patrimonio histórico natural | proyecto acuícola, de ocio y turístico

Vendido por 10.000€

  • Un ingeniero isleño compra los últimos terrenos del término municipal en parque natural

  • Planea cultivar microalgas en 40 hectáreas de salinas, rehabilitar un molino de mareas del XVIII y abrir un parque público

Una vista de las salinas, del Molino de mareas del Arrierillo y otra construcción aledaña, casi en el límite del término municipal de Cádiz.

Una vista de las salinas, del Molino de mareas del Arrierillo y otra construcción aledaña, casi en el límite del término municipal de Cádiz. / joaquín pino

Por la irrisoria cantidad de 10.000 euros, un ingeniero de San Fernando está a punto de hacerse con más de 40 hectáreas de salinas en pleno Parque Natural de la Bahía de Cádiz, un molino de mareas del XVIII -conocido como del Arrierillo o de Santibáñez- y dos polvorines o casamatas del mismo siglo. No parece que pueda haber una inversión más ventajosa. Se trata de los últimos terrenos no urbanos del término municipal gaditano que se salvaron de aquel megalómano proyecto urbanístico del Cádiz III, un patrimonio histórico y natural con un potencial de desarrollo incalculable que su todavía propietario llegó a ceder gratuitamente al Ayuntamiento de Cádiz. Pero no crean que se trata de un pelotazo: Héctor Bouza, de Solcaisur, no pretende especular con los terrenos, sino convertir las salinas en una explotación de microalgas y el molino de mareas, en un complejo turístico y de ocio sostenible.

A algunos les costó creer lo que quien esto firma publicó en Diario de Cádiz el pasado 19 de febrero: "Se vende por 10.000 euros. Los dueños de 40 hectáreas de salinas y de un molino del XVIII en pleno parque natural desisten de recuperarlos. Llegaron a ofrecérselos al Ayuntamiento, pero no han recibido respuesta". Bastaba con darse una vuelta por las antiguas salinas Preciosa y Roqueta, tomar el número de teléfono de la sociedad y llamar para comprobar que era cierto de punta a cabo. O consultar con la dirección del parque natural, que para eso está dentro de los límites del espacio protegido. Esto último fue lo que hizo Héctor Bouzo. Después de meses buscando una salina en Cádiz y San Fernando donde poner en marcha su proyecto la encontró muy cerca de donde se acaba el término municipal gaditano.

Hubo muchos más interesados, cuenta a este periódico Jens Witthaus, todavía titular de Construcciones y Promociones de Viviendas Bahía de Cádiz SA, la sociedad propietaria de los terrenos y adjudicataria de la concesión administrativa de las salinas. Entre ellos, unos empresarios del sector chiclaneros que, en principio, se pusieron en contacto con este medio. Quienes también mostraron su interés fueron los miembros de la Asociación Bahía de Cádiz, dedicados a recuperar esteros y salinas de la comarca. Pero Héctor Bouzo se les adelantó.

"Todavía no se ha producido la compra-venta de las acciones de la sociedad -aclara Jens Witthauss-. La empresa del señor Héctor Bouzo ha pagado una fianza vinculante a su favor para la compra-venta de las acciones, prevista para el mes de junio. Con motivo de su artículo hubo muchos interesados que se dirigieron a nosotros. Sin embargo, el más rápido fue Solcaisur. Toda la negociación se está llevando acabo en Sevilla".

Solcaisur ya ha presentado su proyecto al consejo rector del parque natural y, de entrada, el órgano que gobierna el espacio protegido, en el que están representados todas las instituciones y agentes sociales implicados, no ha visto impedimentos. Ahora todo depende de que lo confirmen los informes que requiera el proceso de tramitación.

Una vez que se convierta en propietario de pleno derecho de la mayor parte de las acciones de la sociedad, tendrá que adquirir las restantes a otros ocho o nueve socios. Será entonces cuando el ingeniero isleño deberá enfrentarse a un requerimiento de orden de ejecución de obras de seguridad que acordó la Junta de Gobierno Local el uno de abril de 2016 sobre varias de las edificaciones.

Pero gracias a una autorización de los actuales propietarios, Héctor Bouzo podrá comenzar en breve la limpieza de las salinas, abandonadas desde 1974. También ha avisado ya del inminente cambio de propiedad de los terrenos y edificaciones a unas seis o siete personas que ocupan desde hace años sin autorización algunas de las construcciones y que deberán desalojarlas de manera urgente.

El Ayuntamiento de Cádiz, que nunca llegó a responder ni a aceptar la cesión que de los terrenos hicieron Jens Witthauss y su socio Enrique Ordóñez en vistas de que el PGOU preveía la expropiación del inmueble principal, ve ahora con buenos ojos el proyecto de Héctor Bouzo, que también contempla usos turísticos y de ocio.

Además de cultivar Chlorella y Spirulina para condimento y suplemento alimenticio en las salinas, Solcaisur pretende rehabilitar las edificaciones y recuperar el borde litoral, de manera que una vez limpio, puedan llegar embarcaciones de vela ligera y sea posible practicar otros deportes náuticos. También planea ceder parte de la finca para gestionarla como un parque público, en tanto que 30 de las 40 hectáreas de los terrenos son de dominio público y que en ella hay un área recreativa del parque natural.

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