La Audiencia Provincial de Cádiz considera "debidamente justificada" la sentencia que expulsa de su casa durante tres años a Alberto García Lavié, Míster Cádiz en 2008, por causar ruidos. La resolución argumenta que la gravedad de la condena la justifica el hecho de que la actividad molesta no se produce porque el denunciado esté disfrutando del placer de la música a un volumen inadecuado, sino que, en ocasiones, el hombre hace otro tipo de sonidos, no musicales, "con la única y exclusiva finalidad de molestar al vecindario".

Esos ruidos a propósito, "por motivos absolutamente espurios y con intención de molestar", los hizo el denunciado, por ejemplo, el 29 de septiembre de 2009, según refleja una prueba de medición acústica realizada por la Policía Local, anota la sentencia de la Audiencia. Esa fecha es muy posterior a la del 10 de diciembre de 2008, cuando se produjo el precinto del equipo de música causante del ruido, señala la resolución al rechazar que, tal como alegaba el abogado del vecino denunciado, no hubo más ruidos molestos desde entonces.

La sentencia explica que sí los hubo, que esa afirmación "carece de las más mínima credibilidad", como se infiere de las pruebas documentales. Entre ellas, las pruebas periciales de mediciones acústicas realizadas en febrero y en septiembre de 2009.

La sentencia de la Audiencia, de la que ha sido ponente el magistrado Ángel Luis Sanabria Parejo, es de la Sección Quinta. La resolución responde al recurso de apelación civil presentado por García Lavié, vecino de la calle Escalzo, contra la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Cádiz que lo condenó a abandonar su domicilio durante tres años debido al ruido con el que molesta a sus vecinos, a las continuas molestias que causa al poner a un volumen excesivo la radio, el equipo de música y otros aparatos.

La sentencia del Juzgado, ratificada por la Audiencia, explica que los hechos se vienen sucediendo durante años, que el hombre ha sido requerido en varias ocasiones para que cese el ruido y que, no obstante, ha persistido en su actitud, incluso tras haber sido denunciado varias veces ante la Policía Local y pedirle los agentes que dejase de molestar a sus vecinos.

El juez argumenta su decisión de privar al demandado de su vivienda en el hecho de que ha venido perturbando de forma constante la normal convivencia en el edificio en el que reside, "llegando a afectar incluso a la efectividad en el trabajo de algunos de los vecinos al impedirles el descanso adecuado a tal efecto".