Homenaje a tres hombres de bien

La sede colegial acogió el acto de reconocimiento del Consejo General de la Abogacía, a propuesta del Colegio de Cádiz, a los letrados Julio Ramos Díaz, José Antonio Gutiérrez Trueba y José Luis Suárez Villar

Los tres letrados homenajeados, en el salón de actos del Colegio de Abogados, poco antes de comenzar el acto.
Los tres letrados homenajeados, en el salón de actos del Colegio de Abogados, poco antes de comenzar el acto.
Emilio López / Cádiz

23 de enero 2010 - 01:00

"El Código de Napoleón dice que la primera cualidad de un abogado es ser un hombre de bien y creo que esa cita está escrita para ustedes", afirmó el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados y decano del de Granada, José María Rosales de Angulo, que presidió la imposición de la Cruz al Mérito en el Servicio a la Abogacía a los letrados Julio Ramos Díaz y José Antonio Gutiérrez Trueba, nombrados también decanos eméritos, y de la Medalla al Mérito en el Servicio a la Abogacía al también letrado José Luis Suárez Villar.

Familiares de los homenajeados, colegiados y representantes de los de Antequera, Córdoba, Granada, Jaén, Jerez y Lucena llenaron el salón de actos del Colegio, en el que ocuparon también la presidencia el decano del colegio de Cádiz, José Manuel Jareño; el presidente de la Audiencia Provincial, Lorenzo del Río, y la fiscal-jefe, María Ángeles Ayuso.

El presidente del Consejo Andaluz comenzó excusando la ausencia del presidente del Consejo General de la Abogacía, Carlos Carnicer, y cedió la palabra al decano de los abogados gaditanos, que dio la bienvenida a todos "a este acto breve, sencillo, entrañable y con el habitual protocolo".

Dijo luego que en el mismo se iba a agradecer a tres hombres del Colegio su espíritu de servicio y entrega, "de lo que saben mucho", después de 50 años de ejercicio profesional, dos de ellos además decanos y otro vicedecano. También citó a sus respectivas esposas, Teresa González-Santiago, Carmen Ceballos y Carmen Barragán, "que mucho han tenido que ver en sus vidas".

Seguidamente el secretario del Colegio, José Mendoza Ruiz, leyó los acuerdos de aprobación de las distinciones y nombramientos, que, con todos los asistentes puestos en pie, recibieron seguidamente las primeras de manos del presidente del Consejo Andaluz Julio Ramos, José Antonio Gutiérrez Trueba y José Luis Suárez, respectivamente, con la consiguiente ovación. Luego el decano del Colegio entregó a los dos primeros los correspondientes nombramientos, también entre aplausos.

En nombre de los homenajeados tomó después la palabra Julio Ramos, que comenzó mostrando el agradecimiento de los tres para afirmar que "el hombre es producto de sus esfuerzos y de las circunstancias que lo rodean", añadiendo que "a los tres Dios nos dio unos padres magníficos y una formación marianista, en la que aprendimos a ser honrados ciudadanos con fe y esperanza".

También aludió a que tanto a Gutiérrez Trueba como a él sus respectivos padres le inculcaron el amor a la profesión, mientras que José Luis Villar "tuvo la mejor escuela, la de la plaza Topete", en alusión al bufete de José Antonio Pérez y Díez de Velasco.

Al referirse a la labor desarrollada por los tres en el Colegio de Abogados citó la colaboración recibida por parte de compañeros de despacho como Manuel de Vicente y Juan Pablo Rodríguez Sánchez, de miembros de sus juntas de gobierno como Francisco Moreno y José María Martínez, sin olvidar el trabajo de Miguel Fernández Melero y Luis Angulo para lograr el Consejo Andaluz de la Abogacía. Tampoco olvidó a los empleados de la casa de los abogados y dijo que en el nombre de todos ellos recibían el homenaje.

Por último recordó al marianista Vicente López Uralde, "los mayores hemos de dar ejemplo a los que nos siguen", pidió para sus otros dos compañeros la Orden de San Raimundo de Peñafort y terminó destacando que las esposas de los tres merecían también el homenaje.

El presidente del Consejo Andaluz centró su discurso de clausura en el libro "Privilegios, gracias y prerrogativas de los abogados españoles", de Joseph Berni y Catalá, editado en 1764, en el que se recoge que 52 santos y 22 papas fueron abogados. "No sé si habrá aumentado el número", matizó con ironía granadina.

Después, tras la cita al Código de Napoleón, recordó que en 1799 Godoy afirmó que un tercio de abogados vivía holgadamente, otro tercio mal y el resto no se sabía de qué. "No sé si hoy con tantos se puede vivir de esto, pero espero que vuestro ejemplo sirva a las generaciones presentes y futuras". Más tarde se celebró un almuerzo en el Casino Gaditano.

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