Cádiz

Una Navidad con reservas

  • La hostelería gaditana recupera las comidas y cenas navideñas, aunque con la incertidumbre de posibles restricciones de horarios y aforo

Un grupo de amigas en una comida navideña en un restaurante.

Un grupo de amigas en una comida navideña en un restaurante. / J.A.

La hostelería y los clientes con ganas de disfrutar quieren olvidar la Navidad 2020, cercenada en cuanto a celebraciones a causa de la pandemia. Así que este año han vuelto a activarse las reservas para las comidas y cenas de empresas y de amigos en los restaurantes y bares de la capital. Los establecimientos trabajan en el contexto de casi normalidad que les acompaña desde el verano, pero las últimas noticias sobre el aumento de contagios por Covid han metido el miedo en el cuerpo a los hosteleros. Las restricciones horarias planean como fantasmas sobre sus cabezas y pese a la buena respuesta de la clientela están, como se dice por aquí, con las carnes abiertas.

Cuenta Juan Carlos Sace, del restaurante La Mirilla, que “después de una Navidad casi nula, la de 2020, debido a las restricciones, estamos con ganas de recuperar sensaciones tanto nosotros como los clientes”. Asegura que ahora mismo cuentan con más reservas para almuerzos que para cenas. “Puede ser que por miedo a que haya restricciones y acorten los horarios de noche”, indica. Hay reservas de grupos de amigos más que de empresas. “Empezamos ya la semana pasada, quizás por miedo de los clientes a que haya restricciones antes de Navidad. Llevamos desde mediados de octubre cogiendo reservas. Y estamos completos para fin de año y el día de Reyes Magos”, explica Sace. La Mirilla mantiene los mismos precios que en la Navidad de 2019, con cubiertos entre 28 y 33 euros. Y para la cena de Nochevieja, 80 euros por persona.

El Grupo Arsenio es un referente gastronómico de la ciudad y sus establecimientos, de los más demandados por la ciudadanía. Su gerente, Raúl Cueto, señala que “empezamos bien, con mucha demanda a principios de octubre, pero ya hay algunas cancelaciones de comidas de empresas que han pedido a sus empleados que no se reúnan por miedo a contagios. Y hay quienes nos han pedido adaptar los lugares de las comidas o cenas para que haya más espacio entre comensales, ventilación o comer en terrazas pese al frío”. Y a pesar de tener “los viernes y sábados llenos desde hace más de un mes”, mantiene sus dudas “sobre cómo va a evolucionar esto y me temo que vamos a estar reconfirmando número de comensales día a día”. “Como haya restricciones de aforo a ver cómo resolvemos los hosteleros las reservas ya cerradas, pero vamos a tener confianza y esperar que todo salga bien”, concluye Cueto.

En Arrebol, que abrió en verano en la confluencia de San José, plaza de Mina y Enroque de las Marinas, Enrique Hidalgo, su propietario, afirma haber notado este año “menos previsión y es ahora cuando se está animando la cosa”. Cree que ante la amenaza de restricciones “la gente se lo está pensando”. Y ante las dudas, locales como Arrebol piden un adelanto del 25 por ciento del coste de la comida o cena. “Eso so te obliga a pensártelo bien antes de cancelar. Nuestra capacidad es limitada y si ante una reserva de 20 se presentan 10 personas, nos hace polvo”. Para las celebraciones navideñas el menú de este local oscila entre 35 y 50 euros.

En la esquina de Calderón de la Barca y Zorrilla se encuentra el restaurante Siempre di Vino. Su propietario, David González Busto, expone que “nuestro local es pequeño y acogemos reuniones pequeñas de amigos, casi siempre a la carta. Tenemos ya algunas reservas, que piden exterior en almuerzos e interior en cenas”. Y tiene claro que volver a las restricciones de horarios sería “un jarro de agua fría” y “un palo económico”. En cuanto a los almuerzos y cenas de Navidad dice José Canseco, del bar Ancá Lidia, en la calle Libertad, del exterior del Mercado Central, que “no es algo que fomente mucho al ser un sitio pequeño, pero siempre vienen bien. Se empieza a notar movimiento, aunque hay que decir que noviembre ha sido menos apagado que otros años”. En este bar no hay menús de Navidad porque se trabaja sobre las preferencias de los clientes y sus presupuestos. Y con respecto a la situación sanitaria, Canseco reconoce que “estamos todos un poco asustados con las noticias sobre posibles restricciones, aunque es cierto que no existe presión hospitalaria, y eso no es lo que pasaba el año pasado por estas fechas”. Lo que sí nota es que hay “muchas ganas de celebrar y de recuperar esa Navidad perdida de 2020. Se ve en el espíritu de la gente y eso nos beneficia”.

“Estamos con un buen ritmo de reservas, intentando no escuchar mucho las noticias. Los días fuertes de los fines de semana están casi completos. Esperemos que en el puente se anime aún más la clientela”, resalta Carmen Braza, gerente de Garum, en la calle Plocia. El local mantiene los mismos precios “a pesar de la subida de la luz o el gas, más del doble”. Oscilan entre 27 y 39 euros.

Llega el Puente de Diciembre, Constitución e Inmaculada, que siempre es el pistoletazo de salida de las comidas y cenas de Navidad. Mientras, el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha señalado que esta semana se podrían convocar de nuevos los comités de expertos territoriales para el seguimiento de la pandemia ante la posibilidad de que algunas áreas sanitarias de Andalucía pasen del nivel cero al uno de alerta. De momento, la provincia de Cádiz tiene menos riesgo que la mayoría de las demás, lo que debe tranquilizar a la hostelería ante posibles reducciones de horarios y aforos. Aunque este virus no deja resquicio a la tranquilidad completa.

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