La acusación pide siete años de cárcel a los cinco imputados de San Roque, 6
El obrero Jesús Mera López, que no estaba contratado, falleció en 2007 al caer de un andamio desde una tercera planta · Ayer comenzó el juicio donde algunos acusados eludieron su responsabilidad
"La obra era una cuestión de chapuzas". Uno de los cinco imputados, Manuel Rodríguez Sañudo, contratista de la obra de San Roque 6, describía muy bien cómo se hacía todo en las obras de esta finca en la que el 11 de septiembre de 2007 perdía la vida el obrero Jesús Mera López, que para colmo no tenía ni siquiera contrato.
Ayer comenzó en el Juzgado de lo Penal número 2 el juicio por esta causa. En el banquillo se sientan, además de Manuel Rodríguez, su supuesto socio, Ángel Recuerdo; el promotor y dueño del inmueble, Francisco Sánchez; el arquitecto del proyecto, Gonzalo Nería, y el supuesto encargado, Juan Fernández. Para los cuatro primeros la Fiscalía pide cuatro años y medio de prisión por sendos delitos de homicidio por imprudencia y contra la salud de los trabajadores. La de Juan Fernández se reduce a dos. La acusación particular, representada por Javier García Marichal, pide siete años para cada uno de los imputados.
Jesús Mera López, que entonces contaba con 48 años de edad, falleció cuando se precipitó al vacío desde el andamio en el que trabajaba en la tercera planta del edificio. Mera murió en presencia de su hijo, que tampoco tenía contrato ni un sobrino suyo.
La primera sesión fue el día de la negación por parte de casi todos los implicados. El promotor básicamente se centró en hacer ver que él confió la obra en Manuel Rodríguez Sañudo, que era el que se encargaba de contratar y de buscar a la gente para la obra. Por ello, dijo, no sabía si los obreros estaban contratados y nunca preguntó por las medidas de seguridad aunque aclara que hubiera parado las obras en caso de riesgo.
Uno de los puntos que se trata de aclarar es quién ordenó que se hicieran las obras en la cubierta que terminó por costarle la vida a Jesús Mera y que no aparecía en el proyecto. El contratista, Manuel Rodríguez, reconoce que hubo una reunión con el promotor y el arquitecto en la que se decidió hacer este cambio. Este último quedó en hacer el proyecto y mandarlo, pero las obras empezaron antes de este momento. ¿Quién dio la orden? Según Manuel Rodríguez, el promotor Francisco Sánchez. Este en su declaración momentos antes negó haber dado órdenes concretas sobre los trabajos.
Manuel Rodríguez acabó confesando que tenía a varios trabajadores sin contrato, aunque en el caso del fallecido Jesús Mera se hizo así por voluntad del obrero, según su versión, "porque estaba tramitando una incapacidad".
Hay otro aspecto que resulta un misterio. Los declarantes dicen que sólo se puso red cuando se trabajó en el tercer piso, pero ésta posteriormente se quitó sin que se aclararan los motivos.
Negar la mayor fue lo que hizo Ángel Recuerdo: "yo no debería estar hoy sentado aquí". Sin embargo lo está porque reconoció en una declaración previa en la instrucción que era socio de Manuel Rodríguez. Ayer señaló que sólo lo ayudaba porque era su amigo y que de vez en cuando recibía dinero y que admitió decir que era socio porque se lo pidió la hermana del contratista, aunque no recuerda cuando le presionó. También por amistad decidió abrir una cuenta conjunta con Rodríguez para unas obras en la calle Goleta hasta que el subconsciente le jugó una mala pasada y se refirió al contratista como "mi socio". Con respecto a las anteriores declaraciones afirmó que las hizo "unas veces porque me las decían y otras porque yo mismo las engordaba con mi inventiva".
Para finalizar la primera jornada, el arquitecto Gonzalo Nería manifestó que había cometido errores en su papel de responsable en materia de seguridad en la obra y añadió que dejó de ir al inmueble una vez que estaban casi todos los trabajos hechos.
Y es que en el momento de la muerte de Jesús Mera no estaba en la obra ninguno de los que declararon ayer. Algunos testigos que comparecen hoy sí lo estuvieron.
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