"El adicto no es un delincuente"
sociedad
La asociación AFEDU trabaja en el apoyo a los familiares de enfermos duales para conocer cómo deben tratar a las personas que sufren esta enfermedad
La sociedad se encarga de poner etiquetas a aquello de lo que quiere escapar. Pasa en muchos aspectos de la vida. Uno de ellos es la drogadicción. "El adicto no es un delincuente. Primero, el adicto es un enfermo y luego se convierte en un delincuente porque su adicción le lleva a delinquir". Habla Paqui, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos Duales (AFEDU). Junto a ella, otras seis mujeres van explicando la situación que viven en sus hogares y que un día les llevó a pedir ayuda para saber cómo actuar ante la enfermedad de sus hijos y encontrar una salida al callejón en el que se encontraban.
Porque los enfermos duales y sus familiares viven día a día con el estigma que les ha impuesto la sociedad. Por ello, AFEDU nació hace 18 años para ayudar al entorno de estas personas -que tienen a la vez una enfermedad mental y una adicción- a la hora de encontrar una solución que les posibilite dar una respuesta idónea. Un trabajo que se reparte entre la reivindicación de las carencias que tiene el sistema sanitario y los grupos de terapia para saber cómo encontrar una solución a una situación compleja dentro del hogar y cómo actuar ante un brote psicótico. Una labor que se hace con pocos medios y con la ayuda de profesionales para la realización de diversos talleres.
Su presidenta, Lola Callealta, explica que, tras la reforma psiquiátrica, uno de las principales dificultades que soportan los enfermos duales es que "no existen salas de recuperación de larga y media estancia" para su tratamiento, algo que señala que "sí existe para otras enfermedades mentales". Por contra, se ha creado un protocolo de actuación con el que, según Callealta, "a los adictos los mandan directamente a los CTA (Centros de Tratamiento Ambulatorio). Entonces, es un peregrinar de un lado a otro".
Con esta premisa, la responsable de AFEDU señala que el principal obstáculo que las familias soportan es la falta de recursos por parte de las administraciones. "Estos enfermos necesitan recursos porque existen centros privados, que no podemos pagar, que sabemos perfectamente que funcionan bien con un tratamiento integral, por lo que los enfermos son recuperables", asevera.
Callealta, al igual que el resto de sus compañeras, reconoce que los profesionales con los que trabajan "son estupendos, tanto de la parte del sistema sanitario como de los CTA, que funcionan bien". Sin embargo, añade que "no pueden dar lo que no tienen". De hecho, indica que en la actualidad "si acudimos a los centros de drogodependencia, que van por Diputación, las listas de espera son de tres, cuatro y cinco meses". "Como son adictos y dependen de la sustancia, ¿qué tiene que hacer la familia? ¿Lo atamos a la cama o le damos la droga hasta que entre en un centro?", se pregunta Lola.
Una parte importante de la labor de AFEDU se concentra en los grupos de terapia. Un espacio en el que actualmente participan una quincena de personas y en el que se comparten las experiencias y los métodos de actuación que deben trasladar al hogar para cuidar a los enfermos. Porque lo primero es tomar conciencia de que se trata con un enfermo. "Yo no sabía si tenía en mi casa a una persona enferma o a un sinvergüenza que me estaba haciendo la vida imposible", explica Paqui sobre la imagen que tenía de su problema antes de acudir a la asociación. Del trabajo que ha desarrollado en AFEDU, cuenta que "lo que aprendí es que no soy culpable. Soy responsable de hacer lo que estoy haciendo aquí, que es informarme de lo que tienen mis hijos".
Eloísa, la responsable del grupo de terapia, explica una de las formas con las que actúan con sus hijos al hablar del "amor firme" o "amor difícil", con el que le dicen a sus hijos que "porque te quiero no puedo permitir que destroces tu vida". Porque, como ellas mismas reconocen, en el tratamiento a los enfermos duales también actúa el apartado emocional. "Hay que tener valor para decir que dinero no te doy porque yo te quiero mucho y no voy a colaborar en tu muerte", apunta Paqui.
Con todo, Paqui, como vicepresidenta de AFEDU, hace un llamamiento para que "a las familias no les dé miedo de enfrentarse a la realidad porque contra más tiempo esté oculta, más tiempo se pierde y más grave se convierte la enfermedad".
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