Las fincas de San Agustín y del Almirante encuentran compradores

El mercado inmobiliario de altos vuelos de la ciudad se está moviendo a velocidad de crucero en estos últimos meses. Después de años de una inactividad casi total en cuanto a las operaciones de las fincas más destacadas que se mantenían cerradas y sin futuro, la situación está empezando a cambiar. Prueba de ello son las dos operaciones que está a punto de cerrar la entidad bancaria BBVA para dejar la Casa del Almirante y la casa palacio de San Agustín en manos de nuevos propietarios.

La histórica finca del barrio de El Pópulo acumula años cerrada, después de que el proyecto hotelero que lideraba un empresario sevillano quedara paralizado tras superar diversos obstáculos administrativos y técnicos, lo que terminó provocando que la finca cayera en manos del BBVA. Esta entidad bancaria ha sacado la propiedad a concurso este verano, siendo varias las ofertas recibidas. Y según trasladan desde el banco, actualmente se encuentran en proceso de negociación con el posible adjudicatario.

Por el momento no ha trascendido información sobre ese adjudicatario, ni el proyecto que pretende desarrollar en la Casa del Almirante ni tampoco la oferta económica que le ha hecho ganar ese proceso de comercialización puesto en marcha este verano. Precisamente, hace unos días se conocía el interés del gaditano grupo Pascual (que acaba de hacerse también con la titularidad de un hotel en Benalup) por hacerse con esta propiedad para resucitar el proyecto hotelero que quedó pendiente hace unos años y que podría dar a la ciudad, al fin, su primer hotel de cinco estrellas en este inmueble del casco histórico que suma más de 1.600 metros cuadrados construidos.

En una situación similar se encuentra también la casa palacio de la plaza de San Agustín. Cerrada a cal y canto desde hace años, y con varios 'novios' que se han interesado pero que nunca llegaron a formalizar ninguna operación, el BBVA se encuentra actualmente cerrando una operación tras recibir una oferta por el edificio, que cuenta con 1.385 metros cuadrados construidos.

A falta de concretarse esta operación -de la que tampoco han trascendido detalles-, el edificio ya aparece como "Reservado" en la página web de la inmobiliaria del banco, anunciando un precio de comercialización de 1.278.800 euros. Curiosamente, el precio es notablemente inferior a los alrededor de cuatro millones que se pagaron en su día (hace más de una década) por esta finca, que en los últimos años ha ido devaluándose hasta anunciarse ahora esta última cantidad (que es un 32% menor a lo que el banco comenzó a pedir cuando la sacó a comercialización).

Esta doble noticia se une a las distintas novedades que en las últimas semanas se han ido conociendo con respecto a fincas destacadas en la ciudad. Así, este periódico publicaba hace unos días que el palacio de la calle Veedor ha vuelto a ponerse en venta, pidiendo la inmobiliaria que comercializa la finca cuatro millones y medio de euros para una finca que podría perfectamente albergar otro hotel con encanto. Y en la calle Ancha también se ha sabido que está en venta la finca contigua a la iglesia de San Pablo, rehabilitada en 2008 para albergar un apartahotel que mantiene la distribución e instalaciones propias de un equipamiento de este tipo. En ambos casos hay firmas hoteleras interesadas, lo que demuestra el tirón que la ciudad está teniendo para este sector actualmente (a la espera todavía de grandes equipamientos hoteleros como el del estadio Carranza, Tiempo Libre o el Campo de las Balas), después de una etapa en la que los proyectos en estas grandes fincas se habían paralizado por completo.