Mayores con ganas de pasarlo bien

Tercera edad Los centros geriátricos disfrutan de la temporada estival

Las residencias de ancianos Alvernia y Gades se encargan de que sus ocupantes pasen un verano lo más ameno posible. Además, el agua y la alimentación ligera consiguen refrescarles estos meses más cálidos

Las ancianas de la Residencia Alvernia durante su clase en el taller de manualidades.
Las ancianas de la Residencia Alvernia durante su clase en el taller de manualidades.
María Jesús Natera / Cádiz

27 de julio 2008 - 01:00

La vida en una residencia de ancianos les resulta a muchos algo lejano, un sitio para los demás. Unos dicen que son lugares sombríos, otros aseguran que se arrincona allí a los ancianos juntos como si ya no tuvieran nada que aportar. Y nada que ver con la realidad, o por lo menos, con la realidad gaditana.

A lo largo de todo el año, los empleados de los distintos centros geriátricos se esmeran en prestar toda su atención a los ancianos. Personas que han decidido pasar esta etapa de su vida acompañadas con gente como ellos a fin de cuentas, con las que ríen, lloran, y en definitiva, están como en casa. Y es que, las residencias son algo más, más que un lugar donde reside gente mayor, son un hogar, una gran familia.

Los trabajadores sociales tienen una gran responsabilidad a su cargo, lo saben y muestran una implicación que apenas es conocida por el resto de la sociedad. Un trabajo gratificante, hecho para personas con aguante, con paciencia, con bondad. Tratar con personas mayores, algunas de ellas con discapacidades físicas, mentales o ambas, es toda una odisea, nunca se sabe con qué se va a encontrar uno, y además, como dice Esperanza González, trabajadora social de la Residencia Alvernia, "cada anciano viene con su propia historia".

Tras un invierno frío y una primavera con temperaturas estivales, ahora en pleno verano la actividad en algunas residencias disminuye, que no cesa. El calor y el sofoco típico de esta estación del año son los culpables de que esto suceda. Sin embargo, para los trabajadores de las residencias más que un problema, se afronta como todo un reto, con el único objetivo de lograr que estos ancianos sigan disfrutando de su estancia, de sus amistades y de los ratos más íntimos con sus familiares, que los visitan de vez en cuando. Otros centros, como la Residencia Geriátrica Gades, intensifican aún más la actividad, con el único objetivo de hacer pasar más rápidos los largos días de verano.

Mientras que los gaditanos se embadurnan con crema solar, los niños hacen castillos de arena y los chiringuitos luchan por hacer su agosto un año más, el verano para los ancianos de los diferentes centros geriátricos sucede de un modo diferente. Las sesiones de psicomotricidad y fisioterapia se combinan con el taller de manualidades, que disfrutan las ancianas de la Residencia Alvernia, ejercicios de respiración y estimulación del lenguaje, sin olvidar los ratos jugando a la lotería, "un momento muy esperado entre los ancianos", como comenta Inma Vargas, trabajadora social de la Residencia Gades. Sin olvidar que, durante cada actividad, hay que ir hidratándose, ya sea a base de jarras frescas de agua o limonada. No beben bebidas gaseosas, ni tampoco la típica cervecita playera, pero sí se suman a refrescarse como todos.

La imaginación de los terapeutas y demás monitores es algo admirable, pues cada una de las clases son preparadas con suma atención, buscando que todos los juegos y actividades se adapten a cada uno de los grupos, para que nadie se sienta discriminado. Y cuando llega el mediodía, toca alimentarse bien, cada uno según su dieta, pero disfrutando de los alimentos veraniegos como el gazpacho, salmorejo o ensaladas de vegetales, como explica María Victoria Varela, directora de las residencias Gades y Bahía Blanca. Tras la comida, algunos se dejan engatusar por el sueño y disfrutan de una pequeña siestecita. Luego, otra vez en marcha, que el verano es muy largo y ellos también lo aprovechan.

stats