El Ayuntamiento de Cádiz no ha autorizado la venta ambulante de productos perecederos para estos carnavales. Las únicas licencias municipales permiten la venta de globos, de frutos secos y caramelos y los puestos de patatas asadas, más allá de los establecimientos de mayor calado como las caravanas.

La Policía se ha incautado de unos 400 kilos de alimentos que se ofrecían en plena calle y que no había pasado los controles sanitarios pertinentes -58 denuncias por vender productos no perecederos y 27 por alimentos perecederos-. Unos 5.000 artículos de carnaval y bisutería también han resultado intervenidos.

Los productos perecederos decomisados son analizados por el veterinario municipal. Si hay una garantía plena de su buen estado se donan al Banco de Alimentos, en caso contrario se destruyen pasado el plazo de reclamación al que opta el propietario de la mercancía, que puede recuperar el material previo pago de la sanción.

En cuanto a los no perecederos la intervención diferencia los artículos falsificados -a partir de 400 euros de valor se trata como delito contra la propiedad intelectual- y el resto, que se dona a centros benéficos para su subasta si no son reclamados.

En el Carnaval la mayor parte de los establecimientos tienen su licencia pero también salen barras y luagres para la venta de bebidas y comidas desde cualquier hueco prácticamente, algo que provoca la protesta de los propios hosteleros. En una calle céntrica se podía ver este pasado fin de semana a una tienda de ropa que había improvisado una barra para aprovechar el tirón, o tiendas de alimentos que no venden productos cocinados pero que en esta ocasión sí lo hacen.

Mención aparte merece la venta de comida y algunos mariscos y moluscos en la vía pública que en algunos casos acrecen de los permisos adecuados y que, por lo tanto, entrañan un peligro para la salud pública.