Sagrados negocios familiares

Redacción / Cádiz

31 de mayo 2009 - 01:00

Xiang -es su apellido y no revela el nombre porque "es muy largo"- lleva tres años trabajando en Cádiz. Vino desde China buscando un empleo que le proporcionaron sus tíos, que regentan en la plaza de San Juan de Dios el restaurante Buda Feliz. De hecho, Xiang tiene en el mostrador de la tienda de confección y regalos de la calle Nueva, también propiedad de sus tíos, las bolsas con el logotipo del restaurante donde los clientes guardan sus compras. Todo queda en casa. Otro tío de Xiang tiene en la calle Sacramento la tienda multiprecio 'Chino nº 1'. La chica no habla muy bien el español. Lo suficiente para comunicarse de forma básica con sus clientes. Es la persona con el castellano más entendible que ha encontrado el periodista visitando diversas tiendas. En casi todas ellas se ha topado con el recelo de los dependientes al ver libreta y bolígrafo. El obstáculo de Xiang es el idioma. Aún así reconoce que las ventas con la crisis "están regular". Se siente "bien acogida" en Cádiz. Como su prima Ana Zhou, que entra en escena para salvar el reportaje. Nació en Huelva y su acento es andaluz, lo que contrasta con sus marcados rasgos asiáticos. Ana, que lleva aquí desde pequeña, es hija de los propietarios del Buda Feliz.

Ana no entiende de alquileres caros, de precios ajustados ni de beneficios-pérdidas. Sólo sabe que sus compatriotas "curran muchas horas para buscarse la vida". Trabaja en la tienda de Nueva porque el negocio familiar es para ellos sagrado. "Cuando cerramos aquí, si hay que echar un cable en el restaurante lo echamos. Sobre todo en días en los que vienen cruceros", apunta. Porque esta tienda, a diferencia de las que dirigen otros paisanos, cierra a la hora de comer y no abre los domingos. "Sólo faltaba eso, nosotros también descansamos", explica Ana Zhou. El establecimiento de Nueva vende ropa, complementos y comida china, muy demandada entre los asiáticos residentes en Cádiz por ser difícil de encontrar en tiendas tradicionales.

Esta onubense de nacimiento y gaditana de adopción asegura que no ha encontrado ningún rechazo por parte de la población gaditana por su procedencia asiática. "Hombre, algunos pueden pensar que venimos a quitarles el pan, pero en general nos respetan", señala. Ana asegura que pese a la percepción que se pueda tener de los comerciantes chinos de la ciudad, éstos "no son desconfiados". No quiere fotos porque ya salió en otro medio dada su afición al manga, y en Diario de Cádiz en un reportaje realizado a la chirigota del Selu 'Lestaulante Chino Casa Lafaé', que parodiaba a los restaurantes chinos. "Mis padres se enfadarían entonces y no quieren que salgan más cosas", admite Ana.

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