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II ENCUENTRO INTERNACIONAL DE CONOCIMIENTO Y ECONOMÍA AZUL

Gunter Pauli: “Veo el símbolo del futuro azul de Cádiz en un yogur con salicornia”

Gunter Pauli, padre de la Economía Azul, en el Palacio de Congresos de Cádiz, durante InnovAzul 2022.

Gunter Pauli, padre de la Economía Azul, en el Palacio de Congresos de Cádiz, durante InnovAzul 2022. / Tomás Gómez

Economista de formación, Gunter Pauli (1956, Amberes, Bélgica) trabajó como asesor para el Club de Roma. En 1991 montó una fábrica de jabones y detergentes ecológicos, Ecover, a partir de recursos naturales, una de las primeras de cero emisiones del mundo. Pero la cerró cuando descubrió que dependía del aceite de palma que estaba acabando con los bosques húmedos en Indonesia y con su biodiversidad. Por aquel entonces pagaba a los trabajadores el equivalente a medio euro por kilómetro si iban en bicicleta.

Afincado ya en Tokio, en los 90 creó la Fundación Zeri (Zero Emissions Research and Initiatives). En 2010 publicó The Blue Economy, que en origen fue un informe elaborado años antes para el Club de Roma, al que pertenece. En esta obra propone 100 iniciativas empresariales innovadoras que pueden generar 100 millones de empleos en los próximos diez años bajo un nuevo tipo de modelo de negocio que se inspire continuamente en la naturaleza para que la sociedad sea más sostenible.

Estuvo en las tres primeras Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pero se negó a ir a la cuarta por la falta de acuerdos suficientes en las anteriores. Armador del espectacular buque solar experimental MS Porrima, se propone revolucionar la industria del transporte marítimo demostrando que se puede navegar por los cinco océanos gracias solo a energías renovables.

"Durante casi cuatro décadas, me he dedicado a ofrecer posibles soluciones a las amenazas que nos depara el siglo XXI. De forma más prosaica, también me presento como un 'alborotador' ante los industriales y los gobiernos que me piden ayuda", confiesa en la página web de su proyecto. Ha escrito más de veinte libros y sus 365 fábulas se cuentan en miles de escuelas infantiles de todo el mundo. Además, es presidente de la mayor empresa productora de bioplásticos de Europa fabricados con una planta espinosa mediterránea que no compite con el maíz o la soja como alimento: el cardo. 

Ayer tuvo una intervención estrella en InnovAzul 2022, el II Encuentro de Conocimiento y Economía Azul que se está celebrando en la capital gaditana organizado por la Universidad de Cádiz (UCA), el Campus de Excelencia Internacionaldel Mar (Cei-Mar) y la Universidad Europea de los Mares que lidera la UCA. El público le aplaudió en pie. Momentos antes de su conferencia, Diario de Cádiz conversó con él unos minutos.

Gunter Pauli, durante su intervención en InnovAzul 2022. Gunter Pauli, durante su intervención en InnovAzul 2022.

Gunter Pauli, durante su intervención en InnovAzul 2022. / D. C.

–¿Qué es exactamente la economía azul?

–La economía azul arrancó cuando hice un inventario de cien proyectos implementados y nos dimos cuenta de que todos los que lográbamos concretar fueron proyectos donde usamos recursos que no estaban utilizados, no sólo desperdicios, sino también plantas desconocidas; siempre algo sin reconocimiento que representaba una gran riqueza. El 70% de todos los recursos desconocidos vinieron del mar. Pero el concepto economía azul no es solo una referencia al mar, es una referencia a todos los recursos extraordinarios que tenemos que no aprovechamos. El objetivo es generar una economía local. En la economía verde estás compitiendo con los grandes, produciendo lo más barato posible. Pero es imposible si quieres competir contra Bangladés, Brasil o China, países a los que deseo mucho éxito siendo los más baratos. Por eso desarrollé la idea, el concepto de que tenemos que generar mucho más valor agregado. Y el punto central de la economía azul es el de transformar algo que está localmente disponible en algo que tendrá mucho valor agregado. Este es el motor de la economía porque cuando tienes más valor agregado puedes vender bien, puedes generar empleo, puedes tener un multiplicador en tu economía. Eso es lo que la economía azul pretende ser.

–¿Qué potenciales cree que puede tener en Cádiz?

–Lo más importante es que ayer [por el martes] pude hablar aquí en Cádiz con gente académica y emprendedora, como Susana Martínez. Ella me dijo: yo hago yogur de salicornia. Y yo ya estoy soñando. Porque es alguien que es capaz de tomar una leche de vaca o de cabra y una planta silvestre a la que no se le tiene aprecio, pero que es una bomba de nutrición, que es yodo, que es calcio, que es lo que más rico que puedes tener y que crece en una zona donde nadie pensaba que las plantas pudiesen crecer. Este yogur es para mí el símbolo del futuro de esta región ¿por qué? Porque un yogur es un producto popularizado, pero cuando tú puedes añadirle los nutrientes que necesitas para tener salud, como el yodo y el calcio, estás aumentando el valor, no solo el financiero, sino también el de la calidad de vida. Pienso que eso es importante. El futuro depende de gente como Susana, de gente que ve algo que está localmente disponible como el yogur y la salicornia, los juntas y tienes un nuevo producto que es lo que el mercado busca: salud. El mercado no está interesado en comer kilos de nada. El mercado, la gente, el ciudadano está interesado en la salud. Quizá la población esté acostumbrada a ver la salicornia, pero no sepa de su importancia. Una emprendedora como Susana lo transformará en una industria que no solamente es para Cádiz, sino para toda la región y para todos los países que tienen salicornia. Y la tienes en todos los países que tienen mar. Esto es economía azul en la práctica. Se necesita fomentar una plataforma para que este tipo de ideas pueden acelerarse. Susana me contó que su primer problema es que necesita un capital para hacer un producto lácteo bajo la norma europea, que es complicado. Pero si ella tuviese acceso a un capital, éste podría convertirse en algo tan integral del alimento español como es el jerez para los ingleses.

[Susana Martínez es una de las socias de Productos La Salá, una start up (empresa de nueva creación a partir de transferencia de conocimiento con un gran potencial de crecimiento) alojada de IncubAzul, un Centro de innovación y expansión tecnológica e incubadora de empresas vinculadas a la economía azul impulsado por la Zona Franca de Cádiz. Producen productos derivados de la salicornia (Salicornia Perennis), una planta suculenta que crece en las salinas, también llamada espárrago de mar, y en la Bahía de Cádiz, sapina. "Contiene proteínas de alto valor, antioxidantes, fibras, minerales, vitaminas A, D, E, K y ácidos grasos saludables omega 3 y 6. Diurética y depurativa, es una buena opción para la dieta, ayudando a fortalecer el sistema inmunológico", según informa La Salá en su página web].

El buque ecoexperimetnal MS Porrima El buque ecoexperimetnal MS Porrima

El buque ecoexperimetnal MS Porrima / Pedro Charaf/ www.raceforwater.org

–¿Ha probado ya el atún rojo salvaje de almadraba?

–Claro, anoche me excedí tomando por lo menos tomando tres platillos… Pero yo necesito observar dónde está la abundancia, no la escasez. El problema del atún rojo es que estamos hablando de un pez en peligro por la sobrepesca. Ahí debemos tener cuidado. Nosotros tenemos que observar qué hay en abundancia. Y cuál es la sorpresa. Porque la sorpresa es muy importante para motivar a la gente joven. Esta mañana [por la de ayer] voy a hablar del manejo de virus y bacterias inspirado por un alga del mar... Acabamos de pasar dos años desde el confinamiento y todavía hay que ponerse las mascarillas en algunos lugares y medios de transporte porque tienen metido en la cabeza que así es imposible contagiarse de Covid-19... Las bacterias y los virus son las primeras formas de vida, después vinieron las algas y las macroalgas. Y las macroalgas tuvieron que defenderse de esos virus y bacterias predadores. La lógica de defensa del alga no pudo ser: voy a matar a todos los virus y bacterias porque desaparecería la vida y tampoco ella podría sobrevivir. Entonces tuvo que ser muy creativa. Y la creatividad le llevó a desarrollar una molécula que los científicos han llamado furanones, que son muy conocidos en la industria química de los perfumes. Pero en el mar nos hemos dado cuenta de que hay furanones especiales fabricados por algas marinas que tapan el oído de la bacteria, no la matan. La bacteria en sí no es el problema, el problema es cuando genera una biopelícula porque es lo que les permite comunicarse mediante sus receptores químicos. Lo que hace, por ejemplo, el alga roja Delisea pulchra, que emite unos furanones para tapar el oído de las bacterias, que se vuelven sordas y no saben dónde están las otras y no pueden coordinar su acción depredadora para tomar el control de un ser vivo que es mucho más grande que ellas y al que no pueden atacar solas. Y esta es la gran innovación, a mi juicio. Mis científicos me dicen que eso va a sustituir a los antibióticos. Ya conocemos los problemas que generan porque los sobreconsumimos hasta que desbaratan nuestro sistema inmunológico y luego se concentran en las aguas residuales. Con esta técnica de tapar el oído de la bacteria tenemos un control de la biopelícula y podemos convivir. Esta técnica y este conocimiento están en la Universidad de Granada, con Isabel Reche al frente, que también participa en las sesiones de InnovAzul. Esta es una innovación. Esta es la revolución, que no está en descubrir cómo matar las bacterias porque no podemos. Tenemos que encontrar cómo convivir obteniendo nuestro espacio sin desbaratar nuestro sistema inmunológico. Esta es la gran ciencia del futuro, es ciencia para otros cien años. Alexander Fleming descubrió la penicilina hace casi un siglo y junto a otros antibióticos posteriores han tenido una funcionalidad extraordinaria para mejorar la calidad de vida. Pero ya llegó a su fin dada la mutación de los microorganismos.

"Las emisiones de estos dos grandes cruceros son mayores que las de todos los coches de Cádiz juntos"

–Estuvo en las primeras tres cumbres mundiales sobre el cambio climático, pero se negó a participar en la cuarta. Vio claro que iba a ser un fiasco…

–Un gran fiasco. Si tú y yo vamos a tres reuniones para llegar a un acuerdo y ves que no avanzamos ¿tú vas a la cuarta? Yo no. Es un gran fiasco porque, en primer lugar, ni siquiera han debatido sobre el uso de las energías fósiles. La única idea creativa que sale es que tal vez tenemos que relanzarnos en la energía nuclear ¿Cómo es posible que 50 años después volvamos a esa tecnología? Yo voy a demostrar con mi barco [el Porrima, un buque experimental ecofuturista ] que es posible tener abundancia de energía a condición de que tengas una mente abierta y amor por la innovación. Pero si sólo tienes amor por el bolsillo, vuelves a la energía nuclear. El problema es que la energía nuclear nunca recibirá en el mercado libre un seguro porque el riesgo es demasiado desproporcionado y por eso no hay una empresa de seguros ni reaseguradora que esté dispuesta a asumir ese riesgo. Por eso el Estado tiene que asumir el riesgo y cuando el Estado lo hace quiere decir que no es comercial.

"El verdadero cambio no es esperar que la Tierra produzca más, sino hacer más con lo que la Tierra ya nos produjo"

–Ante esto usted propone que actuemos ya individualmente. Que no esperemos a que otra cumbre nos diga qué tenemos que hacer ¿Es realmente relevante lo que puede hacer cada uno desde casa cuando el mayor impacto es el de la industria?

–Nosotros hoy en día tenemos mucho opio de las masas. Hablamos mucho y no hacemos nada. Y nos pretenden vender grandes avances para 2050, para dentro de 28 años. Esto es una broma. Esto no es serio. Este Net zero by 20250 no tiene ningún sentido. Por eso, la única respuesta es qué es lo que el ciudadano puede hacer. Porque los gordos, los grandes, no van a cambiar. Esta mañana miré estos cruceros que están atracados en el muelle. Es una vergüenza. Las emisiones de estos dos cruceros en el puerto es mayor que la de todos los coches de Cádiz juntos. Más. Y ustedes lo consideran progreso. Por eso mi propuesta es arranquemos con algo sencillo nosotros. Por ejemplo, si tomamos un cafecito, tenemos la borra, los posos, que normalmente se descomponen en gas metano, los transformamos en sustrato para criar un hongo que nos podremos comer y el residuo del hongo es excelente alimento para las gallinas. Ahora tenemos gallinas, huevos, café y el hongo. Eso es el verdadero cambio. No esperar que la tierra produzca más sino hacer más con lo que la tierra ya nos produjo.

"Con la lógica de comprar barato hoy ustedes pagarán dentro de 25 años tres veces más"

–¿Qué expectativas tiene la producción local en un mundo tan globalizado?

–Estuve en el País Vasco en el momento en el que quebró Fagor y la gente dijo que la producción local no tiene futuro ¿quién dijo eso? ¿quién puso en la cabeza de quién esto? Con la lógica de que tenemos que comprar lo más barato hoy, ustedes pagarán dentro de 25 años tres veces más. El problema es que somos tan oportunistas que tan solo vemos el hic et nunc, el aquí y ahora. No tenemos una visión un poco más a largo plazo. Si compro una nevera que me funcione 25 años y pago mil euros, trescientos más que otro, pero me sirve para 25 años y tengo un servicio local, es mucho más barato que comprar tres neveras sin servicio postventa en el mismo plazo de tiempo. Y este es el drama. Por eso la economía azul también tiene la lógica del largo plazo. Nosotros no estamos viviendo aquí día a día, queremos una vida feliz y saludable. Si vives tu vida día a día vas a caer en la trampa de que más barato es mejor. Porque te da más poder de compra ¿de qué? No, poder de compra calculado hic et nunc, no en tu vida. Y el planeamiento de la compra de una casa es con una hipoteca 20 años. Por eso necesitamos calcular nuestros gastos en 20 años, no al día a día. La salud es un elemento muy importante, la energía, también. Y ahí tenemos que hacer un cambio. Por ejemplo, las aguas residuales y los desechos de las frutas frescas de cuatro casas juntas nos dan el gas con el que cocinar todos sus habitantes. Lo hemos comprobado. ¿Por qué estamos diciendo que hay un problema con Rusia? No, no, hay un problema en nuestra cabeza, porque pensamos que el gas tiene que llegar por tuberías de gran tamaño directo de Rusia y si no, de los Estados Unidos, y si no, de Catar. Y después vamos a decir que en Catar no se respetan los Derechos Humanos ¿de qué estamos hablando? Esto es el opio de las masas. Lo que necesitamos realmente es darnos cuenta de que con los desechos que generamos en nuestras casas es suficiente para suminitrar todo el gas que necesitamos.

–Es usted el creador de la Fundación Zeri (Zero Emissions Research and Initiatives) ¿Qué líneas están siguiendo?

–La más importante es la transición del sector marítimo. Es lo más contaminante que existe en la Tierra, por encima de la aviación, y por eso voy a presentar mi barco, donde ya hemos comprobado que somos perfectamente capaces de cruzar los mares solamente con energías renovables para siempre. Esta es una línea muy importante. Luego tenemos programas en África y en muchos países. Uno de los grandes problemas es que nos falta agua. Y yo me pregunto: ¿Cómo podemos levantar industrias que no dependan del agua?, ¿Cómo podemos cultivar tomates que producen agua pero no la consumen?

–¿Qué hacemos contra el mar de plástico?

–Soy el presidente de la empresa más grande de Europa de bioplásticos. Tenemos que producir bioplásticos, pero no con maíz, que compite con el alimento. Lo hacemos con cardo, que es la planta despreciada en el entorno del Mediterráneo. Con esto lo hacemos. Tenemos que avanzar en la limpieza de los nanoplásticos. Las botellas y los pañales, por favor, hay que dejar de usarlos ya. Pero lo que necesitamos es poner en marcha una acción inmediata para extraer y eliminar los nanoplásticos del mar porque están cambiando la vida.

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