Suelo restringido para los colegios públicos

En las décadas de expansión de la ciudad los centros privados se quedaron con los mejores y mayores terrenos

La antigua sede del colegio Carola Ribed en la barriada España.
La antigua sede del colegio Carola Ribed en la barriada España.
J. A. Hidalgo Cádiz

08 de mayo 2016 - 01:00

El colegio Carola Ribed se construyó para atender a los niños y niñas que ocuparon las barriadas que se levantaron tras la Explosión de 1947. Un centro pequeño, con un patio tan reducido que era imposible la práctica deportiva. Así se mantuvo durante décadas. Cuando se planteó su derribo y su traslado a un terreno más amplio, aún hubo que esperar años y años para poder inaugurar las nuevas instalaciones que, ostensiblemente más dignas que las primitivas, también eran recatadas en cuanto al uso del espacio.

El Carola Ribed es un colegio de titularidad pública. Es el mejor ejemplo de las limitaciones que en esta ciudad han tenido la mayoría de los centros educativos públicos. Desde el patio en la azotea del Carlos III hasta el foso de la muralla como zona deportiva del IES Columela, pasando por centros que durante años han sobrevivido con escasos medios. Los colegios públicos nunca han sido mimados en la ciudad, ni aún en los tiempos de expansión por Puerta de Tierra cuando la falta de suelo no podía ser considerada una excusa.

Frente a ello, los colegios privados han crecido, la gran mayoría, sin problemas, ubicándose en las mejoras zonas de la ciudad. Los marianistas de San Felipe Neri dejaron su viejo edificio del casco antiguo (reconvertido en un mini colegio público) y se expandieron por una amplia manzana en extramuros, donde levantaron con el tiempo dos grandes edificios, un pabellón, un polideportivo además de grandes pistas al aire libre. Ana de Viya aportó varios miles de metros cuadrados en el barrio de San José para levantar un colegio gestionado por los salesianos. Y en último término órdenes religiosas abrieron colegios sin problemas de espacio como fueron Las Esclavas y San Vicente Paúl. Este último llegó a disfrutar de tanto suelo que incluso vendiendo parte del mismo para la construcción de varios bloques de viviendas, siguen contando con unas instalaciones envidiables.

Todos estos terrenos, evidentemente, no proceden del patrimonio público. Proceden o bien de donaciones particulares como de compras por parte de los promotores. Por el contrario, tanto el Estado como el Ayuntamiento, que durante décadas han sido propietarios de grandes cantidades de suelo en la ciudad, no supieron o quisieron responder, en las épocas pretéritas en las que se levantaron los centros escolares, a la necesidad de ofertar colegios públicos con edificios amplios para contar con aulas, talleres, bibliotecas y laboratorios bien preparados y suelo para disponer de pabellones y pistas deportivos.

Se perdió una oportunidad en el desarrollo urbanístico de la barriada de La Paz donde, si bien es cierto que en su área central se levantaron un conjunto de colegios públicos más amplios, nunca se optó por el 'gran' centro de titularidad pública capaz de competir con los privados. En todo caso, no es de extrañar este olvido. Pasó con el Carola Ribed. Fue la propia delegación provincial de Educación, entonces dirigida por la que fuera alcaldesa de Jerez Pilar Sánchez, la que llegó a poner mil y un impedimentos a la hora de afrontar la construcción del nuevo edificio, a pesar de que era el Ayuntamiento el que ponía el suelo (restado de una zona verde, prevista en los terrenos de Varela), como en su momento tuvo que hacer también para poder construir el IES Los Balbo

Más allá de los medios físicos, los medios humanos con lo que cuentan todos estos colegios han sabido compensar durante todas estas décadas estas deficiencias. Hoy, la falta de niños y niñas vuelve a poner en peligro a los centros públicos.

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