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Hoy recomendamos... El café en Europa del sur

  • Italia y Portugal: dos culturas cafeteras con diverso origen

Dos países donde el café se eleva al nivel de cultura entre sus habitantes son Italia y Portugal. Es de especial recomendación, cuando se pueda disfrutar de una estancia en uno de estos países, probar el café.

En el caso de los portugueses el comienzo de este líquido estimulante, gracias al cultivo existente en sus colonias de Timor Oriental, Angola o Brasil. Esta bebida conocida como ouro preto ( no confundir con el petróleo), se consume en el país vecino en cada establecimiento hostelero, siempre de gran calidad. El motivo reside en su procendencia: el café consumido es recién molido, de tueste natural y originario de los campos de cultivo de las mencionadas excolonias.

En contraste, en países como España o Francia el café es torrefacto, un tipo de tostadura que se obtiene añadiendo una cantidad de azúcar, que se adhiere al mismo grano, y elevando la temperatura del tueste entorno a 200 grados. Este tipo de café es un suplicio para portugueses e italianos cada vez que visitan los países de su entorno. Se quejan del sabor extremadamente amargo y de su excesivo líquido torrefactado.

En el bel paese presumen de exportadores de máquinas de café o caffè. Son los creadores del café espresso, variante de la bebida más consumido en el mundo. Los italianos lo beben recién servido y de pie, en la barra del bar. Después continúan su ajetreo. A pesar, que el cineasta Woody Allen comentaba sobre el café bebido en Italia que "es preciso coger cuchillo y tenedor", debido a la densidad característica del espresso no acostumbrado en Estados Unidos, donde se consume un café mucho más líquido.

Sin embargo, el café en Italia tiene una procendencia diversa a la de Portugal. La entrada de los primeros granos de café, en lo que hoy es territorio italiano, sucedió en la antigua República de Venecia. Debido a su carácter mercante,se descubrió que los árabes tenían esta bebida para hacerlos estar más despiertos en sus horas de rezo y estudio. Posteriormente, tras aprobación del Papa Clemente VIII el conocido como vino árabe dejó de ser satánica y bebida de infieles cristianos. Se extendió por toda Europa a través de los beneficios que producía en el rendimiento físico e intelectual, y de ahí pasó a ser el líquido adorado por los intelectuales como Balzac, quién presumía de tomar más de 50 tazas de café al día.

Portugueses e italianos presumen de cafeterías con solera, donde sus más conocidos autores dejaron su poso de café junto a su cuaderno de notas. La recomendación para visitar estos países y disfrutar de un buen café en cada sobremesa es pedir un espresso, sin leche, sin miel, sin nata o complementos similares. Es en las cafeterías de las grandes ciudades de Italia y Portugal donde se puede admirar su especial ingesta del producto: saludan, se colocan en la barra, piden un café o espresso (el camarero sabe que es solo y cortito), una vez servido es consumido de inmediato. Han sido estimulados por el caffè o ouro preto.

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