Tangos y cuplés a media luz

Los coros se sobrepusieron anoche a la falta de luz en la mitad de la plaza de San Juan de Dios. Las farolas situadas entre las esquinas de Plocia y Nueva y el inicio de la plaza junto al muelle estaban apagadas, lo que suscitó las quejas de los coristas. Queda la duda de conocer si aún esta zona de la plaza no está dotada de luz. De ser así, el Ayuntamiento podría haber buscado una alternativa que no desluciera el carrusel.

A pesar de los pesares, hubo coplas. "¡Fantastic!, ¡excellent!", gritaba un tripulante del barco 'Pelican of London' al coro 'Las cacas'. Simbiosis entre el carrusel y la Gran Regata. En la plaza de San Juan de Dios hubo buen ambiente. El público, en número justo y necesario para no provocar aglomeraciones. Se podían escuchar los tangos con sabor veraniego. Antes del ocaso del sol iniciaban sus actuaciones los coros juveniles. 'Los infantes' clamaban contra los recortes en educación, 'El motor de la música' piropeaba al tango y 'Domingo de Piñata' tocaban en un cuplé el tema de la crisis.

Alrededor de las diez echaron a andar las bateas de los coros adultos. Los mayas de '2012', con Longobardo y Procopio a la cabeza, presumían de haber vaticinado hasta las virtudes de Antonio Canales tocando la flauta. Cerca, 'Las cacas' contaban cómo sería el salvamento de famosos carnavaleros en el caso de que Cádiz sufriera un tsunami, como habían leído en el 'Diario'. El coro de Martínez Mora y Pepe Mata, 'La nueva Cádiz', donde dos de sus componentes sostenían en brazos a sendos bebés, defendían la actual vigencia del famoso tango de 'Los médicos modernistas', aquel que aseguraba que España curaría sus dolencias echando en una caldera a los políticos.

Uno de los coros que más cuidó el tipo que presentó en el Falla fue el de Luis Rivero, 'Bollywood'. Sus componentes entonaron un tango en el que añoraban las bondades de las casas de vecinos de Cádiz. Justo delante, el coro callejero de Luis Frade, 'Sequita te viá dejá', pedía sangre para satisfacer los apetitos de los vampiros a los que representan. Algunos de sus componentes gritaban "¡chirigota, chirigota!" a un grupo de marineros colombianos que pasaban bajo la batea.

"Un yerno es cojo y otro no es cojo... pero cojía". 'The Cádiz Gospell Choir', el coro de Julio Pardo y Antonio Rivas, recordaba la mala suerte que Don Juan Carlos y Doña Sofía han tenido con sus yernos. El público jaleaba su estribillo mientras que las chicas de 'Este coro tiene tela' cantaban un tango contra el maltrato infantil.

'Los niños (el musical)' animaban el cotarro con su marcha. Llevaban la batería en la batea y cantaban la presentación poco después de las diez y media, casi en penumbra cerca de Plocia. La noche, para suerte de los coros con disfraces más invernales, estaba marcada por el poniente, aunque los coristas no olvidaron pertrecharse de cervezas, refrescos y cubatas.

A tono con el viento, fresquito, estuvo un cuplé del coro chiclanero 'Un mundo aparte' acerca de la dificultad de encontrar un aparcamiento "la tarde de la regata". Ante un público con mucho turista nacional, 'Los muñecos de Cádiz otra vez, pero a ver quién tiene cojones de clavarme un alfiler' daban leña al Carnaval de la calle, "un encuentro de salvajes y catetos" que no disfrutan de la fiesta. La duquesa de Alba tampoco se salvó de la quema. 'Teatro Barvariedades' aseguraba que Cayetana sospechó antes de su boda que Alfonso sólo la quería "por su cuerpo".

El carrusel terminaba de madrugada con la espinita de la escasa luz en mitad de la plaza y la sastisfacción de los coristas de haber pasado un buen rato.