Cádiz

Indignación por San Martín

  • Las madres de la escuela infantil muestran su tristeza por el cierre y destacan la labor realizada con sus pequeños por las trabajadoras

Tristeza e indignación. El cierre del Centro de Educación Infantil San Martín decretado por el Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta ha supuesto un duro golpe tanto para las trabajadoras como para los padres que han confiado en la Asociación Seglar de la Inmaculada Concepción la primera etapa de la educación de los más pequeños.

Tanto la reunión del pasado jueves entre la titularidad del centro y los padres y las madres que podían mantener a sus hijos en la guardería el próximo curso como la circular que recibieron el resto de parte de las trabajadoras el pasado viernes fueron una auténtica sorpresa al no pensar que se podía llegar al cese de la actividad. Una clausura que afectará a la escasa oferta de plazas en escuelas infantiles en el casco antiguo. Por ello, de los padres solo salen palabras de agradecimiento a las empleadas del centro por la labor realizada con sus hijos.

Una de estas progenitoras es Yolanda Letrán, que tiene a su hijo Mateo, de 3 años, en el centro infantil, por lo que el cierre no le afecta al pasar a un colegio el próximo curso. "En todo momento hemos estado contentos, por lo que nos da mucha pena. Si se pudiera hacer algo, yo lo haría porque, con la tasa de paro que hay, que haya tres personas más trabajando es una alegría", señala la madre.

Dentro de los aspectos que Letrán destaca de la escuela están que "mi hijo va con mucha alegría a la guardería y, aunque ahora esté mal visto, él aprendió allí el Ave María. Para algunos padres esto puede ser una sorpresa porque no comulguen con esto, pero nosotros compartimos el ideario católico y a nosotros esto sí nos ha gustado". A esto se une el cuidado que reciben los más pequeños, ya que al haber pocos niños "podían estar más atendidos".

El principal motivo esgrimido para el cierre de San Martín es el económico, algo que Letrán no termina de compartir. "Desde el punto de vista de una empresa, si perdía dinero lo lógico es que cierre. Pero si miras más allá, tiene otra función más que ganar dinero. Los centros educativos no están para ganar dinero. Yo estoy en el AMPA de un colegio concertado y ves las cuentas y no dan para ganar dinero", explica la madre.

Con todo, Letrán reconoce que ha enviado una carta al obispo, Rafael Zornoza, a través de la web del Obispado de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. "No sé quién la leerá. Le he dicho que es verdad que hay muchas necesidades que cubrir, pero ellas no están solo para ganar dinero, ya que están haciendo otro tipo de labor", cuenta Yolanda.

Otra madre del centro es Asunción Valverde, que tiene allí a su pequeño Adrián, de 3 años. Para ella, la clausura es "una pena porque las profesoras son estupendas y unas magníficas profesionales. Es una pena que tres sueldos se vayan al garete de la forma que lo han hecho, sin previo aviso y por una decisión de un tercero".

Valverde asegura que cuando recibió la noticia se sintió "indignada y enfadada" y aporta como uno de los problemas que "sabemos que otras guarderías que son concertadas no deberían ofertar plazas privadas y lo hacen. Es una competencia desleal y por eso, a lo mejor, no marcha tan bien".

De hecho, dentro de las razones económicas, piensa que "se podía esperar un año más, ya que, supuestamente, estamos saliendo de la crisis y el año que viene podían entrar más niños. Cierra sin saber las expectativas de niños".

Quien sí está afectada por el cierre es Mercedes Caballero. Su hijo Martín, de 11 meses, lleva dos meses yendo a la guardería, por lo que pretendía que siguiera allí el próximo curso. Pero el cierre a finales de julio le ha hecho cambiar de planes, sobre todo al estar muy satisfecha por el trabajo realizado anteriormente con su hija Reyes, que estuvo dos años en esta escuela. "Me parece fatal que cierre. Creo que es una de las guarderías con mejores instalaciones y mejor personal", resume Caballero.

De hecho, apunta esta madre que por su situación en el barrio del Pópulo no era el centro infantil que más le convenía por la cercanía con su hogar, ya que "vivo en la otra punta del casco antiguo, pero me compensa".

Con todo, Mercedes sí ha decidido que no va a llevar a Martín a Doña Popi, guardería en la que tienen plaza reservada aquellos padres de San Martín que deseen llevarlos. "Ahora mismo me estoy planteando buscar otra guardería. Veo que en el centro no puedo meter a mi niño en una con las mismas condiciones. Si me muevo, ya será a extramuros", afirma.

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