Cádiz

Tiempo de procesiones

  • En los últimos años están proliferando los cultos extraordinarios en la calle Este 2013 ya ha habido seis y todavía restan al menos otros cinco

Hubo un tiempo en que las cofradías de la ciudad solo salían a la calle el día del año que les correspondía, bien fuera en Semana Santa (las de penitencia) o entre los meses de mayo y noviembre (las de Gloria). Difícil era que alguna procesión se saliera de estos días habitualmente establecidos. Quizás por los recelos de la Iglesia de entonces, quizás porque las cofradías se vivían con menos intensidad que ahora, o a lo mejor porque durante tantos años apenas ha habido aniversarios que celebrar. Pero la situación ha dado un giro de 180 grados y en los últimos años las procesiones y los cultos externos con carácter extraordinario son más que habituales.

Varios son los grandes eventos cofrades que la ciudad ha vivido en estos últimos años, desde que el Consejo logró 'abrir la veda' en 2005 con la magna mariana. Un vía crucis con imágenes y pasos de distintas localidades cercanas, una magna el Sábado Santo de 2012, los traslados para las exposiciones de Pietas Populi, el rosario público del pasado mes de mayo... Y numerosas han sido las salidas extraordinarias desde ese año 2005 hasta aquí. Hasta tres coronaciones canónicas se han vivido (dos en 2007 y una en 2011) después de veinte años en blanco.

El presente año 2013 no ha hecho sino mantener esta tónica. Así, han sido al menos seis las procesiones extraordinarias que ya han recorrido las calles de la ciudad. A saber: el vía crucis de Humildad el 15 de marzo, el traslado de la Patrona a San Antonio el 3 de mayo, el rosario público con las imágenes de María Milagrosa, Desamparados, Caminito, la Virgen de la Paz y la Patrona el 4 de mayo; el Corpus de las parroquias del Carmen, la Castrense y San Antonio (con tres pasos procesionales con las imágenes de Santa Bárbara, Santa Teresa y la Virgen de Salus Infirmorum, además de la Custodia) el 8 de junio; el traslado de la Virgen del Carmen a la Catedral el 15 de julio (e incluso su procesión del 16 desde el primer templo) y la salida de Caridad por sus 50 años el pasado viernes 26.

Y por delante restan aún al menos cinco cultos externos más con carácter extraordinario: el primero en unos días, cuando salga la Virgen del Rocío en rosario de la aurora (el 15 de agosto, por el 75 aniversario de la imagen); luego, con un mes de septiembre más que repleto, en el que saldrán a la calle la Virgen de La Cena (el día 21, por el 50 aniversario fundacional de la hermandad), el Cristo de la Misericordia (el 28, en este caso por los 75 años de la hermandad de penitencia) o el que prevé realizar Ecce Mater (con el rosario vespertino de la devota imagen). Y la última salida extraordinaria que se ha anunciado, hace tan solo unos días, es la de la Virgen de las Lágrimas de Columna en rosario vespertino el 12 de octubre.

A todos ellos se podrían unir la salida de la Virgen del Poder Divino en rosario de la aurora el 15 de agosto (aunque en este caso se pretende que vuelva a ser anual, no extraordinaria), o una imagen cristífera que presidiría en la Catedral el 24 de noviembre la festividad de Cristo Rey (lo que podría anunciarse próximamente). Además, Las Penas indicó en alguna ocasión su intención de que la Virgen del Pilar volviera a procesionar en su festividad. Y pendiente ha quedado también, por los problemas internos originados, la salida extraordinaria de la Esperanza del Amor (que algunos piensan que si la situación se normaliza pronto todavía podría llevarse a cabo).

Ante estas cifras, hay quien piensa que se ha pasado de un extremo (el de no procesiones extraordinarias) al otro (el de demasiadas salidas extraordinarias). El debate se centra ahora en que tantas procesiones extraordinarias está bien, o que ya está bien de tantas salidas. Para ambas posturas hay pros y contras, hay puntos de vista favorables y otros desfavorables. Hay casos en que un culto externo se entienden más que justificados y otros en los que no se ve tan claro el motivo de una salida a la calle. De lo que no cabe duda es que la ciudad y las cofradías están viviendo un tiempo de procesiones. Lo que ya no está tan claro es que sea una racha extraordinaria, o que estas celebraciones en la calle se vayan a normalizar.

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