Cádiz

Varela, una despensa para extramuros

  • Esta joven zona abastece en lo alimentario a buena parte de la avenida principal y a la parte de Asdrúbal

  • Apenas cuenta con locales cerrados y tiene una variada oferta comercial

El supermercado Lidl, dinamizador económico de la zona.

El supermercado Lidl, dinamizador económico de la zona. / Jesús Marín

Parapetada tras dos parques, uno sobre un parking subterráneo, Erytheia, y el otro con restos arqueológicos, Kotinoussa, se encuentra la despensa de buena parte de la avenida, donde encuentran una importante oferta de alimentación los vecinos de ambos lados de la vía principal de la ciudad, de la parte de Asdrúbal y de la Barriada España. Hablamos de Varela, una zona joven que creció desde que, una vez derribados los cuarteles, el Ayuntamiento en tiempos del PP la urbanizó. Un lugar donde apenas existen locales vacíos, mostrando una interesante y variada oferta comercial.

Se ha convertido en una de las zonas con más vida de la ciudad por distintos enclaves que la dinamizan. Además de los dos parques, una de las claves de Varela es el Mercado Virgen del Rosario, inaugurado el 23 de junio de 2003. Coqueto y atractivo, concita a muchos ciudadanos. Rafael Acal, el portavoz de Asodemer (Asociación de Detallistas de Mercados) en el Virgen del Rosario, invita a la ciudadanía a comprar en estas instalaciones, aunque se estén viviendo tiempos complicados “porque el género, fresco, del día y de primera calidad, es único”. “Entre el Covid y la recesión económica, la clientela tiene miedo y parece que lo deja todo al viernes y al sábado para comprar”, explica. Habla de una clientela “inestable” por las circunstancias sanitarias, con compras masivas de un solo día “para guardar alimentos y no tener que venir al Mercado todos los días”. El día menos pensado, esperemos que pronto, la clientela volverá a comportarse como antes. “Y no solo la de la zona, también la que viene de otros lugares de extramuros”, apunta.

En la puerta del Virgen del Rosario vende Mónica sus cupones de la ONCE. “Es una buena zona, pero ahora influye el número de personas que vienen a comprar, que ha bajado en el último año. Funciona mejor los fines de semana”, argumenta.

Alrededor del mercado, en la calle Marqués de la Ensenada, proliferan comercios de alimentación como la panadería Candeli, la panadería Dipan, la tienda de productos delicatessen Alandalus, el asador Varela o en la cercana avenida de la Constitución, futura transversal, la frutería Reina (con mucha clientela y buena fama) o el congelado Aqualund. La cafetería Lozano’s, con entrada por el mercado, es el referente hostelero de una calle que también cuenta con la pizzería Bella Italia. En ese cruce el colegio público Carola Ribed ayuda, y mucho, a que haya movimiento de personas. Madres y padres de alumnos y alumnas que aprovechan para comprar en el mercado o desayunar en los establecimientos hosteleros. Desayunos de los estudiantes se compran en las panaderías y material escolar en la papelería Serrano.

Pilar Mení, propietaria de Telas Avenida. Pilar Mení, propietaria de Telas Avenida.

Pilar Mení, propietaria de Telas Avenida. / Jesús Marín

Muy cerca del mercado abrió en 2019 Prensa y Revistas Varela. “Nos hemos adaptado muy bien al sitio, con buena acogida. Es una zona de mucho paso”, dice Alejandra Gautier, la encargada. Hace solo dos meses incluyeron el despacho de loterías “porque los vecinos lo demandaban y vimos además que por aquí cerca no había otros lugares donde validar las apuestas”.

En Doctor Pascual y Pascual se encuentra Telas Avenida, uno de los primeros locales que abrió antes incluso de la urbanización de Varela. “Estamos aquí desde 1999, cuando todavía no se había hecho el parque”, dice Pilar Mení, la propietaria. Su negocio, a falta de bodas, bautizos, comuniones, carnavales o ferias, se ha resentido. “Nos hemos salvado, un poco, con las telas para mascarillas y para decoración del hogar, cortinas, manteles, que dio un subidón en el confinamiento”, expone. Pilar vive justo encima del establecimiento. Es, por tanto, vecina de Varela. “Es un buen sitio para vivir. Cerca del centro de la ciudad andando y de la playa y el paseo marítimo”, apunta. Un lugar “donde tenemos todo a mano, con mucha variedad. En el día a día me muevo por aquí”.

El bar El Perol de la Tata, en la calle Doctor Gómez Plana. El bar El Perol de la Tata, en la calle Doctor Gómez Plana.

El bar El Perol de la Tata, en la calle Doctor Gómez Plana. / Jesús Marín

Otro de los grandes atractivos de la zona es el supermercado Lidl, dinamizador económico de los alrededores. Que se lo digan a Sergio, encargado del bar El Perol de la Tata, en la calle Doctor Gómez Plana. “Cuando cierra el Lidl, la calle es un cementerio. El supermercado mueve la calle y algo cae por aquí. Cuando está cerrado, no merece la pena abrir”, admite. Tres años después de su apertura aguanta este negocio hostelero, que lleva trece meses de penurias como todo el sector a causa de la epidemia. “Estamos locos por poder abrir de noche y esperando la incorporación de muchos funcionarios, que están teletrabajando, a sus puestos de trabajo. Se echan de menos en un negocio como el nuestro”, reconoce. La caja se ha resentido en un 50 por ciento, “pero seguimos con los mismos precios de seguros, agua y luz”. De las ayudas a los autónomos no quiere ni oír hablar. “Son mentira”, asegura. En Doctor Gómez Plana solo hay un local vacío y una oferta bastante interesante para tratarse de una calle no muy larga.

En general, Varela puede considerarse un oasis comercial en la ciudad, en lo que tiene mucho que ver el poder adquisitivo, medio-alto, de los vecinos de la zona.

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