Cádiz

Raphael, infinita catarsis

Raphael en el inicio ayer de su concierto en Sancti Petri.

Raphael en el inicio ayer de su concierto en Sancti Petri. / nacho frade

"Vengo dispuesta a soltar todo lo que llevo acumulando desde hace años", admitía una joven de camino al recinto del Concert Music Festival de Sancti Petri. Un recital del incombustible Raphael es lo más parecido a una catarsis colectiva que, en su caso, tiende al infinito, no caduca, se expande y se regenera de manera tan clara hoy como hace cincuenta años.

Uno de los medidores más fiables de la trascendencia de Raphael como figura única de la música es su capacidad para atravesar generaciones. Desde tiernos infantes sin edad para que les salga aún la pelusilla del bigote a sexagenarios, pasando por treintañeros que a buen seguro han oído, bailado y sentido alguno de los inmortales temas que el intérprete ha ido cincelando con letras imborrables en la historia de la música popular en español.

Cuando aparece en el escenario y levanta por primera vez al público sin apenas despeinarse, cuando remata bruscamente las notas, cuando ahoga las estrofas o pasea sobre las tablas como un indestructible roquero, Raphael levanta pasiones, arrastra masas, cuelga el cartel de "No hay entradas" en cada concierto y de "Parking completo" en el poblado de Sancti Petri alrededor de una hora antes de comenzar a entregarse por entero.

Raphael es genio y figura y está Loco por cantar. Ese fue uno de los temas que abrieron su espectáculo del viernes. A partir de ahí fue alternando composiciones de Infinitos bailes, álbum hecho a medida por autores de otra generación para una voz inmortal, con clásicos de su repertorio. Raphael anunció una gran noche, como tantas, de éxito.

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