La Asociación de Vecinos de Segunda Aguada lleva meses denunciando la situación de inseguridad que está provocando en su barrio la proliferación de toxicómanos en La Corrala de la Bahía. Al igual que el interior del edificio está cada vez sucio, con excrementos y orines en las zonas comunes, en las calles cercanas se están produciendo problemas de orden público. Antonio Peinado, presidente de la entidad, comentaba hace unas semanas en este mismo diario que algunos ocupantes de la finca no respetan las normas cívicas de convivencia y que muchas de ellas “son muy conocidas en nuestra ciudad por su amplio historial delictivo y los constantes conflictos que han originado”.

El problema que se está creando con La Corrala es que actualmente cada vez hay más personas problemáticas, gente que no se ha adaptado a vivir en una comunidad y a respetar a sus vecinos y al entorno.

Los comerciantes de la zona también se quejan de las peleas continuas. Alguno, instalado en los alrededores de la gasolinera existente en la zona, aclaran desde el anonimato que “las peleas y el trasiego de drogadictos son constantes. En esta zona, que estaba más tranquila en los últimos años, se ha vuelto a vivir cierta inseguridad porque los que tenemos niños adolescentes no nos gusta que estén cerca del edificio”, comenta uno de los afectados.

Desde la AVV Segunda Aguada se ha puesto este problema en conocimiento de la Subdelegación de Gobierno a través de un escrito. En mismo se detallan algunos de los problemas que se están generando en los últimos tiempos por culpa de esta finca okupada. De momento están a la espera de una respuesta. Otros vecinos de la zona consideran que quien tiene la sartén por el mango es “el banco dueño del inmueble, que es quien debería hacer algo”.