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Ambiente

SailGP recibe el viento a favor de los gaditanos

  • Miles de personas asisten al Paseo de Santa Bárbara, al de Carlos III y con embarcaciones en el mar para seguir una espectacular jornada de competición

  • El Rey Felipe VI siguió la prueba desde una pequeña embarcación en compañía de Russell Coutts

Numerosos gaditanos siguen la prueba desde Santa Bárbara con los catamaranes al fondo.

Numerosos gaditanos siguen la prueba desde Santa Bárbara con los catamaranes al fondo. / Sonia Ramos

Una dosis de optimismo para encarar lo que, esperemos, sea el final de la pandemia. Cádiz se ha encontrado con un regalo que ha llegado por mar y cargado de tecnología con el Campeonato de la SailGP, posiblemente el espectáculo deportivo de más importancia que haya tenido en su historia la capital gaditana.

Si lo del viernes fue un ensayo con una exhibición para conmemorar el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo en barco, lo de este sábado era ya la hora de la verdad, la competición pura y dura.

Las horas previas a la carrera en el campo de regatas situado a pocos metros de la costa por el paseo de Santa Bárbara y el de Carlos III ya aventuraban que esta prueba había servido de atracción para los gaditanos y para muchos visitantes.

Entre ellos, uno de excepción, el Rey Felipe VI que tras llegar el viernes sin agenda oficial, ha seguido este sábado la prueba en una pequeña embarcación llamada ‘Ojitos’ acompañado del CEO de SailGP y mito viviente de este deporte náutico, Russell Coutts.

Hacia el centro llegaba mucha gente andando y otros muchos ocupaban los establecimientos de hostelería del entorno de San Juan de Dios y sobre todo por la plaza del Mentidero. Para entrar en el aparcamiento subterráneo de Santa Bárbara a las tres de la tarde había una cola inmensa, al igual que el del Campo de las Balas, dos de los más cercanos a la prueba de vela.

Una hora y media antes de que comenzara la competición, la gente empezó a ocupar los sitios pegados a la balaustrada y poco a poco fueron uniéndose otros muchos detrás hasta sumar miles de personas en esa franja pegada a la costa.

Con un concepto de estadio, SailGP ha roto los cánones y los prejuicios que hay de un deporte como este, y no sólo por los barcos y por el tipo de competición, sino también por la manera en la que se integra al público, al que se le permite seguir perfectamente las regatas desde la costa.

Aunque a veces es un poco complicado entender la competición por las diferentes trayectorias que cada uno va siguiendo cuando van pasando cada puerta, la retransmisión en directo realizada por el archiconocido Nico Abad y los potentes altavoces hacía que los que tenían más dificultades recibían las nociones de cómo iba la competición. Y si ni por esas la entendía, había una buena pantalla donde se puede ver la retransmisión y en la que se obtiene una perspectiva de todo el campo de regatas y de unas líneas imaginarias que clarifican la situación.

Entre el público había gente de todas las edades y muchos con unas pequeñas banderolas de los países que participaban en la prueba y que eran entregadas en un stand. Otros ya venían con la españolas desde casa y llamó la atención una desplegada que ocupaba gran parte de la fachada del Baluarte de Candelaria. Esta fue puesta por la asociación Cádiz con Elcano y contó con la colaboración del ayuntamiento. Su objetivo era dar colorido y animar de manera directa y gráfica al equipo español.

Había una prueba que se estaba celebrando en directo y otra que era el altavoz que servía a Cádiz para mostrarse al mundo a través del canal de Youtube de SailGP. Las tomas del helicóptero regalaron unas imágenes de la ciudad que ni la mejor campaña de promoción puede pagar. Además de mostrar las regatas con el telón de fondo del casco histórico, se ha podido ver a los barcos con el castillo de San Sebastián al fondo. Desde el helicóptero también se animaba a la gente a saludar, a aplaudir y a vivir de lleno la competición.

La Sail GP constaba de tres mangas en la primera de las dos jornadas. Puede que por un poco de desconocimiento, porque el barco español quedó último en la primera de ellas o por hartazgo, pero se marchó gente tras las primera de ellas. Pero aún así, fueron muchísimos más los que se quedaron, que demostraron ese efecto estadio gritando la victoria de España como si fuera un gol del Cádiz. Y si había gente arriba, en el mar podía haber un número parecido entre todos los barcos que estaban acreditados, más de 1.000, y a los que se les unía el ‘Juan Carlos I’ y el megayate ‘Yas’. Este domingo llegará la segunda oportunidad.

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