De anda por casa

Vivir entre arcos y columnas

  • Los conocimientos arqueológicos de sus propietarios, Lorenzo Perdigones y María Luisa Lavado, han sido la clave en la distribución y recuperación de los diferentes espacios de esta casa

De andar por Casa. Arcos y columnas

De andar por Casa. Arcos y columnas / Ignacio Casas de Ciria (Arcos de la Frontera)

La casa que describimos se encuentra en la localidad de Arcos de la Frontera. Es una casa muy especial tanto por su continente como por su contenido. Sus propietarios, Lorenzo Perdigones y María Luisa Lavado, la adquirieron hace muchos años, siendo Lorenzo Perdigones el que inició la distribución de los espacios y el proyecto de decoración. Y tras su fallecimiento, su esposa siguió con el proyecto de la casa, que ha finalizado junto con sus hijas.

La casa tiene una superficie de 250 metros cuadrados, repartidos en diferentes alturas, donde se encuentra el comedor, el salón, una biblioteca, la cocina, tres dormitorios y dos baños. También la parte trasera del edificio comunica, a través de unas escaleras, con un cenador al jardín con una piscina, parte de la cual se ubica dentro de una cueva, logrando de este modo un paisaje único en un entorno natural.

La entrada a la casa la ocupa la biblioteca. Un paragüero de principios del siglo pasado, con azulejos de color turquesa y blanco de la Cartuja adquirido en un rastrillo, da la bienvenida. Le acompaña una mesa central isabelina con un conjunto de sillas y sillones de estilo alfonsino. Uno de sus laterales, lo ocupa un gran mueble realizado en maderas nobles, que alberga un gran número de libros de diferentes temáticas.

Unos arcos de ladrillos sobre unas columnas de piedras, delimita el espacio con las demás estancias de la casa.

Para el mobiliario del salón se ha usado una variedad de muebles de diferentes períodos. La parte central la ocupa una original mesa realizada con una puerta antigua, que se apoya sobre unas patas de hierro. Una cómoda isabelina ocupa uno de sus laterales, junto con un chubesqui que calienta la casa los días duros de invierno.

Para el comedor se ha elegido una mesa de cristal y acero inspirada en los años 70, junto con un grupo de sillas de rejillas de color blanco roto. Una librería de palillería de caoba ornamenta uno de los espacios, con una colección de libros antiguos. Entre sus paredes cuelga un espejo dorado isabelino de procedencia familiar. Una parte de su suelo está cubierto por un cristal, a través del cual se puede apreciar el aljibe de la casa.

Todas estas estancias combinan el suelo hidráulico en tonos amarillo, verde y mostaza con el techo de vigas de madera.

Junto al comedor se encuentra la cocina, que combina en su diseño el damero del suelo en color mostaza y blanco con la viguería de su techo y el friso de sus azulejos en colores verde, mostaza y azul. Diferentes utensilios de cocina del siglo pasado se utilizan para decorar parte de este espacio.

En otra planta de la casa se encuentra el dormitorio principal, junto con el baño. Una antigua puerta de cuarterones en color azul cobalto se coloca como cabecero de la cama, acompañado en uno de sus laterales de una mesilla de noche de los años 20 del siglo pasado. Un gran armario isabelino de caoba, de herencia familiar, protagoniza parte de espacio. Y también una banqueta inspirada en el estilo imperio de caoba se ubica frente al piecero. Una pintura del gaditano Fernández–Pujol cuelga en la pared de esta estancia, cuyo suelo de damero azul y blanco se combina con el mármol de carrara.

En el baño principal se ha adaptado como lavabo un antiguo mueble palanganero de madera de los años 20 del siglo pasado. Este espacio mezcla el color verde del suelo con el rosa de su pared y con mosaicos de diferentes gamas de colores que recubren la parte exterior de la bañera.

La parte trasera de la casa destaca por las vistas al pantano, la sierra y la peña. En una de sus alturas se ubica el cenador con mesa y sillas de maderas, y en la plata inferior el jardín de la casa junto a la piscina, cubierta en parte por una cueva.

La pasión de sus propietarios por el arte y la arquitectura y por Arcos de la Frontera se refleja en todos los espacios de la casa.

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