El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), realizó la semana pasada la recepción de las obras de adecuación de la Capilla del Ángel Custodio, conocida como la Castrense.

El presupuesto total de la actuación ha ascendido a 765.807,75 euros, de los cuales Mitma, a través del Programa de Rehabilitación Arquitectónica que gestiona la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura, ha financiado el 70%, aportando 536.065,42 euros. El resto, hasta completar el coste total, ha sido aportado por el Ministerio de Defensa.

El cierre de esta iglesia se produjo en junio de 2016 y las obras iban a tener una duración de 18 meses. Sin embargo, han ido surgiendo diversos problemas que han hecho que hasta seis años después no se haya podido recepcionar las obras. para empezar, en el año 2017 se tuvieron que paralizar las obras cuando la empresa que estaba ejecutando los trabajos renunció a seguir con los mismos. Entre que se volvía a licitar y se adjudicaba, a finales de 2019 se reanudaban pero el Covid apareció en nuestras vidas en marzo de 2020 y hubo que hacer un nuevo parón.

Hoy, después de todo esos avatares, ya se ha acabado las obras después de que la hermandad de Expiración tuviera que trasladarse a la iglesia viñera de Santa Catalina y la cofradía haya salido todos estos años desde la de Santa María.

Cabe recordar que la construcción de la Iglesia se inició en 1656. Posteriormente en 1764 sería declarada Parroquia Castrense por el papa Clemente XIII, siendo la primera Parroquia Castrense de España. Durante el siglo XIX se llevaron a cabo diversas obras de reformas, reparación y ornato que culminaron en una reedificación que cambió la disposición general de la iglesia.

En su interior se conserva, no sólo un rico archivo que recopila datos sobre las personas que vivieron en Cádiz a través de distintos siglos con costumbres y oficios ya desaparecidos, sino además una imaginería que ha tenido una gran devoción en la ciudad como el Nazareno del Polvorín, la talla del Santo Ángel de la Guarda (de Nicola Fumo del siglo XVIII), María Santísima de los Desamparados (talla anónima genovesa del siglo XVIII), San Pedro (anónimo del siglo XVIII), San Sebastián (de Jacinto Pimentel del siglo XVII) y Santa Bárbara (del siglo XVII atribuida a Francisco Villegas). A ellos se le une los titulares de la hermandad de Expiración, tanto el Cristo de y la Virgen de la Victoria.

Los trabajos realizados son, entre otros, la rehabilitación de la cubierta principal (dos tercios de la nave de la iglesia) y de las dependencias auxiliares, del acceso principal y la adecuación del peldañeado para la eliminación de barreras arquitectónicas. Asimismo, se ha reparado el revestimiento interior de la iglesia, se ha rehabilitado el pavimento interior, se ha colocado suelo radiante bajo éste, rehabilitado la carpintería interior, incluido el retablo en capilla de 1636, así como el patio interior, el muro y el acceso al patio y se han acometido trabajos para el ajardinado del mismo.

Por último, las obras se han orientado a nuevas instalaciones de saneamiento, fontanería, electricidad y climatización de todo el edificio.

Tras la recepción y entrega de las obras, la iglesia de Santa Catalina dejará de ser la sede provisional de la Real Parroquia Castrense, permitiendo que la Capilla del Ángel Custodio recupere su actividad de culto.

Esta actuación, que “demuestra el compromiso del Gobierno en la protección y salvaguarda del Patrimonio Cultural Español”, tal y como ha señalado el Mitma en un comunicado, se ha realizado en el marco del Programa de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico, que consiste en la ejecución de obras relevantes de rehabilitación del patrimonio arquitectónico español y dotación de equipamientos públicos con los presupuestos propios del Ministerio. En estos casos Mitma ejerce como órgano de contratación de las obras, estando previsto una inversión en el ejercicio 2022 de más de 24 millones de euros a este Programa.