cinco días de viento se unen a la larga lista de jornadas en las que los bañistas no pudieron disfrutar con comodidad de la zona de la playa.
Los estragos no sólo se notan en la hostelería, también en el entorno. Durante los últimos días, ha vuelto un escalón ligeramente pronunciado a la playa de La Victoria, a la altura de las calles Marianista Cubillo y Guillermo José Chaminade. En esa parte, se observa un notorio desnivel que, si bien aún no es contundente, en unos días puede seguir aumentando. Justo en esta zona ya se regeneró la playa el pasado junio, cuando los efectos de un fuerte temporal dejaron una especie de muro de arena que dividió el entorno en dos niveles.
Uno de los sufridores de esta pendiente es el chiringuito Sotavento, que ya tuvo que retrasar su apertura por los trabajos de recuperación de las playas. "Los escalones no están ni mucho menos más grandes. Pero sí se están formando un poco, es como una pequeña cuesta y hay diferencia entre la orilla y la parte seca de la arena", comentan desde el Sotavento. La principal preocupación está en que debido a los efectos del viento, el cierre tenga que ser más inmediato. "El año pasado estuvimos abiertos hasta noviembre y tememos que este año no podamos llegar, que vuelva a pasar lo mismo. Hemos tenido un verano de levante que hace que la arena que echaron no esté durando mucho", reconocen con frustración desde este establecimiento. Haciendo memoria de aquellos días de temporal en primavera, en los que el chiringuito casi queda a merced de la orilla, desde este establecimiento recuerdan que "la gente no podía bajar en ese tiempo a la playa". Y si no es por el desnivel, es por el levante, cuya incidencia negativa en las ventas es un hecho.
Así lo afirma también Iván Periano, del chiringuito Los Pikachos, ubicado en la playa de Santa María del Mar, zona comúnmente transitada por los bañistas cuando hay levante. "Afecta negativamente en todas las playas, si es cierto que a nosotros nos afecta en menor medida. Pero notamos un cambio sustancial cuando hay viento. Hay menos público, porque aquí algo si que da. Dicen que es incómodo, que no se puede aguantar", sostiene Periano. Un verano exitoso que a pie de playa no ha podido notarse tanto por esta incidencia. "Hay público al que no le hace gracia este viento. El que haya venido para una semana, pues se encuentra bastante afectado", reconoce.
No obstante, quienes llegaran la semana pasada a la ciudad, y aún permanezcan por estos días en ella, comprobaron un notorio cambio. Es el caso de un grupo de turistas procedentes de Ciudad Real que llevan instaladas desde el martes 16 de agosto en Cádiz. "Hoy hemos notado el viento pero no se está mal del todo. Simplemente se cambian los planes. En vez de bajar a la playa, hemos caminado por el Paseo y hemos ido a un bar de la Avenida a comer", declaran. Además, esto provoca que muchos de los turistas decidan abandonar la arena para recorrer las calles del centro.
Este es un aspecto que corrobora el presidente de Horeca, Antonio de María. "Esto es negativo para la costa, para los chiringuitos, para las terrazas del paseo marítimo, etc. La gente al renunciar a la playa se va hacia el interior, a ver museos e iglesias. Esto está ayudando a que la gente conozca el territorio. No es tanto el daño sino el movimiento de la creación de riquezas. Si el centro de la ciudad estaba acostumbrado a que todo estaba en la playa al mediodía, ahora el centro de la ciudad está lleno cuando hay levante", explica el presidente de la patronal de hosteleros, quien incide en que el verano ha sido exitoso pese al tiempo.
Por su parte, el meteorólogo Manuel Salguero descarta que el viento casi sistemático de este verano tenga una explicación excepcional. "Simplemente es por una configuración atmosférica que es típica del verano. No es nada para alarmarse", garantiza. Según detalle Salguero, esas configuraciones atmosféricas son dinámicas que determinan dónde se emplazan anticiclones y borrascas, muchos de los cuales son propensos a instalarse por una zona concreta del globo terráqueo. En el caso de Cádiz, cada verano suele contar con "un anticiclón potente en el Atlántico con bajas presiones, con latitudes mucho más al norte y todo ello reforzado por una baja térmica que es como una pequeña borrasca que se da en el norte". Concretamente, esas pequeñas borrascas actúan en las montañas y son las causantes de las típicas tormentas de verano. Pero insiste: "se está dando una configuración concreta que hace que se tengan más días de levante. No se sabe si esto afectará al otoño, si continuará o no, pero no es nada nuevo ni especial. Esto ya se ha dado, tirando de datos encontraríamos hasta veranos peores".
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