Obituario

Muere a los 92 años el abogado gaditano Julio Ramos

  • Fue letrado de la Diputación, el Ayuntamiento y el Obispado, y decano del Colegio en tres mandatos

  • Fue distinguido con la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort y con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice

Julio Ramos Díaz, el día que recibió la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice de la mano del obispo Antonio Ceballos

Julio Ramos Díaz, el día que recibió la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice de la mano del obispo Antonio Ceballos

El abogado gaditano Julio Ramos Díaz ha fallecido este primer día de octubre a los 92 años de edad, dejando tras de sí una amplia y variada trayectoria en la que sobresalió en diversos campos, en la mayoría de ellos vinculados a su vocación de jurista y su desempeño profesional.

Así, Ramos Díaz fue abogado de la Diputación, donde obtuvo plaza en 1961, y también abogado del Ayuntamiento de Cádiz en tiempos de Carlos Díaz, aunque previamente ya había asesorado a José León de Carranza. Su labor de asesor jurídico también la desempeñó durante muchos años en el Obispado de Cádiz; desde el fallecimiento de su padre, que ya era asesor del obispo, en 1963, hasta la llegada de Rafael Zornoza, cuando Ramos cesó su actividad.

En tres mandatos distintos Julio Ramos fue también Decano del Colegio de Abogados de Cádiz, siendo el artífice de la construcción de la actual sede. Fue también el primer presidente que tuvo el Consejo Andaluz de Colegios de Abogados que se creó por una iniciativa trabajada por él junto al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. Y también fue miembro del Consejo General de la Abogacía.

Toda esta labor le valió el reconocimiento de su profesión, recibiendo la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort, y de la Iglesia de Cádiz y Ceuta, que le concedió (en tiempos del obispo Antonio Ceballos) la Crus Pro Ecclesia et Pontifice.

Más allá de su labor profesional, Ramos fue hermano mayor de la cofradía de Buena Muerte durante una recordada etapa en la que, entre otros logros, se celebró el centenario de la hermandad y se restauró la imagen del Crucificado. E igualmente, participó de la comisión creada en su día para revitalizar el culto a la Virgen del Rosario y hacer el nuevo paso sobre el que procesiona en la actualidad.

Casado con María Teresa González Santiago, el matrimonio no ha tenido hijos.

Descanse en paz.

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