Mayores, pero con mucha vida...

Una vez cumplido el ciclo laboral, el deber de sacar una familia adelante y una cierta edad, ¿qué papel juegan los mayores en nuestra sociedad? Esta es una pregunta muy formulada, cada vez más en los últimos tiempos; y precisamente, para dar respuesta las administraciones, asociaciones y empresas privadas han ido creando toda una red de servicios y actividades encaminadas a llenar de contenido las vidas de los mayores.

En Cádiz capital se estima que alrededor del 22% de la población es mayor; y por regla general, son personas muy activas que buscan entretenimiento, formación y -curiosamente- actividad física a lo largo del día. Para ello, muchas son las fórmulas que se han ido creando desde diversas áreas.

Una de ellas es la del Ayuntamiento de Cádiz, que a través de la Concejalía del Mayor atiende a más de seis mil ancianos, según calcula el concejal delegado del área, José Macías. Cuatro son los ejes básicos en los que esta concejalía estructura el servicio al mayor: información, prevención, atención y cooperación social; y a través de ellos pretende "conocer la realidad de los mayores, fomentar su participación, favorecer su acceso a los recursos culturales y de ocio, a todo tipo de ayudas y subvenciones, mejorar sus condiciones de vida, promover la prevención de enfermedades y las relaciones intergeneracionales", detallan fuentes municipales.

Para lograrlo, el Ayuntamiento presta un servicio telefónico de atención al mayor durante las 24 horas del día, diversos apoyos económicos (descuentos en bonobús, recibos de agua y luz, tasas o ayudas para comedores en los centros de día), diversas de actividades deportivas (Tai-Chi, yoga, relajación, petanca, gimnasia, natación,...), multitud de talleres (baile de salón, corte y confección, teatro, música, cerámica, artesanía, jardinería, lectura o informática, entre otros) o diferentes actividades en determinadas épocas del año, entre otras cosas.

Fuentes de la delegación del Mayor precisan que todo este ramillete de actuaciones responde a las demandas de los propios mayores y que se encaminan a cubrir "necesidades básicas".

En la misma línea están concebidos también los centros de estancia diurna, un recurso que en los últimos años se está intentando potenciar para, sobre todo, eliminar la "reticencia" que existía años atrás a este tipo de servicio. La directora del centro de estancia diurna que la empresa Abrazos tiene en Isabel La Católica, Laura Dodero, conoce perfectamente las demandas de los mayores: "ellos reclaman mucho trabajar la memoria, la gimnasia y una forma de distracción" con la que tener ocupada su agenda. De hecho, además del centro que funciona de nueve de la mañana a cinco de la tarde, Abrazos desarrolla también talleres durante la tarde que tienen mucha aceptación. "A los mayores la tarde se les hace muy larga", afirma Dodero. "Aquí damos un servicio muy bueno a aquellas personas que no necesitan un internamiento, e intentamos eliminar esa visión negativa del envejecimiento; esto se ha convertido en un sitio social al que la gente ha ido viniendo y creando relaciones, e incluso haciendo amigos con los que después salen a tomar café o van a misa", explica la directora de Abrazos dando una visión global de este servicio.

Explica Laura Dodero que la aclimatación de los mayores a esta nueva actividad en sus vidas es más que óptima. "Son muy dinámicos, les gusta tener sus actividades. Al principio, puedes encontrarte con actitudes positivas o no al ingreso, pero sí es cierto que los usuarios, al cabo de los días, se implican y se alegran de estar aquí", afirma. "Yo creo que los mayores ahora son más activos que antes", concluye la directora de Abrazos.

Pero esta necesidad de ocupar las horas del día y desarrollar actividades con las que mantenerse en forma en todos los sentidos cambia cuando se trata de las residencias de ancianos. Eso es lo que piensa la trabajadora social de la Casa Fragela, Esperanza González, que comenta que el "perfil" de los ancianos "cambia mucho de un centro a otro". "Es según el nivel de dependencia de los residentes, aunque sí es verdad que se ve un cambio de unos años acá", añade.

Para Esperanza González, una de las claves de las residencias de ancianos puede ser que cada vez se retrasa más el ingreso de un mayor en una residencia de estas; "la familia aplaza hasta el último momento el ingreso, y entonces el mayor viene con muchos problemas físicos y de salud y la actividad se reduce mucho", explica a este periódico. Hay que tener en cuenta que Fragela dispone también de una Unidad de Estancia Diurna desde hace unos meses, con lo que el cambio de unos y otros mayores es notable, apunta González.

Pese a ello, este tipo de centros procura desarrollar también numerosas actividades con las que trabajar "diariamente" la participación de los residentes. De hecho, Fragela ha organizado para el jueves una jornada especial con motivo del Día del Mayor que incluye la celebración de una gymkana, una entrega de premios, la inauguración de una exposición con trabajos de punto de cruz de una de las residentes e incluso la animación de un grupo de baile de salón. "Cuesta motivarlos, pero cuando se consigue lo llevan perfectamente; la verdad es que es un logro", concluye González.

Un aspecto en el que coinciden Esperanza González y Laura Dodero es en la atención y los cuidados que estas personas reciben de sus familias. "Generalmente están bien atendidos, y de hecho cuando ingresan aquí los familiares se preocupan mucho por las actividades que desarrollamos con ellos o por las comidas que servimos", apunta al respecto la directora de Abrazos, que entiende que las unidades de estancia diurna tienen también una componente de "respiro" o "descarga" familiar, "porque actualmente el trabajo no permite prestar una atención permanente a nuestros mayores", argumenta Dodero.