Arqueología

Yacimiento Gadir: 10 años visibilizando su lugar en el mapa fenicio mundial

El yacimiento fenicio Gadir ha cumplido diez años de vida, mas los casi tres mil años que atestiguan la fundación de Cádiz por estos primeros pobladores que se empeñaron en construir aquí el núcleo primitivo de la ciudad más antigua de Occidente. El centro de interpretación del yacimiento suma una década en la que ha logrado visibilizar su papel en el mapa internacional del mundo fenicio, con un público “cada vez más numeroso”, “con cada vez más expertos de todo el mundo que vienen expresamente a Cádiz para verlo” y “mucha gente que repite año tras año”.

Así lo confirman la concejala de Turismo del Ayuntamiento de Cádiz, Beatriz Gandullo, acompañada de una de las expertas que mejor conoce las entrañas de Gadir, Mª Ángeles Navarro, que no solo excavó y estudió este sorprendente enclave descubierto en el año 2006 en el punto más alto de la antigua isla de Erytheia, sino que se encarga de las visitas guiadas, dentro de la gestión integral que fue adjudicada a la empresa Tripmilenaria, del también arqueólogo Juan Miguel Pajuelo y el historiador Francisco José Ramírez.

Pantalla interactiva en el recorrido a través de pasarelas por Gadir Pantalla interactiva en el recorrido a través de pasarelas por Gadir

Pantalla interactiva en el recorrido a través de pasarelas por Gadir / Julio González

Frente al imponente asentamiento del siglo IX a.C., que ofrece una panorámica de cómo era un trocito de aquella ciudad de emprendedores navegantes, con restos de ocho viviendas distribuidas en dos terrazas, con sus cocinas y útiles insertas en calles perfectamente conservadas, Gandullo cuenta que tienen un buen plan para Gadir, para que absolutamente todas las personas puedan venir a visitarlo. “Vamos a abordar un proyecto de casi 300 mil euros en torno a la accesibilidad en Gadir, pues es muy importante que Gadir sea accesible de verdad, más allá del acceso de la plataforma para personas con movilidad reducida y la maqueta para invidentes”.

Por este motivo, explica la concejala, “ya está adjudicada la asistencia técnica para hacer un estudio de accesibilidad universal del yacimiento, un proyecto que nos dé la hoja de ruta a seguir, para extraer el pliego por parte de los técnicos municipales y licitar las obras dentro de esta partida, pues tenemos que interiorizar la accesibilidad, todo se debe programar desde el prisma del todos caben”. El objetivo, comenta Gandullo, es introducir todo tipo de elementos para que cualquier persona lo disfrute.

Este estudio inicial tiene un plazo de ejecución de 12 semanas que dará comienzo en junio, y no solo se centrará en Gadir, sino que será extensible a todas las oficinas de turismo de la ciudad. Y es que el yacimiento arqueológico Gadir se convertirá el próximo septiembre en punto neurálgico de otro programa cultural que pondrá al enclave fenicio en el centro con ‘Orgullosos de nuestra historia’, “que será el acontecimiento más importante de Europa en torno al mundo fenicio y se está desarrollando todo un programa de actividades que implicará a toda la ciudadanía, colegios e institutos de Cádiz”, aparte de atraer a numerosos investigadores y expertos a la ciudad.

El nuevo proyecto de Gadir no estará listo para septiembre, “aunque ya se haya licitado”, pero estará en perfecto estado de revista “para que sea un elemento dinamizador fundamental durante este ciclo”.

Un discurso que se actualiza

Gadir ha cumplido diez años, como lo han hecho todos los medios técnicos y audiovisuales interactivos que forman parte del recorrido museográfico. Pantallas con geolocalizaciones que recontruyen en 3D cómo eran estas viviendas, los elementos que fueron hallados y una proyección inicial guionizada a modo de investigación del CSI para contextualizar los hallazgos integran, a groso modo, el discurso museístico en este recorrido que discurre por pasarelas acristaladas.

Y ante la pregunta de si se ha podido quedar obsoleto frente a nuevos avances, la respuesta es contundente. “No”. Responde Mª Ángeles Navarro, quien asegura que “no solo continúa siendo muy actual, sino que vamos actualizando el discurso en las visitas en cuanto a las novedades arqueológicas en Cádiz y el resto de la Bahía”, como ocurre con el nuevo yacimiento chiclanero de Gadeira, por ejemplo, o el portuense de Doña Blanca. “Es algo que nos dicen mucho, hay profesores de instituto, con máster de universidad que repiten y repiten y siempre nos comentan que contamos cosas diferentes cada vez que vienen, que siempre aprenden”, lo que potencia todavía más el valor indiscutible de Gadir que, por cierto, es uno de los asentamientos fenicios más antiguos de Occidente que se conocen.

En cuanto a la conservación, hay que tener en cuenta que la arquitectura de tierra que caracteriza a las construcciones de época fenicia no es fácil de tratar. Hace falta mantenimiento a diario y mucho mimo, que es el que vuelcan los trabajadores de Tripmilenaria. “Es diario porque hay muchos elementos originales excavados ‘in situ’, que requieren mantenimiento por las condiciones de humedad y temperatura, así como que no haya cambios, que no se produzca afección que pueda generar daños”. Un trabajo de cada día que permite espaciar las visitas de la restauradora a Gadir, “pues estamos muy pendientes”.

Cuidados diarios que entroncan con la otra pregunta inevitable sobre el por qué no se cobra entrada por disfrutar de este preciado yacimiento arqueológico. “De momento va a continuar el mismo modelo de visitas, con el acceso gratuito a Gadir”, puntualiza Beatriz Gandullo que, sin embargo, afirma que “estamos planteando en una conversación abierta que lidera el alcalde la posibilidad del cobro por entrar, al hilo del tema de la tasa turística. Y aunque administrativamente hablando no es fácil, se está valorando tanto esta posibilidad, como la de abordar de forma conjunta una estrategia que implique a todos los lugares museísticos de la ciudad y así ofrecer un mejor servicio al visitante”, apunta al hilo de la ausencia de un discurso más homogéneo e integrador que hile de forma más eficiente nuestro abundante patrimonio histórico, desde época fenicia hasta el siglo XVIII, para cobrar merecidamente por ello.

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