Dori de la Rosa llegó en bicicleta a su administración de Loterías Arias, la más antigua de la capital fundada en 1935. Había vendido una serie del número 750. Medio millón de euros. Son otros tiempos, porque sólo le esperaban los periodistas.

De la Rosa reconocía que "me olía que había caído aquí, pensaba que ese número era mío". Y reconoce que es un número complicado, de esos a los que "o se les ama o se les odia". 

Destaca que un amigo suyo adquirió parte del billetaje que lo vendió posteriormente en dos bares en Madrid.

Situada en plena plaza de San Juan de Dios de la capital, Lotería Arias es paso obligado de miles de turistas cada año. Y muchos de ellos compran aquí su billete de la lotería, por lo que no sabe a quién ha vendido este número. "Puede que lo tenga cualquier persona en España porque por aquí pasan muchas excursiones". Además, constata que este año han aumentado las ventas en una administración veterana donde ya se han vendido dos veces el Gordo de la Navidad.