Motonaves Adriano espera la primavera para verlo a flote

Allá por octubre del año pasado se esclarecía por fin el destino del señero buque turístico gaditano. Finalmente, el administrador de la empresa Motonaves Adriano, Manuel Ramos Oliva, y el ingeniero naval José Ruiz Cortés, responsable técnico de los trabajos de recuperación del vapor Adriano III, presentaron ya a finales de octubre pasado en público en el hotel Puerto Sherry el proyecto de recuperación de la embarcación, un proceso en el que se van a invertir entre 400.000 y 500.000 euros y que podrá materializarse la próxima primavera, cuando está previsto que el barco vuelva a navegar.

El nuevo gestor del Vaporcito reiteró las vicisitudes que se había ido encontrando por el camino, desde el inicio del proyecto de recuperación de la nave, tras su rescate de las profundidades de la dársena comercial del puerto de Cádiz.

El ingeniero José Ruiz Cortés fue el encargado del reflotamiento de señero buque que durante muchos años ha estado transportando a gente desde Cádiz a El Puerto y desde El Puerto a Cádiz. Cortés se incorporó al proyecto en febrero de 2012 y fue el responsable de un detallado estudio en el que, por fin, se dejó claro qué se quería recuperar del Adriano III y qué habría que sustituir después del desastre vivido en agosto de 2011 y por culpa de haberse llevado un mes sumergida bajo el mar expuesta a los efectos nocivos del agua y del fango.

Fue en junio del año pasado cuando se empezó a reparar la motonave en el varadero Guadalete de El Puerto, donde aún se siguen ejecutando los trabajos.

El ingeniero desgranó en octubre, durante la presentación pública del uso final que se dará al Vapor dando algunos detalles del complicado proceso de rehabilitación y explicó que la nave iba a sufrir algunas modificaciones, fundamentalmente por el nuevo uso que se le va a dar, que será eminentemente turístico.

Así, el aforo ya no será, una vez que se reflote la próxima primavera para 200 pasajeros, sino de 150 y se ha prescindido de la cubierta superior de la nave, que fue construida en los astilleros gallegos en 1956.

El interior del barco acogerá además en esta nueva etapa varias salas para recepciones, comidas y una barra de bar, así como espacio para la venta de recuerdos turísticos.

Y es que el futuro de la nave pasa indudablemente por esa vocación turística y de negocio, de manera que además de navegar por toda la Bahía podrá hacerlo también por ríos como el Guadalquivir o el Guadiana.

"El puerto base del Vapor estará donde haya negocio", dijo muy claramente Manuel Ramos, administrador de la empresa Motonaves Adriano, dando a entender que en su opinión se trata de una cuestión secundaria.

Eso sí, dijo que el barco seguirá teniendo su matrícula en Cádiz y afirmó que le gustaría que fuera "el embajador turístico de la provincia".