"Todavía tengo en mente proyectos que me siguen ilusionando mucho"

Juan Peña 'El Lebrijano'. Cantaor

Pionero en el maridaje de distintas músicas y férreo defensor del entendimiento entre culturas, Juan Peña 'El Lebrijano' trae hoy a Cádiz los sones de su 'Casablanca' con la Orquesta Arábigo Andalusí de Tánger

El cantaor Juan Peña 'El Lebrijano'.
El cantaor Juan Peña 'El Lebrijano'.
Tamara García / Cádiz

27 de agosto 2011 - 01:00

Si de los ochenta surgió Encuentro, en los noventa Casablanca terminó por reafirmar que el flamenco y la música árabe estaban más cerca de lo que, entonces, parecía. Casi treinta años, y muchos maridajes después, no hay nadie que le pueda quitar la razón a Juan Peña El Lebrijano. "Ambos sonidos tienen vínculos". Lo vio entonces, cuando nadie fue capaz de advertirlo, y lo ve ahora, cuando nadie lo puede negar. Esta noche en la plaza de la Catedral, El Lebrijano y la Orquesta Arábigo Andaluza de Tánger se suben a escena, en un concierto gratuito, para unir arte y culturas. Una lección que Juan Peña comenzó a dar al mundo hace ya mucho tiempo.

-Vuelve a cantar en una ciudad muy especial para usted, ¿no es así?

-Pues sí, yo quiero a Cádiz muchísimo. Además, tengo vínculos muy fuertes con esa ciudad, tengo a sobrinos allí y mi hijo Juan tiene, además, una casa de veraneo allí. A mí también me gustaría tener un piso allí (ríe) pero no se puede. Yo me vengo a Sanlúcar donde tengo también muchos amigos y de vez en cuando pues vamos a Cádiz y nos metemos por el barrio donde está el Merodio y terminamos enfrente del Rebujina tomándonos una caballa. Yo siempre que voy allí voy buscando lo puro, lo gaditano... Y hay muchos restaurantes buenos en Cádiz, como uno que está en la plaza donde la casa Pemán, allí se come muy bien. Pero, vamos, normalmente lo que vamos buscando son sitios más de andar por casa y de más pureza.

-¿Mañana (por hoy) le dará tiempo de ir a alguno de sus bujío preferidos?

-Que va... Ojalá, pero mañana (por hoy) habrá que estar concentrado y descansado para luego dar un buen espectáculo por la noche.

-Hábleme del recital. Viene con la Orquesta Arábigo Andaluza y con los temas de su mítico 'Casablanca', pero ¿serán sólo canciones de ese disco o habrá otras cositas?

-Depende, podemos improvisar. A ver, en los conciertos se lleva una línea preparada pero esa línea nos la saltamos de vez en cuando... Depende de cómo veas al publico de cómo estés tú... Es una línea, en el fondo, absurda pero la marcamos para no fallar. Lo bueno de todo esto es que cuando te vienen los duendes ya ni te acuerdas de esa línea. Ah, bueno, además de la Orquesta viene conmigo Ricardo, que es guitarrista, Agustín, el percusionista que es de la Macarena, pero yo me empeño siempre en decirle que es de Triana y se enfada muchísimo.

-Su relación con la música árabe no fue sólo un idilio sino que se ha convertido en un matrimonio bien avenido.

-Sí yo hice la primera fusión con los árabes y luego vinieron trescientas mil y con trescientas mil músicas más... Pero en lo de la fusión no todo funciona, aunque hay quien se lo toma a la ligera, es algo muy complicado. Con la música árabe funciona bien porque es de lógica. Compartirmos territorio 800 años así que es algo normal, no fue ninguna proeza lo que yo hice pero lo hice en un momento donde nadie se fijó en eso. Me fui a Tánger y allí comprendí escuchando cantar, hablando con la gente. Me di cuenta que en su música había vínculos importantes con Andalucía. Así que lo único que hice fue poner letra a ciertas músicas y los dejé a ello como venían, no los forcé. Además, lo mejor de todos estos años, que son más de 25 con ellos, es la amistad tan grande que hemos trabado. Somos como familia. Fíjate la de años ya... Cuando yo los escuché por primera vez no entendí nada pero me enamoré de esa música y, total, les pedí la dirección a ellos y me fui a Tánger a conocerlos y hablar con ellos, a que tocaran para mí, para aprender, y lo hicieron encantados. Y de ahí salió lo de la fusión y lo de la amistad.

-¿Cuántas veces ha escuchado en su carrera "este hombre está loco"?

-Muchas, muchísimas, y todavía lo escucho. Lo último con el viaje que he hecho a Cracovia, a Auschwitz, a ver los campos de concentración donde murieron más de un millón doscientos mil gitanos, porque el holocausto también fue para el pueblo gitano no sólo para el judío. Y me estoy planteando hacer una cosa para denunciar este hecho, para que la gente también se acuerde de eso porque ni muchos gitanos lo saben. Cuando estuve allí lloré mucho, he llegado muy emocionado y bastante tocado con todo lo que he visto allí. Así que me gustaría hacer algo como un musical y contar la historia de los gitanos, algo así como otro Persecución pero introduciendo episodios como éste del exterminio gitano que es menos conocido.

-De todos sus atrevimientos, ¿de cuál está más orgulloso?

-Yo hice una obra, Lágrimas de cera, que pasó un poco desapercibida pero que para mí es lo mejor que he hecho musicalmente. Para otra gente sé que lo mejor es Persecución, para otros lo de García Márquez, para otro de los árabes... Hombre es que son muchas cosas... Son 36 cedés en obras desde el año 71 cuando saqué La palabra de dios a un gitano donde por primera vez se metía música de orquesta y lo hice con la sinfónica de Madrid.

-Dos nombres de mujer han marcado su trayectoria. María La Perrata, su madre, y Pastora Pavón, Niña de los Peines. Hábleme de ellas.

-Mi madre era una persona genial, esplendorosa y una cantaora con unos matices y forma de interpretar distinta a todo lo demás. Pero la Niña de los Peines era enciclopédica. Me decía sobrino, o mi niño... Yo era un chiquillo y ella me quería mucho. Fue mi profesora, mi amiga y mi protectora. Ella me daba 40 durillos o me avisaba para que me buscara la vida en alguna fiestecilla. Yo la llevaba pero ella no quería estar en una silla ni muerta, le gustaba estar encima del escenario y yo la sacaba. Ya era mayor pero tenía el espíritu de una persona joven.

-¿Se considera un cantaor con conciencia política?

-He tenido mucha conciencia política, mi caballo de batalla siempre han sido las minorías, pero hace tiempo que no quiero saber nada de política. No quiero nada porque me he dado cuenta que no puedo hacer nada. Pero, bueno todavía tengo proyectos en mente que me siguen ilusionando mucho, como lo de Cracovia.

-¿Hay algún proyecto más?

-Sí, un par de ellos. Tengo un disco sobre Tagore. Quiero cantarle porque para mí es mi poeta y mi pensador, me hizo mucho bien leerlo en un momento de mi vida. Es un poeta magnífico y tenía ganas de cantar sus letras. Y, por otro lado, también tengo otro proyecto de disco con la música de las tres culturas. Haríamos algo con la música de los judíos, de los árabes y los andaluces. Y, bueno, lo del musical que antes te conté, que me tiene muy ilusionado porque aún hace falta contar la historia del pueblo gitano.

stats